Sabía lo que quiso decir, debió dejar que la bala siguiera su camino, no debía atravesarse, la acabo de recuperar y murió, desapareció ¿Qué hago ahora? ¿Cómo le explico a Alberto que su madre murió? ¿Cómo enfrento mi mundo sin ella? De qué me sirve ser su esposa y tener todo si no la tengo a ella.
Miro la mesa llena de sangre y vacía, no tengo su cuerpo.
—¡Nooo, regresa por favor!— agarró fuertemente la mesa y se dobla —Prometiste que estarías siempre conmigo.
—Camila— le dice el padre de Lilith impactado
—¿Dónde está? ¿A dónde se fue Abram? ¿Dónde está mi hija?— grita la madre de Lilith
—¡La mataste mamá! ¡Mataste a Lilith!.
Morningstar parece haberse quedado sin habla, Lucia solo llora, Esteban y Selena están impactados, Atenea parece estar llena de ira, el padre de Lilith solo mira a su esposa que está descontrolada, me levanto y me acerco a ella.
—Debió de dispararme a mí, no a ella, debía matarme antes de que ella tuviera la oportunidad de poner su vida en riesgo— le digo.
—Tu, tu eres la culpable de todo, si no hubieras aparecido…
—No señora, usted actuó como quería nadie más fue culpable de su muerte que usted, me quitó al amor de mi vida, me la quito solo porque era mujer. Yo no tuve la culpa de enamorarme de ella… ella solo quería amarme y estar conmigo, quería estar junto a quien ama— me limpio las lágrimas. —¿Era tan difícil aceptarlo? ¿Cuándo les pidió algo? ¿Cuándo les rogó? ¿Cuándo hizo algo por ella? Si no está salvando a personas, está luchando contra la ciudad, la empresa o está recuperándose de una violación, no era tan fácil aceptar a quien amaba.
—¡Cállate! Tú eres la única culpable.
—¡Camila ya basta!, para, no te das cuenta de lo que hiciste, nuestra hija murió, sentiste su amor y el maldito dolor cuando la perdió sentiste todo eso y aun asi actúas de esa manera, no te perdonaré eso nunca.
Salgo del sótano y me voy a su habitación en cuanto cierro la puerta dejó de ser fuerte, el dolor que tengo en mi pecho es horrible, las lágrimas siguen saliendo sin parar, mi voz se está tornando ronca yo soy la culpable de su muerte.
Tal vez fue un error aceptar ser su esposa, pero merecía ser feliz con ella después de todo, si dude en estar con ella, pero a quién engaño siempre la elegiría una y mil veces siempre la amaría y ahora no está, se fue, nos dejó me dejó.
¿Acaso no era poderosa? Joder ¿No era un fénix? Porque murió ¿Qué hago con lo que me dio? No es suficiente que me diera parte de su alma, sino también entregó su ser, su poder, no puedo darle parte de mi alma para que viva y esté conmigo.
El sonido del celular me hace saltar, me levanto del piso y veo el celular, alguien registrado como Vásquez le marca.
—Celular de Lilith Adams.
—Se encuentra la señorita…— guarda silencio —La señora Adams— me dice el hombre
—No se encuentra en este momento, puedo ayudarle en algo soy su esposa— le digo con nostalgia
—Señora Adams gusto en hablar con usted, soy el abogado de su esposa los contratos que tenía en la empresa han sido cancelados sin necesidad de pagar una penalización, si embargo no pudimos evitar que la agencia…
—¿Qué la agencia, qué?— pregunto asustada.
—Que la agencia la siguiera representando, logramos que le pagaran su indemnización por despido.
—¿Realmente no se pudo hacer nada?.
—Lamentablemente no, los términos legales de su contrato no eran favorables para usted, ya que la empresa no le brindaba protección alguna y al contrario usted terminará pagando por los errores causados por ellos y en este caso las cancelaciones de contrato, al descubrir estos términos fue como logramos los resultados antes dichos, en un plazo de 24 horas su depósito por 5 millones de euros estará en su cuenta.
—Entiendo, ¿entonces no pagaré nada?.
—Así es señora Adams, hablamos con cada empresa y explicamos la situación la mayoría de ellas aún quiere trabajar con usted en cuanto lo indique y tenga una empresa que la represente.
—Bien, gracias— le digo triste
—Tambien quería preguntar si ya lanzó el comunicado de prensa en donde revela su matrimonio, las marcas saben del matrimonio por lo que sería para el público.
—Lánzalo— ella quería que todos supieran
—De inmediato ¿Alguna duda señora Adams?.
—Necesitan mi presencia o firma.
—No señora Adams.
—En el comunicado podrías incluir que dejaré el modelaje por un tiempo, pónganlo como unas vacaciones.
—Ya se encuentra incluido.
—Bien es todo, muchas gracias.
—Gracias a usted que tenga buen día— me cuelga
En cuanto dejó el celular las lágrimas corren sin fin, el vacío que siento es horrible, se encargó de todo e incluso salí ganando a pesar de que debía perder, como pudo morir una persona asi.
Tocan la puerta de la habitación y no tengo fuerzas para levantarme.
—Pase— me limpio las lágrimas y trato de mantener la calma
—Hola, soy Morningstar y ella es Lucia mi esposa.
—Lo se, los recuerdo.
—Nosotros también ¿hiciste algo para que eso pasara?— me dice Lucia.
—No— niego con la cabeza —No hice nada para que recuerden.
Con la poca fuerza me limpio las lágrimas y Lucía me abraza.
—Lamento olvidarte amiga, en serio lo lamento, tenemos que ser fuertes por ella.
Esas palabras bastan para romper en llanto nuevamente, perdí al amor de mi vida.
—¿Cómo lo haré? Ella es mi vida, me dejó nos dejó Lú, dejó a sus hijos ¿Cómo le diré a Alberto?— me separo de su abrazo y miro a Morningstar —¿La sientes? ¡Por favor dime que si! Dime que aún está la conexión que tenían.
—No, Matu— se limpia las lágrimas —En cuanto desapareció algo se perdió— se empieza a pegar en el pecho —Algo aquí está vacío duele como un carajo.
—¡No… no! Dime que me estás mintiendo si dímelo, si tu conexión está aún hay forma de encontrarla— me acerco a él y le suplico —Anda dime que no murió, dime que es un mal sueño.
—Matu— me dice Lucía
—¿Por qué murió? No es un fénix— los miró
—Es lo que voy a averiguar, si no odiaré a mi madre toda mi vida— dice Atenea entrando a la habitación —Ahora qué hacemos, la noticia de su matrimonio salió— me mira —¿Tú la soltaste?.
—El abogado habló y Lilith ya lo tenía preparado, pero si yo lo libere era algo que ella quería.
No sé cómo me las arreglo para decirle sin tartamudear por el llanto, pero salen claras.
—Tu estadía aquí es ilegal, debes de regresar y entrar legalmente.
¿Qué le pasa? Es su forma de enfrentar el dolor que no llora y se hace la dura, su hermana murió y se preocupa por mi estado legal o simplemente es fuerte y no quiere mostrarse débil.
—Lo se, solamente es que no se como regresar.
—¿No tienes sus cualidades?.
—Si— le digo.
Bajó la cabeza me entrego todo y yo no le di nada, nuevamente ella dio todo.
—Úsalas entonces abre una puerta a tu departamento.
—No se como utilizarlas, Atenea, no se como hacerlo ¿Puedes parar? El amor de mi vida acaba de morir, tu hermana acaba de morir, solo quiero procesar todo esto— le digo llorando
—Se que murió yo lo mire, pero necesito que estés aquí legalmente, todos recordamos, todos, incluso Alberto, Samuel fue a buscarlo porque hablaron que estaba mal, por eso necesito que estés aquí bien, para quedarte.
—¿Qué le pasa a mi niño?— me levanto de la cama y me paro frente a ella
—Recuerda, tiene casi 8 años está confundido y llorando, pregunto por ti, le dijimos que venías para acá, Matu tienes que estar aquí para decirle, Alberto padre también ya viene, pero no tiene mucho con él como todos nosotros.
—Lilith siempre pensaba en el lugar y abría la puerta, inténtalo— se para Lucia animándome a hacerlo
—Reserva el vuelo, el más pronto posible— le dice Atenea a Morningstar
—Sí.
Vamos hasta la puerta del baño y trato de pensar en mi departamento en mi habitación y después la abro, pero nada, el vuelo está reservado y me queda poco tiempo para empacar una maleta pequeña e irme incluso el conductor del aeropuerto está contratado.
Pero no puedo y me siento frustrada, triste enojada, diez intentos más la puerta se abrió, Lucia entro a ayudarme a empacar mientras me cambiaba y me arreglaba un poco, es difícil porque todo está empacado para la mudanza que debía de suceder.
Miro mi maleta que me llevaría al viaje después de la boda y la agarró, saco un conjunto que tengo ahí, me cambio y busco unos lentes mis ojos están hinchados de llorar este tiempo, debería de estar feliz me acabo de casar con quien amo, pero ya no está…
—Llévate esa maleta, le diré a los chicos que saquen las cajas y las pasen aquí— me dice Lucia
—Si— le digo no sabiendo que otra cosa decir.
—Se fuerte lo resolveremos, siempre lo hacemos, además como Lilith dice sin cuerpo no hay muerto asi que aún tenemos esperanza.
—Tengo miedo Lucia, mucho miedo de no poder si no está ella.
—No quiero interrumpir, pero es hora, debes de prepararte los camarógrafos están afuera de guardia en el edificio— Me dice Morningstar
—Ve, nos vemos en unas horas, se que es difícil, pero trata de actuar feliz aún no sabemos qué hacer.
—Si— otra vez la respuesta automática.
Agarró la maleta, mi bolsa y me pongo los lentes, abro la puerta y uno de los vecinos me mira, es hora de actuar como dijo Lucia, le sonrió y voy al elevador, espero entro y salgo al principio no me notan, pero después lo hacen la ola de flashes y preguntas me golpea con dureza.
Sigo caminando ignorando las preguntas, los guardias del edificio me ayudan a subirme y el conductor arranca de inmediato, se que el tiempo es corto y él lo sabe, aprovecho para prender mi celular y comienza a vibrar, mensajes, llamadas perdidas, correos, no me atrevo a verlos, menos las noticias, mi celular suena con el nombre de Alan, mi manager.
—Hola.
—Hasta que apareces ¿dónde estabas?.
—En casa.
—Estuve ahí no estabas ¿Adónde vas?.
—Me iré a vivir con mi esposa.
—Matu.
—No importa lo que digas, me iré con mi esposa, sabes bien la historia.
—Tu trabajo.
—Me despidieron y me tomaré un tiempo para disfrutar de mi matrimonio— le miento y siento un nudo en la garganta
—¿Algo te está pasando? No mientas te conozco.
—Llegue al aeropuerto tengo que colgar— le digo y cuelgo enseguida
Al contratar el servicio del aeropuerto te dejan en una entrada diferente a la principal, entró y otra vez a sonreír a pesar de que quiero llorar y gritar, camino a documentar mi maleta, me entregan mi ticket de viaje y me dirijo a la sala de espera.
Los murmullos y el sonido de las fotos me incomoda, pero tengo que soportarlo, toco mi anillo sintiendo que ella está conmigo en estos momentos, no tuve la oportunidad de poner un anillo en su mano, todo pasó tan rápido, siento una mano en mi hombro y me sobresalto, me giro y veo a Maximiliano, no, no ahora.
—¿Qué haces aquí?— pregunto molesta
—¿¡Qué crees que estoy haciendo!? ¡Quiero una maldita explicación!— me grita
—Baja la voz estamos en público—miro a la gente juntándose y grabando
—Ahora si te interesa, me dejaste plantado frente a más de 100 personas, pero ahora te preocupa esto.
—Vete, no puedes estar aquí.
—¿Dónde está ella? No vino contigo.
—Tuvo que regresar a casa antes de tiempo.
Anuncian que es hora de abordar me levanto, él me jala y me lanza a la silla, no puedo evitar gritar del dolor sin contar que el aire se fue de mis pulmones.
—¿Qué te sucede? Me estás lastimando.
El asombro de las personas sobre lo que hizo es más que evidente, pero no interfieren.
—No te irás a ninguna parte.
—Para Maximiliano, lo nuestro término y termino hace mucho tiempo los dos lo sabemos— agarro mi bolsa y me vuelvo a levantar
—Esto no se termina hasta que yo lo diga.
—Lástima porque yo ya lo termine.
Caminó hasta pequeña fila y le entregó el boleto a la empleada, siento un jalón de cabello que me hace caer de espaldas, las personas gritan al ver tal escena, pero lo increíble es que ninguno hace nada solo están mirando y grabando con sus malditos celulares.
Maximiliano se sube arriba de mí y comienza a ahorcarme, por unos segundos pienso en dejar que me mate, pero la cara de Alberto y de Lilith aparece en mi mente.
—¡Eres una zorra, una maldita puta!— me grita
—¡Ayuda!— logró articular
—Si no estás conmigo no estarás con ella, no perderé ante una mujer.
—Ya perdiste infeliz, hace mucho perdiste, porque estoy casada con ella— le digo
Tomo sus manos con fuerza y lo quito de mí usado mi cualidad, desesperada agarro aire y veo que se acerca furioso, por suerte aparece la policía y lo agarran.
—Te perdoné que me golpearas una vez antes de la boda, pero esto no te lo perdonare, mira— señalo a las personas —Tengo testigos y videos por todas partes, espera mi demanda— le gritó.
Recojo mis lentes mi bolsa y entro para subir el avión, alejándome de esta mierda.
—Señorita necesita atención médica— me dice una de las azafatas preocupada
—Gracias, pero ahora solo quiero ir con mi esposa— le digo
—¿Necesita algo de tomar? Puedo traerlo después del despegue.
—Asi estoy bien gracias.
Abrocho el cinturón, cierran la puerta de la cabina y el avión comienza a partir, me quedo dormida de inmediato esperando a que el vuelo sea rápido.