Ana Verlo al despertar había sido una locura, quizás debía estar preocupada por su presencia en mi casa, debería haber dicho algo o al menos pedirle que se fuera, pero cuando Chase me confirmó que los estaba cuidando no pude, simplemente me quedé sin palabras, algo que no mejoró cuando baje y lo vi con toda la comida lista para los tres. — Vamos, a la cama, te traeré tu comida - junté mis cejas mientras se iba a la escalera. — ¿Qué vas a comer tú? - se frenó. — Oh, no lo sé, veré luego o tomaré un café - me acerque. — Nada de eso, comes, vamos te convidaré de mi comida de enfermo - me miró curioso. — ¿Comida de enfermo? - baje primero y me siguió. — Claro, preferiría una pizza y cerveza - escuche su risa. — Me da curiosidad donde va a parar todas esas calorías - lo mi