Megan iba en el auto, nerviosa, habían pasado por diferentes tiendas exclusivas, sin embargo, ella parecía no encontrar nada acordé con la ocasión y con ella, a su estilo. Mientras tanto, Albert la había estado acompañado pacientemente, él ya tenía algo de experiencia en esto, le había tocado acompañar un par de veces a su hermana menor de compras y sabía lo larga que podía ser la jornada. Él notaba la incomodidad de Megan y no entendía por qué se le hacía tan difícil escoger un atuendo, pues Albert estaba seguro de que con cualquier tipo de ropa, ella se vería muy bien. Llegaron a una tienda más, Albert bajó del auto con Megan más atrás, cuando empezó a repiquetear un teléfono. Albert sacó el aparato del bolsillo de su traje para mirar la pantalla y apenas vio de quién se trataba, susp