Turbada por creer que la idea que cruzó por sus pensamientos era errónea, Chloe pese a la emoción que experimento de recibir por sorpresa tal.
No obstante sin intención de ignorarlo, la aclaratoria no se hizo esperar por mucho tiempo porque una hora después Travor apareció no solo con su auto sino también con la interrogante que ratificaba la que estaba contenida en la tarjeta que acompañó al ramo de rosas.
—Gracias —le dijo Chloe al recibir de su mano las llaves de su auto.
—Cada vez que lo necesites siempre estaré para apoyarte —le dijo adoptando una seriedad que le daba a Chloe muchas interpretaciones, no quiso considerarlas.
—¿Tienes tiempo para tomarte un café? —le ofreció con la intención de ver si lograba armarse de valor para hacerle la pregunta de la aclaratoria.
—Sí, no hay problema —respondió e ingresó a la casa apenas Chloe se hizo a un lado para abrir más la puerta y dejarlo pasar.
Travor se fue hasta la sala de estar, mientras que Chloe se fue hacía la cocina. Preparó el café y lo acompañó con un pastel que había preparado para darle merienda a Nahel.
—Te traje una sorpresa —le dijo al dejar una bandeja con las tazas con café y un pequeño plato con una buena porción del pastel de chocolate—. Ah, lo olvidaba, gracias por el ramo de rosas, está precioso —adujo Chloe girando levemente el cuerpo para mirar desde la distancia hacía la mesa del comedor que en su centro estaba decorada por el ramo.
—No tienes nada que agradecer, me nació enviartelo —contestó Travor al tiempo que se inclinó para tomar en sus manos una de las tazas con café—. Espero que no rechaces la invitación.
El momento que estaba esperando.
—Pensé que era una broma —adujo Chloe.
—Jamás jugaría con eso, soy un hombre serio, y como sé que no vas a distraerte a ningún lugar más que al parque o al centro comercial con Nah, me atrevo a extenderte esta invitación —se tomó un sorbo del café sin quitarle la mirada de sus ojos—. Acepta, no tienes que preocuparte por no tener con quien dejar a Nah, ya contacté a una niñera, solo espero una respuesta de tu parte para coordinar la hora en la que ella deba estar aquí, yo mismo la traeré.
Chloe logró ponerse nerviosa, aunque sabía que no tenía motivos para sentirse así. En el tiempo que llevan conociéndose, Travor había demostrado ser un hombre responsable y atento con ella. Pensativa concluyó que no tenía motivos para suponer mal y mucho menos tener miedo.
—No sé, no suelo salir de noche…
—No dudes, te hace falta distraerte, vamos, te traeré a casa antes de las diez —le pidió insistente.
—Hmm, bueno sí tienes razón, desde que vivo en esta ciudad nunca he salido a ningún lugar más que a los lugares de entretenimiento con Nahel—reconoció tímida.
—No te vas a arrepentir de haber aceptado mi invitación —le dijo Travor emocionado.
En cierto modo había acumulado tensión en su cuerpo. La posibilidad de que Chloe rechazara su invitación lo tenía preocupado. Sintió algo de liberación, pero en un rincón de su pecho aún quedaba un leve susto porque si bien había superado la primera fase del plan que se trazó para dar el paso que había postergado por dos años por respeto a Chloe, sabía que venía la parte más compleja.
—Bueno, me tomaré esto rápido para irme —le dijo y luego tomó en su mano el pequeño plato para comerse el pastel. probó una primera porción y quedó complacido, como lo imaginaba, no era la primera vez que ella le ofrecía algo preparado por sus manos—. Exquisito, no podía esperar nada distinto —expresó elogiándola—. Supongo que Nah celebró como yo.
—Sí, ya sabes como es, es emotivo con otras cosas, pero no rechaza un pastel hecho por mí —le respondió con ternura.
Travor no podía dejar de admirarla cada vez que hacía gestos como ese, la forma en la que su rostro se transformaba sutilmente cuando hablaba de Nahel. Es algo que lo ha mantenido atento a ella y que entre otras cualidades de ella lo hizo verla solo a ella, no ha podido encontrar en ninguna otra mujer tanta perfección. Por eso no ha buscado a ninguna otra, por eso se ha mantenido soltero a la espera de ver si le era posible considerar armarse de valor y proponerle lo que tanto es su deseo, ser parte de la vida de Chloe y Nah pero no como el amigo incondicional.
—Me voy, a las siete treinta estaré aquí con la niñera —anunció al tiempo que se incorporó de la silla—. Espero verte bella como siempre y relajada, toma esto como una oportunidad de comenzar a vivir.
Chloe asintió en un leve movimiento de cabeza de arriba hacia abajo, aceptando que él tenía razón. Debía vivir, debía comenzar a vivir, era consciente de eso, Nahel lo necesitaba, ella necesitaba comenzar a darle una dirección a su vida.
En el pasado, tomó una decisión aceptando sus consecuencias, aunque en sufrimiento así fue, ella bien pudo no dar el paso que la llevó a separarse de su otro gemelo, y aun así lo hizo. Le correspondía retomar su vida pues su gemelo estaba en buenas, y George ocupaba un lugar privilegiado donde seguro no tendría tiempo para recordar el pasado, recordarla a ella, se casó y es feliz al llevar una vida plena.
—Te espero a las siete treinta —le dijo a Travor desplegando una sonrisa.
Animado por verla con muy buena disposición, Travor salió de la casa, abordó el carro patrulla y se dirigió a la delegación, detrás de él iba un motorizado y un compañero que les sirvieron de apoyo para trasladar el auto de Chloe hasta su casa.
Le quedaban tres horas de trabajo, tiempo suficiente para para resolver lo que estuviera al pendiente, y eso hizo, es una ciudad tranquila, los hechos delictivos no son tan graves ni voluminosos como para mantenerlo encerrado en el trabajo por las largas horas, aunado a que él se ha preocupado por resolver de inmediato los casos que son asignados a su destacamento.
Para la hora en la que le prometió a Chloe estar en su puerta así lo hizo, solo media hora se tomó para ir a su casa, ducharse, y arreglarse y luego ir por la niñera.
—Aquí estamos —le anunció a Chloe desde su auto a través del teléfono.
—Ven, Nah anda ansioso por conocer a la niñera —le dijo Chloe.
Estando adentro de la casa, en efecto, Nah estaba acelerado por la novedad de conocer a la chica que lo iba a cuidar.
—Chloe, Nah, ella es Kamisha Hunter, trabaja como niñera y estudia en la escuela de negocios —la presentó Travor—. Ya le expliqué como es la situación con Nahel, ella entiende a la perfección aunado a las reglas que le impuse para evitar ganarse problemas legales.
Chloe le sonrió, no esperaba menos de él siendo sheriff, el que trate de imponer su investidura y más porque fue él quien propuso la salida, no era más que una forma de hacerle ver a ella que se encargaría de todo, incluso de la seguridad de Nahel así fuera desde la distancia.
—Vamos —le dijo Travor señalándole la puerta—Tenemos el tiempo limitado y las horas siempre pasan rápido—. Nah, cuida de Kamisha —le dijo Travor serio y le guiñó un ojo.
Estaba bromeando, Nahel no lo percibió así, más bien se puso serio al recibir el mensaje de Travor.
—¿Por qué le dijiste eso? Ahora se queda preocupado —le preguntó Chloe estando adentro del auto de Travor.
—Solo fue un juego, igual es bueno, lo hace sentir responsable de algo —le aclaró—. Es hombre, y todos a cualquier edad siempre queremos sentirnos útil para otros, debes irle inculcando eso.
—Lo veo tan pequeño y tan indefenso que me da cosita exigirle de más —confesó.
—Eres especialista en el área y sabes que con ello nada es de más, que si debe ser de a poco es otra cosa, pero debes hacerlo sentir importante, no como hijo, sino como hombre, irle dando un rol en el hogar —manifestó Travor sin dejar de tener razón, Chloe lo aceptó.
Manejó hasta un restaurante en las afueras de la ciudad, hizo una reservación en uno lujoso, uno que Chloe no conocía pues es una zona que ella no frecuenta.
—Sheriff —lo recibió una mujer vestida con elegancia pero que era evidente que era una anfitriona del lugar—. Buenas noches, su mesa está lista.
Avanzaron detrás de ella, tomaron lugar en una que estaba retirada y dispuesta cerca de un pianista, algo alucinante para Chloe, se alegró de haber seleccionado el vestido que estaba luciendo, uno n***o ceñido a su delgada figura, de tirantes gruesos, recto pero de corte elgate, y a juego llevaba unos tacones tipo aguja bastante altos, llevaba su cabello largo, suelto y cuidadosamente peinado, maquillaje discreto. Todo acorde al lugar, no se había equivocado en el buen gusto de Travor, quien también iba vestido de manera impresionante,. no llevaba el uniforme que normalmente usa, esta vez tenía puesto un traje de blazer y pantalón a juego n***o.
—Me alegro que hayas aceptado mi invitación, para mí es un honor que estés aquí haciéndome compañía, no sabes cuanto valoro este momento —le dijo sintiéndose nervioso.
—Gracias por la invitación —le dijo Chloe con una sonrisa—. Este lugar es hermoso, muy elegante.
—Lo que te mereces —asentó Travor—. Vamos a ordenar para que nos dé tiempo de conversar y disfrutar la velada —adujo y le hizo seña a la anfitriona.
Pasaron unos minutos decidiendo qué pedir y Chloe aceptó una copa de vino para acompañarlo aunque respeta todo lo que es licor. Desde que tuvo a sus hijos no había ingerido una gota.
Cenaron en silencio admirados por la música de fondo y sólo después que la anfitriona retiró los platos de ellos, Travor se atrevió a volver a hablar con ella.
—Chloe —adujo llamando su atención, Travor estimó que había llegado el momento de dar el paso, estaba muy nervioso y sentía que no podía ni dubai esperar más, la miraba tan hermosa que se sintió motivado—. Desde hace tiempo quiero hacerte una pregunta que me cohibido en hacerla para no parecer invasivo, por no decir irrespetuoso, sé que eres una mujer de principios y que Nahel es tu primera y última preocupación en la vida, incluso es tu prioridad, y lo respeto, es admirable.
Chloe lo miraba atenta, sin quitarle la mirada de encima.
—No te vayas a espantar pero tengo cuatro años o tres años y unos meses guardando un cariño silente por tí que se fue alimentando día a día, no quiero dejar pasar más el tiempo, sé que tal vez no me veas como hombre, pero yo sí te veo como mujer, la mujer con al que quisiera iniciar una relación y si las cosas se dan como las imaginó hacer una vida de pareja formal hasta llegar al altar, estaría complacido de que me aceptarás en tu vida —dijo hablando sin parar—. Quiero ser el protector de Nahel y el tuyo, pero más de cerca ¿Aceptas ser mi novia?
Los ojos de Chloe se abrieron como perlas ante semejante confesión y la propuesta que vino detrás de ella. Considerar embarcarse nuevamente en el amor no lo había considerado en todos esos años, y aunque horas atrás pensó eso de retomar su vida, jamás imaginó que pudiera ser en ese aspecto, ni que la vida la pusiera de frente a él tan rápido y menos con Travor, un excelente hombre.