5

1547 Words
— ¿Te sientes bien?  La pregunta de Marcos me hace dudar en mi respuesta. Deje escapar un suspiro.  — ¡Si! Me siento chida.  Samuel dejó escapar una sonrisa. Lo atrapé a través del retrovisor. — ¿Tienes hambre? — ¿Pizza? Los fulmine con la mirada. —Orales va. Pasemos a un Little Caesar’s por pizza. Ambos habían triunfado sobre mí. — ¡Gracias Miranda! Eres la mejor amiga. Sonreí. El tiempo mismo me había regalado la oportunidad de abrirme con más personas. ¿Te acuerdas cuando comencé a contarte mí historia? Se suponía que Emilio era el único “punto” de mi amistad, ahora por fin podía decir que tenía un círculo completo de amigos que estaban dispuestos a cuidarme.  — ¿Por qué no han puesto música? —les pregunté. — ¡Ah! Pues es que si veníamos escuchando música pero no sabíamos si te gustaría estar escuchando reguetón. Enarque mis cejas. —Mmmmmm. La neta no me gusta, pero pues a ver, pongan su música.  Y sin más vueltas, Marcos le subió el volumen a la música. Las ondas musicales de sabor suave bellacoso me hicieron temblar. El nombre la canción era Una locura y todo en mi interior se puso en un punto de preocupación a causa de la estúpida letra que aparentemente no tenía sentido. — ¿Creen que esto es una locura?  — ¿Qué cosa? —Pues todo esto que acabo de hacer. No respondieron en seguida. Mis pensamientos comenzaron a perrear durante todo el trayecto de mi casa hasta la pizzería, al grado de poder unir todas las piezas de este rompecabezas que yo aún no lograba terminar de armar. ¿Rompe cabezas?   — ¿Estas segura de que Aldo quiere vengarse de ti? —Marcos sostenía una rebana de pizza de pepperoni.   —No tengo duda alguna. Él quiere algo y parece haber estado estudiando como vengarse de mí.   El queso de la pizza sabía demasiado delicioso.   — ¿Qué fue lo que paso ayer? Me dijiste un poco pero…   —Encontré a Aldo en la habitación de Emilio.   — ¡¿Qué?!   —Al parecer fue a beber con Gabriel, el compañero de nuestro querido amigo.   Marcos pareció sorprenderse. Samuel estaba demasiado concentrado en degustar la pizza de carne.   — ¿Cómo es posible? Neta que no lo puedo creer.   —Pues deberías creerlo porque además de eso…   Me quede callada por algunos segundos. Este era el momento para terminar de armar el rompe cabezas, ¿o no?   — ¿Hay más?   Asentí.   —Debo contarles algo en lo que he estado pensado. ¿Recuerdas lo que paso el día del juego?   —Recuerdo un poco. Te estábamos esperando en las gradas, el juego ya había comenzado y por alguna razón no estabas con nosotros.   —Aja. ¿Y qué más?   —Pues el juego estaba demasiado intenso porque ambas universidades son rivales a muerte y entonces Emilio metió el gol que les dio la victoria a los Lobos. ¡Ah! Y ahí fue cuando tú nos dijiste que Aldo había regresado. —Y entonces Emilio sufrió la lesión.   Asintieron.   —Sí, pero, bueno eso ya lo sabemos. ¿Qué cosa es la que de verdad no nos has contado?   —Aldo comenzó a dejarme notas. La recibí la primer nota el día del juego, la escribió con tinta roja. La segunda nota la recibí en estos días, él logro meterse a mi habitación y me dejo una carta sobre el escritorio.   Los dos se quedaron en blanco, muy sorprendidos y sin ganas de hablar.   —A todo esto, súmale que la ex novia de Emilio apareció.   — ¿Qué? ¿Una exnovia?   —Si. La mentada Vanesa volvió a aparecer.   — ¿Vanesa?   —Así se llama.   — ¿La conozco?   —Lo más probable que sí. Estuve investigando y su padre es dueño de  una empresa de productos enlatados. Recientemente volvieron a Puebla.   Y le mostré una fotografía.   — ¿Vanesa Domínguez?   — ¡Exacto! Vanesa Domínguez es el amor fallido de Emilio y no confió en ella.   — ¿Por qué? ¿Hizo algo con…?   —Iban en primero de preparatoria cuando ella engaño a Emilio con uno de tercero. Emilio se enteró y neta que sufrió mucho por ella porque pues fue su primer amor. La canija le puso el cuerno desde el principio y cuando él la termino, ella le dijo que se iba a arrepentir.   — ¿Una amenaza?   — ¡Más que una amenaza! Ella le prometió que se arrepentiría por no darle una segunda oportunidad. Estuvo de rogona por más de quince días, lo iba a buscar a su casa, le escribía todo el tiempo y al ver que Emilio era rígido con la decisión, Vanesa hizo una escena enorme. ¡Ya sabes cómo son las hijas de papi! Dejaron escapar una risa.   —Casi siempre son engreídas, abusivas y manipuladoras. Bueno hay excepciones.   —Sí, pero Vanesa no es una excepción. ¡Ella es un peligro! Emilio me conto que el día del juego se cruzaron brevemente. ¡Fue algo toxico!   Samuel se me quedo mirando de forma pensativa.   — ¿Tú crees que Vanesa y Aldo planearon todo esto juntos? —me pregunto Samuel.   — ¡Eso mismo! Me pase toda la noche investigando todo y encontré algo oscuro. El grupo Domínguez hizo un convenio con el grupo Guzmán. Ambos son colegas y socios muy unidos desde hace un año. Es obvio que si ambos grupos están unidos, por ende, sus hijos también estarían unificados para maquinar cosas.   Ambos chamacos estaban bien asombrados con todo el chisme que yo les acababa de decir. —Vanesa Domínguez y Aldo Guzmán maquinando venganza contra Emilio Vázquez.   —No precisamente.   — ¿Y entonces?   —Es una venganza para mí.   — ¿Y cómo estas tan segura de eso? —Pues ya te dije que me puse a investigar. —O sea que eres una detective en estos momentos. — ¿Me vas a ayudar o solo vas a estar cuestionando la información que les acabo de decir? Samuel se quedó callado, se limitó a sonreír y termino metiéndose un trozo de pizza a la boca. — ¿Y Emilio no sabe nada de lo que acabas de decir? —Marcos parecía serio con su tono de voz. —No. No le he dicho y no pienso decirle. Al menos no por ahora. — ¿Crees que este molesto contigo? —Probablemente sí, pero es algo que estoy dispuesta a pagar. ¡No quiero que algo malo le vuelva a pasar! — ¿Sus padres…? —Ya saben, yo les dije. También me encargue de hablar con sus profesores para que pueda tomar clases a distancia. Marcos se sorprendió demasiado. — ¡Me sorprendes Miranda! — ¿Por qué? —Pareces muy madura y lista tratando de proteger a Emilio. ¿Estas segura de que solo ves a ese chico como a un amigo? Su pregunta me hizo arrugar las cejas, me quede callada unos segundos pensando en la mejor respuesta. ¡Pero no había una respuesta mejor! El rompecabezas comenzaba a desarmarse y mis respuestas se hacían bolas dentro de mí. — ¡Estoy segura! Yo siempre voy a tratar de darle lo mejor, porque por mucho tiempo siempre estuvo velando y cuidando de mí. Lo más justo es que ahora yo me encargue de protegerlo de estos estúpidos chamacos inmaduros. — ¡Pues te ayudaremos a lograr ese objetivo! ¿Cuál es el plan? Era obvio que nuestros enemigos conocían a la perfección casi todo de nosotros, más específicamente de mí. Que soy hija de un empresario millonario. Que tengo riqueza. Que soy indefensa. Que ahora mismo no tengo padres. Y que soy yo la heredera de un grupo tan importante como lo es el grupo Coryo. ¿Qué pueden hacer por mí estos sospechosos? ¡Arrancarme la dignidad y a mis seres queridos! —Aun no tengo nada en concreto, pero lo primero que se me ocurre es que debemos vivir juntos, pero no podemos permanecer en nuestra casa. — ¿Y a donde piensas que podemos vivir? Mi rostro se ilumino con una sonrisa canija. ¡Lo tenía resuelto! — ¿Sabes llegar a La Vista? Sus ojos se abrieron de golpe a causa de la sorpresa. — ¿Viviremos allí? — ¡Por supuesto! — ¿Y que ese no es un lugar demasiado llamativo para que ellos puedan encontrarnos? Deje escapar una risita. —Esta vez no pienso ocultarme o huir como lo hice la última vez. ¡Planeo algo diferente! — ¿Y qué es? —Necesito ir a visitar a mi abuelo. Es hora de absorber consejos de un alma añejada. — ¡Hey! Pero si suenas como toda una profesional. ¿Le prenderas fuego a Aldo? Me reí como loca, no lo pude evitar. —No. ¡Le cortaremos sus ganas de sexo! Dijo que me iba a recuperar y que todo era mi culpa por el simple hecho de ser mujer. ¡Se ha equivocado nuevamente! Necesito ir con mi abuelo, quiero que me enseñe a cobrar las tarifas de la gente canija.  El fuego se lo iba a prender a toda la petición de mi agresor.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD