—¿Y bien? ¿Me quieren decir por qué mierda hicieron llorar a mi hermano? —interrogó cruzando sus brazos sobre su pecho, alzando una ceja hacia los dos contrarios. —Él lo hizo —se acusaron entre sí, observándose con un odio infantil. —¡Por Dios! Que ustedes no son niños —les recriminó alzando sus manos. —Está bien bonito, ellos saben que hicieron mal —John dijo recargándose en su escritorio, tirando del cuerpo de su pareja hacia él para rodearlo con sus brazos, apoyando su mentón en el hombro de Sam. —Gatito, pelearon para ver quién le daba su estúpida ropa —le recordó observándole de lado—. ¿Por qué discutirían por eso? —Porque yo no quiero que tenga su aroma —dijo Hank. —Ni yo que tenga el de él —pronunció de igual forma Creek. Una idea cruzó por la cabeza de Sam, una idea que le h