Mi refugio eres tú

2118 Words
—Hola cielo —saludó Travor a Chloe desde el otro lado de la línea. —Hola… —hizo un a pausa—... amor —le estaba siendo difícil adaptarse a esa nueva situación. Sabía que debía poner su mayor esfuerzo, Travor lo valía y ella también. Justo ese fin de semana que precedió al día en el que aceptó iniciar con Travor la relación, hablando con Samantha que fue finalmente a visitarlos, llegaron a la conclusión de que había dado el mejor paso en mucho tiempo. Travor no era cualquier hombre, era una autoridad en su ciudad, un hombre bien portado de buen carácter, tiene mucha paciencia con ella y Nahel, y eso era lo importante para ella que vivió un fracaso tormentoso. —¿Estabas dormida? —le preguntó Travor al percibir su tono de voz extraño. —No, solo distraída, ¿Cómo estás hoy? —le preguntó ella tratando de mostrarse animada. —Bien, aunque con mucho trabajo para ser sábado, pensé que estaría libre la mayor parte del día, pero acabo de decepcionarme —dijo en voz baja. —Pero no tienes guardía hoy ¿O sí? —No, con suerte no, creo que a las tres estaré fuera de aquí —suspiró—. Quería ir con ustedes a un club pero ni modo, te llamo para invitarte esta noche a tomarnos un trago, tu hermana puede cuidar a Nah, quiero pasar un rato a solas contigo —agregó y bajó el tono de su voz al expresar esas últimas palabras—. ¿Aceptas? —Sí, te acompaño, así te distraes, sé que no has tenido una semana fácil, Samantha no pondrá objeción en cuidar a Nah —le aseguró. —Perfecto cielo, ¿dónde quieres ir? —le preguntó él—. Si te soy sincero solo quiero estar contigo, me da igual el lugar. —No sé escoge tú, me amoldo, si solo quieres descansar podemos ir a tu casa entonces, o vienes a la mía y pasamos el rato, cuidaré que Nah no te moleste mucho —dijo ella sin pensar. —Te tomo la idea de ir a mi departamento, así estaremos mejor, prometo llevarte a tu casa —le dijo él sintiéndose complacido de ver la disposición de Chloe por llevar bien la relación. Él sabe que ella es así, atenta, colaborativa, y no le sorprendió que ella tenga tan buena disposición después de ver la semana tan complicada que él tuvo. Tienen un mes de haber iniciado la relación, lo cumplieron la semana anterior y solo cenaron, no han tenido intimidad y para él eso era mucho tiempo de abstinencia teniendo pareja. Sacudió la cabeza porque en seguida su mente voló al imaginarse tener la oportunidad de tenerla esa misma tarde. Lo deseaba desde hacía mucho pero la respetaba y decidió esperar el momento oportuno. «Tal vez ahora llegó ese momento oportuno» le dijo el subconsciente. Suspiró en silencio de solo imagínarselo. —Cielo, nos vemos ahora, voy a ir a revisar unos procedimientos —le dijo él para evadir la tentación de advertirle el riesgo al que se exponían. No quiso espantarla, prefirió dejar que ella descubriera ese detalle y asumiera el riesgo sin verse presionada o espantada. Son adultos y ella sabe quién es él así como también ha de saber que si se ha contenido de no buscar estar con ella es por respeto, al aceptar ir al departamento de él, Travor supuso que ella sabía y aceptaba que había riesgos a los cuales se estaba exponiendo voluntariamente. Tanto él como Chloe se distrajeron en actividades, él con el cúmulo de trabajo que le sorprendió ese día y ella porque le tocó llevar a Got al veterinario y luego fueron al centro comercial con Samantha y compraron provisiones. —Saldré con Travor —le dijo a Samantha cuando iban caminando despacio los pasillos del centro comercial y Nahel llevaba a Got agarrado de la cadena. —¡Qué bien! —celebró Samantha—. Espero que disfrutes mucho, te lo mereces, y él también, trabaja mucho. —Precisamente por eso me invitó a salir y creo que cometí un error —dijo y se frenó. —A ver, cuéntame —le pidió Samantha mientras avanzaba a su lado. —Él me dijo que escogiera él lugar porque en realidad solo quería estar conmigo, y a mi se me ocurrió decirle que escogiera que me daba igual dónde fuera, que no me importaba si fuera en su casa o en la mía, a lo que él respondió que le venía bien en su casa —dijo misteriosa. —¿Y qué hay con eso? —preguntó Samantha sin entender el punto de preocupación. —Que él ya decidió que iremos a su departamento, ¿Te imaginas? —preguntó alarmada. Samantha se detuvo a mirarla sorprendida. —¡Por Dios Chloe! ¿Es en serio? —inquirió sorprendida—. ¿A estas alturas te vas a poner con remilgos? Son pareja y es normal que tal vez él quiera intimar contigo, llevan un mes saliendo y demasiado respetuoso ha sido contigo, ¿No creerás que él va a llevar una relación contigo de manitos sudadas? ¿O sí? —cuestionó siendo más madura que Chloe—. Si se da hoy no opongas resistencia ¿Acaso no te gusta? ¿Te sientes mal cuando te besa, cuando te toca? —No, claro que me gusta, por eso al final lo acepté, es un hombre atractivo, físicamente es perfecto,deseable y por dentro es un hombre formidable, cariñoso, atento, y de verdad me quiere, no creo que me haga daño —le confesó Chloe. —Entonces? No te estoy entendiendo —reclamó Samantha, hizo un silencio momentáneo y al ver el problema giró a verla—. ¿No te estarás conteniendo por el imbecil aquél? —No, solo soy yo que no me veo con otro hombre —dijo incómoda. —Pues comienza a hacerlo porque, a menos que quieras perder a Travor, te tocará dar ese paso, y si ese día es hoy pues hazlo sin remordimiento, al contrario disfruta al máximo y desquítate de todo el tiempo que llevas guardándole luto a quien no resiente haberte dejado ir. —¡Wow! No entiendo porqué estás sola —le respondió Chloe a Samantha al quedar boquiabierta por la forma de razonar de su hermana. Aceptó que Samantha tenía razón. Debía proseguir y darle a Travor el lugar que le corresponde en su vida, ya lo aceptó como pareja, pues parecía que había llegado el momento de asumir el papel de novia con todo lo que ello representa. —Ven, vamos para que te compres algo atractivo para que estés preparada por sí se da la ocasión. Que no te agarre con los calzones abajo —dijo Samantha y le guiñó un ojo para arrastrarla a la entrada de una tienda exclusiva de ropa intima—. Escoge algo, yo me quedo con Nah y Got aqui afuera. Accedió más por complacerla, no se sentía cómoda. Le había costado acostumbrarse a que Travor la besara y la tocara de manera inocente, respetuosa, pero siendo consciente había puesto mucho obstáculo para avanzar al siguiente nivel y como quiera que no son niños, ella debía aceptar que Travor era un hombre que demanda atención. Compró tres conjuntos de ropa íntima de colores sobrios, no quiso parecer una atrevida con los colores, ya bastante sugestivas eran las piezas, las escogió por sugerencia de su hermana. Al llegara casa, merendaron algo y ella se acostó con nahel a hacer la siesta, Travor no le dio hora y como sabía que él estaba cargado de trabajo, decidió no presionarlo por saber la hora de ir a buscarla, fuera cualq fuer ala hora estaría bien, el único obstáculo en su vida era Nahel, y ahí estaba Samantha para cuidarlo, por lo que no tenía excusa para salir con él a la hora que la vaya a buscar. Asumiendo que ese día tal vez sería diferente, se quedó dormida con Nahel. No supo cuánto tiempo durmió sino hasta que se vio sacudida levemente y escuchó el llamado de su hermana. —Chloe, despierta —le pidió ésta. Abrió los ojos y al ser consciente de lo profundamente dormida que estaba la vio. —Abajo está Travor —le anunció Samantha. —¿En serio? —preguntó preocupada—. ¿Qué hora es? —Diez minutos menos de las seis —aclaró mirando a su reloj de muñeca. —¿Por qué dormí tanto? ¿Y Nah? —preguntó al darse cuenta que él no estaba a su lado. —Está abajo ahora con Travor, antes estábamos jugando en el jardín mientras descansabas, —Ay no, ya bajo, me lavaré el rostro y voy a recibirlo —le dijo Chloe apenada. Lo hizo, se lavó los dientes y el rostro y bajó a recibir a Travor, lo encontró en la sala tomando café y Nahel sentado en el piso con Goy acostado en sus piernas. —Hola —le dijo desde la entrada—. Disculpa me quedé dormida. —Tranquila, hola —le dijo él en voz sutil—. Envidio a los que pueden hacer eso, yo estoy agotado —le dijo él señalándole el uniforme—. No me dio tiempo de ir a cambiarme, decidí venir directo por ti. —Tranquilo, estabas trabajando,e s normal, si me das unos diez minutos me ducho rápido y bajo para irnos —anunció. —Tómate el tiempo que necesites, te espero —le dijo él en actitud receptiva. Fueron veinte minutos los que en realidad Chloe se tomó para ducharse y luego vestirse. —Lista —anunció al llegar a la sala de estar, Travor sonrió al verla—. Nah voy a salir. —Sí, ya Travor me dijo que te llevará a pasear, anda, me quedo con mi tía y Got, nosotros no queremos salir estamos agotados —dijo serio. Chloe sonrió al ver la actitud que adoptó al darle a entender su negación en caso de que ella quisiera que él fuera con ellos. Con suerte Nahel no protestó y eso le agradó porque demostraba madurez en sus reacciones. De eso Travor fue consciente al tomar su lugar en el lado del chofer de su auto. —Nah es un niño perspicaz, nos llevaremos bien —dijo Travor y sonrió—. Hola —le dijo y se inclinó para darle un beso en los labios—. El saludo que te debía, me dio pena hacerlo delante de tu hermana —se justificó luego de separarse de ella. Chloe solo le respondió con una sonrisa. —Vamos, quiero darme una ducha y acostarme en el sofá a descansar un rato hasta traerte de vuelta —dijo él y encendió el auto y se aventuró a su departamento. Manejó en silencio y Chloe mientras tanto hizo todo por no mostrarse nerviosa, y lo hizo. —Bienvenida a mi humilde hogar —le dijo él cuando estuvieron en la entrada de su departamento y encendió las luces. Era un departamento espacioso, grande para una sola persona. De un pasillo apareció un perro de r**a galgo italiano, cuyo pelaje es de color gris. Le encantó. —Nahel lo ve y se enamora —dijo ella admirando al perro mientras lo acariciaba. —Seguramente, si me enamoré de su madre, seguro él no se resistirá a mi perro —dijo Travor y la abrazó por detrás. Es una posición muy íntima la que él adoptó, nueva entre ellos que no habían tenido un momento tan a solas como ese. Chloe aceptó que Samantha tenía razón, había llegado el momento de dejarse llevar e indagar si podría darse a otro hombre, y no a cualquiera sino a Travor. Él absorbió el aroma de su champú y de su perfume, la abrazó fuerte, al punto de que ella lo sintió estremecerse. —Grrr —gruñó sutilmente—. Iré a darme una ducha, quedas en tu casa —le dijo al separarse de ella y buscar darle un beso en los labios. —¿Te preparo algo de comer? —le preguntó tímida. —No te traje aquí para eso, puedo pedir domicilio. —No me hace daño prepararte algo rápido, anda, cuando salgas estará ya casi listo, veré que tienes ahí —señaló el área de la cocina. —Espero no te arrepientas de haber venido —le dijo él. —Nada de eso, me gustó venir a conocer tu refugio —le dijo ella con voz tierna. —Desde que te tengo mi refugio eres tú —le confesó Travor.
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