Estacionándose frente a la casa de Nail, Sammy se quitó el cinturón de seguridad y se bajó del auto cerrando la puerta justo cuando su móvil comenzó a sonar.
Teniendo un presentimiento sobre quién era, lo sacó de su bolsillo. El nombre de su pareja brillaba en la pantalla.
Una pequeña mueca surcó sus labios, y sabiendo que le iría peor si lo ignoraba, decidió contestar.
—Dónde estás. —no había sutileza en su demanda, John estaba enojado y Sammy lo sabía.
—En casa de Nail —contestó—. Tengo cosas al parecer importantes de las cuales hablar con él.
—Sam —dijo el alfa con un suspiro, observando al hermano de su pareja quien devoraba comida sin descanso—. ¿Por qué no me avisaste? —preguntó juntando sus cejas, saliendo de la cocina y de la casa, dispuesto a ir donde su pareja—. Alguien te e
