—No tienes que responderme ahora —le dijo Travor tomando su mano que reposaba sobre la mesa, la sintió temblorosa, y al mismo tiempo la miraba a los ojos fijamente—. Sé que es algo que te toma por sorpresa porque no lo esperabas.
—Sí.. si tu… tu nunca… nunca fuiste… —le costó pronunciar las palabras—. Creí que eras mi amigo.
Travor la dejó sin palabras, sin capacidad de pronunciar alguna palabra con coherencia, simplemente no tenía un sí o un no porque simplemente no tenía la respuesta precisa y conveniente para su vida.
Chloe lleva muchos años sola, dedicada a Nahel y sufriendo en silencio el dolor de la pérdida, y por haber sido derrotada por quien se creyó dueña de su vida.
—Claro que soy tu amigo, somos amigos pero eso no quita el hecho de que por tu forma de ser, por la gran mujer que eres poco a poco me haya enamorado de ti —confesó Travor viendo en esta la oportunidad que tenía para terminar de develar sus sentimientos ante una Chloe totalmente confundida—. Sin darte cuenta me mostraste una parte de ti que no había visto en ninguna otra mujer en mi puesto de trabajo, en mi profesión he conocido infinidad de mujeres y te confieso que sí he tenido varias parejas, pero con ninguna de ellas quisiera verme a futuro, tú eres la única que sin darme nada y al mismo tiempo pequeñas muestras de tu mundo, me has hecho comprender el verdadero significado de lo que es tener una gran mujer a tu lado.
Travor hizo una pausa y la miró fijamente a los ojos, apretó nuevamente su mano y le sonrió con ternura, lo cual no es usual en él por su carácter tan rudo, sin embargo, Chloe logró hacer de él un hombre humano, no en todo momento, sino cuando estaban juntos.
—No sé qué decirte—nerviosa pasó la punta de la lengua por sus labios—. De verdad me tomas por sorpresa. Todo esto para mí es algo nuevo, no estaba preparada, mejor dicho, no he estado preparada para recibir a nadie más en mi vida —le dijo Chloe con total sinceridad.
—Sé que vienes de vivir una situación bastante traumática —le dijo Travor logrando que Chloe abriera los ojos nerviosa, pues temió que él pudiera conocer esa parte de su vida que guarda con recelo—. Bueno, es lo que me ha dado a entender tu mirada tu silencio y tu forma de actuar un tanto discreta —aclaró Travor al ver que se asustó aún mas—; más bien diría yo, que excesiva, andas por la vida como si cuidaras cada uno de tus pasos, como si te diera temor tropezar en algún momento con algo, o peor aún, con alguna persona —completó él en voz sutil.
Chloe sintió temor de sus palabras y de manera instintiva alejó su mano de la de él, luego reaccionó y se dio cuenta que había sido un gesto exagerado. Estaba segura que Travor nada podría conocer de su vida antes de haber llegado al condado de Montana.
—No te asustes. No tengas miedo, conmigo no tienes nada que temer. Te he demostrado durante todos estos años que soy un hombre de confianza, el protector tuyo y de Nahel —le dijo Travor dándole la confianza suficiente—. Como te dije anteriormente, no tienes que responderme de inmediato, sé que tal vez no es una decisión fácil. Son muchos años que tienes sin tener una relación, sin estar en contacto directo con un hombre. Sé ser paciente, estoy acostumbrado a esperar y en el proceso igual seguiré cuidando de ustedes, pero quiero que sepas que espero de ti mucho más que esta amistad tan linda que me has regalado. Bueno, mejor dicho, quisiera lograr ocupar el lugar del hombre que pudieras considerar cuando decidas darte la oportunidad de volver a creer en el amor.
La confesión de Travor marcó un antes y un después para ellos pues esa misma noche luego de que él con la misma atención y el respeto que se viene dirigiendo a ella la dejó en la puerta de su casa y después de despedirse de ella y pedirle a la niñera que subiera al automóvil Para dejarle en su casa, así como asegurarse que ella se había quedado segura adentro se marchó. Chloe, no lo vio, pero sí lo sintió y lo escuchó pues se quedó parada detrás de la puerta en el interior de la casa totalmente nerviosa pues se sentía como si fuera la primera vez que un hombre le confesaba sus sentimientos.
A la mañana siguiente trabo no apareció a buscarla pues como ella ya tenía su auto no acordaron verse en la mañana para ella fue un alivio no tener que verlo a la cara pues como era de esperarlo no tenía respuesta a su proposición.
No logró dormir lo suficiente y, por ende, a la mañana siguiente se despertó más agotada como si no hubiera logrado descansar por mucho tiempo.
Para su suerte, Nahel esa mañana se mostró bastante colaborativo No protestó ni opuso resistencia a realizar todo el proceso rutinario que normalmente hacen antes de salir de casa.
Agradeció tener en qué ocupar la mente, porque el trabajo con los niños que forman parte de su grupo la ayudó a drenar un poco el sobre pensar en algo que ella sabía tenía que resolver.
Finalizada su jornada de trabajo se dirigió con Nahel a su casa. En la tarde fueron al centro comercial por unas provisiones que ella estaba necesitando para la casa y en el camino coincidió con el auto de Travor, que estaba estacionado en la entrada de un negocio, agradeció que él, si bien estaba fuera del mismo, se encontraba dándole la espalda al lugar por donde ella pasó. Sintió pesar,su corazón se comprimió pues se sintió culpable de no haber podido darle una respuesta ni siquiera ese mismo día.
Al mediodía del día siguiente, ella recibió una llamada de Samanta quién normalmente la llamaba a diario; sin embargo, no lo hizo en esos días y como Chloe estaba tan preocupada por la confesión de Travor no se dio cuenta de la ausencia de las llamadas.
—Hermanita, ¿Cómo has estado? —le preguntó Samanta desde el otro lado de la línea.
—Bien. Por aquí todo está bien, todos. Incluso Nahel se ha portado excelente estos últimos días, cuéntame ¿Tú cómo estás? —le preguntó con una emoción un tanto fingida.
Aunque sí le agradaba saber de su hermana, como en su interior estaba atribulada no lograba conectarse con la misma cómo hubiera querido. Mientras tanto, Samanta en su acostumbrada forma de ser acelerada empezó a contarle uno a uno de los logros que había obtenido en su trabajo, así como también le informó que iría ese fin de semana a visitarlos pues tenia dos meses seguidos que no los veía y los estaba extrañando.
—Eso no tienes ni qué decirlo, con aparecerte aquí tienes, también es tu casa. Sabes bien que eres recibida con los brazos abiertos, sobre todo por Nahel que te extraña muchísimo hermanita —le dijo Chloe en un tono de voz que Samantha percibió triste lo que llamó su mucho, parecía conocerla como nadie más
—Chloe, ¿Te sucede algo? Te percibo rara —quiso saber, la escuchó suspirar—. A ver, dime.
Chloe dudó en hacerlo, sabía que necesitaba desahogarse para ayudarse a dar con la mejor forma de responderle a Travor sin herrerillo. Ya en el fondo sabía su respuesta, prefabricada o no, la tenía. Lo que no quería era desilusionarlo. Pensaba que no era justo para él aceptar embarcarse en una relación donde ella no podía llegar a amarle, no como estaba segura de que él sentía por ella.
—Hmm —respondió Chloe.
—No des tantas vueltas —le dijo Samantha—. Suéltalo, espero que no sea otra aparición sorpresiva de los Gautier.
Chloe movió la cabeza a los lados en negación antes de expresarlo.
—No, no es eso, ya no creo que aparezcan nunca más —afirmó Chloe—. Es otra cosa —suspiró una vez más—. Es Travor, me pidió ser su novia —le dijo y se mordió el labio.
—¿Aceptaste? —le preguntó Samantha dejándola sorprendida.
—¿Cómo crees que voy a hacer tal cosa?
—Ay, ¡Por Dios Chloe! Eres la única que no te das cuenta de su adoración por tí, pensé que te habías dado cuenta. Hasta que al fin te lo dijo.
—Pero, ¿Cómo es eso?
—Nadie se toma tanto tiempo para estar a disposición de otro sino hay un interés y me acabo de dar cuenta que el de Travor es genuino —adujo Samantha—. Tenía mis sospechas y acabo de comprobar que sí te quiere, y lo celebro. Dime ¿qué vas a hacer? Porque veo que no le has respondido ¿O sí?
—No, no le he dado una respuesta, me dijo que lo pensara que sería paciente, pero no tengo nada que pensar —expresó Chloe imaginando que era lo correcto, que Samantha la apoyaría—. Lo que no sé es cómo decírselo, me da pena romper su corazón.
—¿Qué? —reaccionó Samantha de manera exagerada en un grito que obligó a Chloe a alejar el teléfono de su oído—. ¿Va a decirle que no?
—Claro, no puedo estar con un hombre que no amo —aclaró en su tono de voz sútil sabiendo que era lo correcto.
—Chloe, ¿Cuántos años tienes desde que tuviste que alejarte de George? —cuestionó Samantha—. Te respondo, no lo vas a admitir porque es evidente tu empeño en vivir en una cácel mental cuando eres libre de dejar de sufrir por quien no te recuerda. Ha transcurrido el tiempo suficiente para que hubieras hecho tu vida como él la hizo sin problemas, no esperó ni siquiera a que el tiempo le diera una motivación para buscarte, no lo hizo, se casó con otra, te encontró sustituta en cuestión de días, por conveniencia o no está felizmente casado.
—Por favor, no lo diga así, él ni yo tenemos la culpa —le dijo Chloe.
—No, no puedo contigo, Chloe abre los ojos, si George hubiera querido estar contigo pone a su gente a buscarte, tiene poder y dinero para hacerlo, no lo hizo porque no le importas, acepta que solo serviste mientras te tuvo al lado, que te quedó Nahel y el otro bebé que no está se lo agradecemos, pero hasta ahí, no tienes porque pasar la vida compadeciendote por culpa del error del otro. Él no se merece que le guardes luto. Que vaya a morirse y lo llore la otra, tu no le debes nada.
—Puede que tengas razón en algunas cosas, pero no puedo estar con Travor engañándolo, debo estar preparada para dar el paso con cualquiera.
—Es que Travor no te pidió casarse, acabas de decirme que te pidió solo ser su novia, la fase de ser amigos ya la han disfrutado bastante, aceptalo, ser novios no es casarse, es analizar si pueden dar el otro paso, en el tiempo que se tomen podrás comprobar o no si el puede ayudarte a superar tu pasado, dime sí ¿Estoy errada en mi percepción? Travor es un buen hombre, segura estoy de que te va a ayudar a revisar y entender si tienes madera para ser la pareja de otro hombre que no sea el estúpido presidente que tenemos.
Las palabras de Samantha la dejaron pensativa, tanto que dudó de lo que imaginaba era su decisión inicial.
—Vive tu vida, hermanita. No vas a conseguir en otro lugar a un hombre que te respete tanto y tenga paciencia para tener a su lado a un niño como Nahel y que no es suyo, Travor quiere a Nah y a ti te debe adorar para haberse armado de valor y abrirte su corazón finalmente, otro hombre desde hace tiempo te hubiera propuesto irse a la cama así no más, sin emoción ni sentimiento alguno. No lo pienses tanto, ten el coraje de enfrentar esta nueva oportunidad que la vida te está ofreciendo. Ciérrale la puerta al sufrimiento y ábrete a lo nuevo, a la felicidad que Travor te pudiera regalar.