Él nuevo asiente se veía muy bien solo mirarlo decía..."soy un chico atractivo" sus ojos negros llamativos, con ese rostro perfecto y su barba muy bien cincelada su cuerpo fornido y altura de 1,96mts era todo un galán solo esperaba que no fuera solo un niño bonito y que su inteligencia fuera mejor que su belleza, por más guapo que fuera no iba a permitir una persona ineficiente como mi ayudante. Termino de acomodar todos los informes de las finanzas y me levanto para salir a entregarlos al chico nuevo él debería encargarse de llevarlos a André él los firmaría y yo procedería a archivar todo en el sistema de la empresa así todo queda registrado para cuidar nuestras espaldas. Salgo de mi oficina y me encuentro de frente a este hombre tan guapo sentado en su escritorio tecleando la computadora y transcribiendo los documentos que acabo de darle hace un segundo, su determinación me sorprende hasta este punto nos llevaremos bien, me coloco de frente a su escritorio y no se da cuenta de mi presencia está bastante concentrado por un momento muerde su labio inferior y es el gesto más sexy que he visto jamás... Meneó mi cabeza y carraspeo un poco para hacer notar mi presencia. Él me mira con sus ojos brillantes y tan dulces.
–Oh, disculpe señorita no la noté.– su rostro se veía sonrojado y eso me hizo pensar en cosas indebidas.
–No, hay problema solo venía a entregar esto para que lo lleve a la oficina de mi esposo dígale que los revise y firme para yo proceder a introducirlos al sistema. Él asintió con una sonrisa y yo regresé a mi oficina... Ufff mi corazón estaba acelerado y mi cuerpo se sentía electrificado ¿Que me estaba sucediendo? Esto no podía ser normal apenas lo conocía, no podía sentirme así por un hombre. Me acerque a la vitrina donde estaba el licor y saqué una botella de whisky me serví un trago para calmarme y funcionó, al sentir lo caliente de el trago pasar por mi garganta y llegar a mi estómago me calme volví a sentarme en mi escritorio y escuché sonar la puerta ordeno pasar y es el modelo salido de una revista.
–Disculpe señorita, pero su esposo no está en su oficina.– chasqueo con mi lengua en modo de reproche y levanto mi vista pensando que hacer odiaba los retrasos tendría que hacerlo todo yo, seguramente el muy desgraciado se fue con una de sus amantes.
–Esta bien deme los documentos yo me encargaré de estos y usted termine de transcribir los que le di así cuando él regrese ya solo necesitaremos su firma.– él asintió y salió por la puerta.
La jornada de trabajo fue más larga ahora sin André estaba retrasada, él podía provocar cualquier tipo de sentimientos en mi menos alegría llamé a su teléfono unas 3 veces y no contestó no me quedó de otra que esperar a que llegara ya se está haciendo de noche, de nuevo suena la puerta de la oficina seguramente ya mi asistente había terminado su trabajo.
–Pase– digo mientras observo a través del cristal de mi oficina la noche y luces de todos los edificios de new York.
–Señorita ya terminé de transcribir todo ¿tengo otra cosa por hacer?– yo pensé y la verdad era muy malo de mi parte dejar a este pobre chico esperando que llegara mi esposo para firmar los documentos. Lo único que podía pedirle es que los fuera a archivar en la oficina de mi esposo para mañana.
Me levanté y tomé las carpetas camine para entregárselas y darle las instrucciones de lo que debía hacer uno de mis torpes pies se enredó con mi escritorio y estaba a punto de caer cuando el ágil caballero me tomó en sus brazos quedamos tan cerca que un beso sería fácil en esa posición él me miró a los ojos y yo estaba embelesada.
–¿Se encuentra bien?– yo reaccioné de inmediato.
–Si, si gracias por poco me caigo de no ser por usted.– su sonrisa mostraba unos perfectos dientes alineados y blancos.
–Que bueno que no se lastimó.– yo estaba como en otro mundo tenerlo así de cerca me dejó confundida y su olor era tan delicioso que era embriagador. Por fin me orienté y le di las carpetas de los informes que debía llevar.
–Agradezco que antes de irse lleve esto a la oficina de mi esposo, mañana que él los firme.– asintió sin decir nada y salió. Cuando se cerró la puerta solté un suspiro me lleve las manos al pecho mi corazón latía desbocado volví a la vitrina de licor y está vez no tome uno sino dos tragos para calmarme.
Salí de mi oficina y cerré con llave ya la empresa estaba prácticamente sola, camine hasta el ascensor y me encuentro de nuevo con este hombre él me sonríe amablemente y yo le devuelvo la sonrisa.
–¿Siempre es la última en irse?– pregunta él con una mirada curiosa.
–Si, la verdad es que puedo llegar un poco más tarde, pero siempre soy la última en irme deberás acostumbrarte y si tienes novia deberás decirle que saldrás tarde todos los días.– él baja su cabeza parecía apenado yo me di cuenta y me atreví a preguntar.
–¿Sucede algo?–
–Bueno es que no tengo novia, tampoco esposa solo un perro llamado mike.– no sé por qué saber eso me daba un sentimiento de alivio, pero así fue.
–Bueno aún mejor así no tendrás problemas con nadie.– de nuevo su sonrisa aparece de verdad este chico era todo un risueño. Llegó el ascensor a su destino y ambos salimos mi auto estaba esperando frente a la empresa y me despedí de aquel hombre tan atractivo deseando volver a verlo al día siguiente.
(¿Pero que te pasa con Sebastián Castillo?... Estela por favor tu eres una mujer casada así que olvida tus arranques hormonales)