Sebastián Castillo

1184 Words
Cuando André me contactó para el puesto de asesor financiero ayudante de su esposa no pensé que fuera a ir tan rápido me fue claro que no era seguro pues su esposa era un mujer muy quisquillosa y tenía bien claro que los empleados a ella no le duraban 1 semana, pero conmigo sería la excepción yo siempre me he caracterizado por ser eficiente y responsable en mi trabajo por esa razón tengo muchas recomendaciones y fue así como André me contactó... Me subo a mi auto para conducir a la empresa más famosa en fabricación y exportación de chocolate en toda el país raro, pero cierto tenía más de 70 años en el negocio fue antes de el padre de André como fundador de ella y luego al fallecer todo paso a manos de André Santini un italiano un poco brusco, pero buena persona eso sí tenía cosas extrañas y se rumoraba que era un mujeriego empedernido, también que su esposa era mucho más joven que él, pero yo solo iba a trabajar eso no era mi problema en lo más mínimo. Cuando estoy conduciendo llegó al frente de está lujosa empresa con un logo gigante de André Santini de brazos cruzados y una enorme sonrisa. La magnitud del edificio en estructura no imaginaba cuánto costaría su elegancia y pulcritud eran incomparables, cuando bajé de mi auto un amable hombre se acercó para que le diera las llaves y estacionar mi auto, eso sí que era atención le sonreí y le entregue las llaves de mi porche luego avancé para entrar por las puertas giratorias de ese lujoso edificio por dentro era aún más hermoso, con piso de granito muy bien pulido, paredes lisas de un color crema, una área de espera con muebles de cuero color marrón todo esto llamaba la atención por dónde observaras. Miré a la recepción y me acerque para anunciarme una mujer de unos 40 años me sonrió muy amablemente dando los buenos días dije mi nombre y apellido para identificarme. –Buen día soy Sebastián Castillo, vengo de parte del señor Santini para el puesto de asistente asesor financiero.– ella reviso una agenda marcó unos números en el teléfono y llamo a su jefe para confirmar mi historia. Cuando terminó de hablar colgó el teléfono y me miró. – Lo están esperando en el piso número 5 el ascensor está del lado derecho después de las escaleras.– yo asentí sin saber a dónde me dirigía y camine hasta ver unas escaleras y luego un pasillo al final donde vi las puertas del ascensor... Entonces la vi esa era la mujer más preciosa que haya visto jamás su piernas largas y esbeltas, esa seguridad, la gracia que tenía al caminar era cautivadora, sus curvas eran de admirar, llevaba su cabello suelto el cual era rubio con ondas naturales, un vestido azul con mangas que hacían marcar su figura y zapatos de tacón con punta también llevaba unas gafas de sol que no te dejaban ver sus ojos, pero seguramente eran azules o verdes por su color precioso de piel blanca liza y perfecta otra cosa que llamo toda mi atención fue sus labios rojos como cerezas paso por mi lado y me miró dió los buenos días y siguió su camino hasta el ascensor yo me adelanté para llegar antes y presionar el botón y abrirle la puerta. Ella me miró de nuevo a pesar de que lo podía ver sus ojos me seguía pareciendo que debían ser preciosos. –No se hubiera molestado.– dijo ella con una voz realmente sexy. –Oh, no para nada es molestía pase señorita.– ella sonrió y paso yo la seguí para entrar también al ascensor. –Por cierto soy señora no señorita.– yo abrí mis ojos como platos ¿Señora? si se veía que no pasaba los 25 años no podía creerlo. –Disculpe, no pensé que usted fuera señora.– ella asintió con lentitud. –Al parecer eres nuevo aquí.– yo afirme torpemente. –Si, soy nuevo y usted tiene tiempo trabando aquí.– –Digamos que si... Soy casi como la dueña– yo levanté una ceja y cuando llegamos al piso respectivo ella salió y se despidió con una sonrisa. –Mi nombre es sebastián.– aclaré a aquella hermosa mujer con labios perfectos. Fue cuando se quitó los lentes para observarme mejor y logré ver esos ojos que me tenían con curiosidad, un color gris tan brillante y llamativo era lo que había detrás de esas gafas no entendía como podía ocultarlos con gafas de sol tanta perfección era para lucirse. –Oh, así que eres tú.– yo no entendí el comentario y ella sonrió de una forma picara y atractiva... –Nos veremos luego Sebastián creo que debes ir a aquella oficina que está ahí.– yo le agradecí y pude ver cómo se iba caminando hasta llegar a una puerta y entrar a una oficina su forma de caminar y movimientos de caderas eran muy hipnotizantes. Caminé hasta la puerta que me indicó la señorita hermosa y pude leer el nombre de André Santini, toqué un vez y del otro lado escuché una voz que me ordenó pasar. –Adelante.– yo abrí la puerta algo nervioso, pero a la vez seguro de mi. –Así que llegaste.– dijo el hombre elegante mirando su teléfono. –Si, es que me gusta la responsabilidad y puntualidad.– –Perfecto, creo que ya mi esposa debe haber llegado siempre viene un poco más tarde por eso te mandé venir a esta hora.– yo pensé un momento y para la verdad cuando me dijo a las 10:00am me pareció extraño o sea que a su esposa le gustaba llegar tarde y por esa razón me ordenó venir a esta hora. –Bueno vamos su oficina no está muy lejos de aquí.– se levantó y yo lo seguí cuando salimos de la oficina caminamos unos pasos y el comenzó a darme consejos para caerle bien a su esposa ya me comenzaba a poner nervioso. –Recuerda ella es muy perfeccionista si algo no le gusta lo desecha espero puedas agradarle.– Cuando llegamos a la puerta de la oficina pensé que ahí fue donde entró la chica hermosa, probablemente era su asistente o secretaria. Entramos y vi aquella mujer despampanante con unas gafas para leer ¡Rayos! se veía aún más sexy entonces entendí todo ella era la esposa de Santini por esa razón me dijo que era señora... Se levantó de su asiento y André se acercó para darle un beso ella no se veía muy animada por su llegada. –Cariño quiero presentarte al señor castillo el es de quién de hablé.– yo me acerque para estrechar su mano ella la tomó y la apretó sentir la suavidad se su mano y lo delicada que era me dio una sensación en el estómago. –Es un placer señor castillo mi nombre es estela de santini.– respondió ella con su sexy tono de voz tan atractivo.
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