—¿Tú vas a ser mi papá? —fue la reacción de Nahel.
Chloe no esperaba que le hiciera esa pregunta, le tomó por sorpresa. Nunca antes Nahel había tocado ese tema con ella, y como no había sucedido, ella no lo vio como algo prioritario.
Miró a Travor por unos segundos.
—Mi amor, ¿De donde sacas esa conclusión? —quiso saber.
—Los niños de mi grupo tienen papá, yo no tengo, —hizo una pausa mientras miraba a lo lejos.
Travor le propuso a Chloe llevarlo a un club del cual él es socio, esa era la primera salida totalmente distinta y entretenida que Chloe y Nahel hacían desde que llegaron a vivir allí.
—Los niños dicen que los papás viven juntos, y también que los novios se casan, ¿Te vas a casar con mi mamá? —preguntó Nahel metiéndose en aguas mucho más profundas.
La explicación que le dio Nahel la dejó impactada. De la sorpresa su garganta se trabó, miró a Travor a ver qué le iba a contestar él.
—Aún no sabemos si nos vamos a casar, estamos viendo primero si nos llevamos bien y después decidimos —le explicó de una manera un tanto brusca.
—Mi amor, nosotros solo estamos probando si podemos ser felices juntos, las personas cuando se casan es porque saben que van a ser felices hasta siempre —agregó Chloe.
Sabía que le estaba diciendo algo errado a Nahel, más sin embargo, era la única forma en la que él pudiera entenderlos. Al final pareció que Nahel quedó convencido porque no volvió a comentar ni a preguntarles nada más sobre el tema, se entretuvo sentado en la orilla de la piscina.
—¡Qué difícil tratar esos temas con un niño! —adujo Travor—. Me sentí incómodo, no quería decirle algo que le afectara o le hiciera terminar viendome mal.
—Nah no puede verte mal, eres el héroe que tiene en estos momentos, en su corazón no hay malicia, su condición no le permite diferenciar entre el bien y el mal, yo soy la que lo he ido orientando en eso —le explicó Chloe—. Así que no te preocupes por eso, la idea era que él pudiera comenzar a entender tu presencia en la casa.
Después de ese experiencia incómoda para Travor, la relación entre Chloe y él comenzó a desarrollarse de manera tranquila, y hasta más llevadera porque él no tenía el afán de llegar temprano para ver a Chloe y tener que irse porque al día siguiente ambos debían ir a sus trabajo. Sin preverlo comenzaron a llevar una vida familiar que hasta era objeto de miradas curiosas, él se quedaba en su casa varias noches a la semana y ella y Travor otros días en su departamento. Travor comenzó a convertirse en una pieza importante en la vida de Nahel, lo llevaba eventualmente a la estación y pasaba horas ahí con él, los funcionarios lo entretenían dándoles explicaciones de sus funciones y le respondía todo cuanto Nahel se le ocurriera preguntar. Chloe depositó en Travor la confianza del hombre y el padre que no pudo ver en George.
En el proceso de la evolución de su relación de Chloe y Travor, en Washington, George finiquitando los detalles del inicio de la gira de su campaña presidencial, sentado en su oficina en el edificio empresarial del cual él es propietario y donde se acondicionaron varias oficinas como sede de la organización que conformaba su partido de gobierno.
—¿Ya tienes el listado de los seis primeros lugares donde nos movilizaremos estos días? —le preguntó a Cecil.
—Sí, aquí están —le extendió un listado
En actitud despreocupada, George leyó la lista que le entregó su asistente, y luego pasó a discutir otros detalles de la gira buscando simplificar el proceso, porque aun cuando estaba actuando como candidato y se separó de su cargo por el tiempo que dura la campaña hasta retomar sus funciones en caso de resultar reelegido, tenía asuntos que resolver en la presidencia que no tomaban en cuenta esa exigencia legal de la separación del cargo. Era mucho el trabajo que tenía por delante, y agradecía que fuera así porque a raíz de su decisión de no permitir la participación de su madre ni de Nadia en la campaña, ambas mujeres andaban en plan de guerra con él, lo que no le afectaba pues llegó un momento que ante lo monótona que le estaba resultando la vida familiar decidió ignorarlas por completo y avocar su vida al trabajo.
George no estaba llevando al vida que en el pasado imagino sería su futuro, pero como no puede revertir el pasado y convertir su presente en el sueño que ideó, prefirió aislarse para no empeorar su situación, al sensación de vacío que lo acompañaban era profunda y no tenía tiempo ni con quien sentarse a desahogar tamaña pena. Tampoco el tiempo estaba a su favor, y había prioridades de ineludible postergación.
Con esa justificación ha pasado los últimos meses de ese año, y aún más las últimas tres semanas donde hasta discusiones sin sentido ha tenido con Nadia.
—¿Hacia dónde nos dirigimos? —preguntó a uno de los profesionales que forman parte de su equipo de trabajo.
Salieron a tempranas horas de la mañana, antes del amanecer para hacer un viaje por carretera, en dos horas tendrán la siguiente parada en la primera locación de su encuentro con los miembros de una comunidad que lo apoyaba.
—La primera parada es en Montana, en el condado de Flathead —le informó Cecil.
—Perfecto —accedió sin hacer observación alguna.
Pasadas dos horas llegaron a la entrada de la localidad, serían recibidos por miembros de su equipo local, quienes estaban siendo custodiados por seguridad privada y el cuerpo de seguridad del estado resguardaría el orden público.
Todo estaba dado para que ese inicio de campaña fuera exitoso. Así lo sintió cuando se bajó de la camioneta de vidrios polarizados en la que hizo ese viaje de tres horas.
—Si gusta ingresamos a un restaurante para que se tome algo antes de llegar al lugar donde lo estarán esperando —propuso uno de los miembros de su equipo—. Cecilia quedó en llamar para avisar que todo está dispuesto para que usted haga su aparición —agregó el hombre.
—Me parece buena idea —dijo George y eso hizo que todos sus escoltas se movilizaran como en un video juego, todos se movieron estratégicamente cuando George decidió ingresar a un restaurante en el centro de la ciudad.
Ingresaron al establecimiento y al reconocerlo, el espacio fue prácticamente cerrado, quedaron solo unos pocos comensales que lo saludaron desde la distancia. Agradeció en su mente que fuera así, porque pese a saber que debía tener otra actitud, no estaba de humor para familiarizar con nadie.
George sintió que ese día sería duro, porque su ser demandaba era relegarse en una especie de encierro. La amargura estaba haciendo de las suyas en su interior, y no se permitía darse cuenta de ello.
Mientras él se tomaba un café que le sirvieron, afuera en una esquina del restaurante, uno de sus escoltas se vio atraído por una imagen que lo hizo abrir y cerrar los ojos una y otra vez. Giró el rostro para ver si uno de sus compañeros habían visto lo mismo que él, aparentemente no fue así, aparentemente solo fue él, y llevado por la curiosidad le hizo seña a uno de sus compañeros para que cuidara también su campo de radar y cruzó la calle. Sentía la necesidad de comprobar si sus ojos habían visto bien.
De una unidad policial vio bajarse a un niño idéntico a Logan, el hijo del presidente, lo que no comprendía pues Logan estaba en casa, vivía encerrado por precaución, y ver a un niño tan similar a él le resultó llamativo. Llegó a pensar que tal vez la señora Nadia por llevarle la contraria al presidente tal vez se adelantó y llegó hasta allí con el niño. Al llegar cerca de la unidad policial miró a ver si el niño estaba cerca, no lo divisó y convencido de que se había equivocado se dio la vuelta para retornar, en ese momento algo chocó contra él, y al bajar la mirada vio que era precisamente la copia de Logan, su garganta se secó de la impresión.
—Hey —dijo el escolta tomándolo por el hombro para evitarle caer—. ¿Qué haces? Te puedes golpear —agregó apartándose un poco para mirarlo bien.
Nahel que no estaba acostumbrado a hablar con extraños se asustó al ver al hombre, se veía tan grande como Travor e imponente y eso le asustó, sobre todo porque era la primera vez que lo veía.
—¿Dónde está la señora ? —le preguntó el escolta—. ¿La primera dama? ¿Dónde está qué te dejó solo? 0ùinsisitió pero Nahel no le escuchaba, su mente se bloqueó de golpe.
Era un mecanismo de defensa que por su condición de asperger suele activarse en él conn los extraños. Solo hasta ahora que Chloe comenzó la relación con Travor es que Nahel tiene más contacto con el mundo exterior, sin querer ella en su sobreprotección y para evitar ser encontrada por Anna de Gautier hizo una vida de encierros y huidas con él, lo que en cierto modo terminó afectándolo, y como no habían tenido hechos similares que la alertaron del daño que le estaba ocasionando, Chile no estaba al tanto de saber de este síntoma de su hijo.
—¿Tu mamá? —le preguntó el hombre al no entender por qué razón Logan no le contestaba si era tan perspicaz que tenía una respuesta para todo y para nada.
Definitivamente que uno era la gota de agua del otro en el físico pero internamente tan diferentes que no razonaban con la misma rapidez, y no podían medir el peligro de igual modo. Para Nahel cualquier extraño que se dirija a él sin un mínimo de sutileza era la representación de un peligro.
—Nah —esucháron ambos que una voz masculina comenzó a llamar en voz alta—. Nahel —repitió la voz.
El sonido de la voz de Travor fue lo que hizo reaccionar a Nahel, quien asustado se dio la vuelta y salió corriendo a su encuentro.
El escolta en un estado de total confusión, miró como el niño que podría jurar era Logan le obedeció al hombre y corrió hasta él y lo abrazó por la pierna, para que luego ante la expresión de cariño del sujeto con uniforme del cuerpo policial del estado se vio más relajado y este lo tomó de la mano para guiarlo hasta la patrulla policial.
Así como el niño apareció ante su mirada se desapareció sin que él pudiera encontrar una explicación a lo que acababa de experimentar.
Confundido vio perderse al auto por una calle que luego se perdió en otra esquina, y ahí permaneció parado en el mismo lugar por un buen rato, mientras su mente trataba de comprender semejante parecido.
—¡Ay Dios! —exclamó para sí mismo mientras miraba a ambos lados de la calle—. ¿Esto si que es una locura!
Cruzó la calle y activó su radio transmisor para volver a ponerse en línea. llegó a su puesto, y le hizo seña a su compañero para avisar que allí estaba. Quedó preocupado y con uan extraña sensación, no supo si ingresar al restaurante y poner al tanto al presidente de tal situación o si esperar y notificar su regreso a Washington. Estaba seguro que Logan se había quedado en casa, pero ¿Cómo se explicaba a este niño tan idéntico al hijo del presidente?
Consternado miró a los lados y cruzó la calle para volver a su lugar, encendió el transmisor y le hizo seña a su compañero para informarle de su retorno.
Tan preocupado estaba que decidió llamar al jefe de escoltas de la casa presidencial, necesitaba salir de la duda.
—Temis —llamó la atención del hombre cuando escuchó que contestó su llamada.
—Brach —lo saludó el otro—. ¿En qué puedo ayudarte? Espero que todo esté marchando bien.
—Sí, sí, todo va según el cronograma, quería consultarte algo —adujo mientras miraba a los lados..
—Dime.
—La primera dama y el niño Logan ¿Están en casa?
—Sí, hasta ahora el único que ha salido es el presidente, de resto todos están ahí —le respondió el hombre—. ¿Por qué?
—Por nada malo, el señor me mandó a confirmar nada más —dijo mintiendo y colgó la llamada lo que lo dejó en peor situación de confusión.