Ana — Me puedes decir qué mierda fue eso – giró furiosa para mirar a mi hermana. — Estaba por preguntarte lo mismo – se apoyó en la pared del ascensor - ¿Un arma? ¿Sabes todo el papeleo que genera eso? – entrecierro mis ojos – Estoy por tener familia, tu simplemente no puedes darme todo ese trabajo - elevo mis manos con ganas de ahorcar – Le diré a mamá – acusa. — Llorona – me apoyo igual que ella. — Pero funciono, ¿Cuántos años tienes? ¿Cuarenta? ¿Todavía le tienes miedo a mamá? – comencé a reir. — No, pero la respeto - la miro – Tengo treinta y nueve, por cierto, y no necesito que me consigas hombres – rodo los ojos. — Solo te doy una mano - arque una ceja. — Como con el sujeto ese, Patrick, el niño - abrió la boca y la cerro. — Primero, que sea joven no lo hace i