Con la idea de la existencia del niño parecido a Logan, George abordó la camioneta en silencio y se dirigió hacia el lugar donde daría su presentación como candidato a la reelección de la presidencia de su país.
En su habilidad de abstraerse de los problemas y abocar la mente solamente a lo que tenía al frente, viendo solo al objetivo que se había planteado, George dio un meeting de más o menos cuarenta y cinco minutos durante los cuales dio todo de sí para que su exposición fuera lo más pulcra y transparente que pueda ser, dejando ver lo que lo caracteriza y lo que lo había llevado a mantenerse dentro de lo que es medianamente aceptado en una comunidad que solo esperaba de él a un líder que reconociera sus necesidades y se sensibilizara de ellas. Así ha sido la trayectoria de la administración gubernamental que él ha desarrollado, ha sido tan pulcra, tan impecable, que si bien no ha olvidado su situación personal, le ha dado más prioridad al entorno que a sí mismo, tanto que aunque en el pasado tuvo curiosidad por saber de los orígenes de Logan, el día a día lo hizo postergar esa necesidad hasta el día de hoy que con la información que le habia acabado de dar su escolta se hizo consciente de que nunca se hizo a la tarea de tratar de indagar quiénes pudieran ser los verdaderos padres del niño que ahora funge como su hijo y lo reconoce a él como tal.
Esta información lo hizo recordar por momentos cuando en el pasado meses después de haber contraído matrimonio con Nadia, su madre Anne de Gautier planteó la necesidad o lo conveniente que era para ellos traer un hijo al mundo. Se justificó en que eso terminaría no solamente de unirlos como pareja, sino de darles también a ellos una imagen de una familias ejemplar ante el mundo.
Inicio del Flashback:
Cuatro años atrás:
—Amor —Nadia llamó su atención—. No me gusta la idea que acaba de dar tu madre. Estamos recién casados, no creo que sea conveniente traer al mundo a un niño tan rápido. ¿Qué va a pensar la gente? —dijo Nadia en una actitud un tanto extraña.
—Para mí no hay problema con eso, no me afecta en nada; sin embargo, pienso igual que tú, es muy pronto para traer un hijo al mundo —respondió George en actitud un tanto apática.
Habiendo estado de acuerdo ambos en que era demasiado pronto para ellos y como quiera que apenas George tenía escasos meses ejerciendo el cargo de presidente de su país, se olvidó el tema hasta que una mañana cualquiera estando él en el despacho presidencial la misma Nadia que en una oportunidad se había negado de manera tajante a la posibilidad de convertirse en madre tan pronto, le llegó con dos noticias que lo pusieron en contra de la pared.
—Amor, disculpa sé que estás ocupado, pero necesito que hablemos hoy mismo de algo que es sumamente importante —le dijo Nadia y tomó asiento en el sillón al frente del escritorio de George sin esperar a que él le dijera un sí o un no.
—Estoy algo ocupado, ¿No podríamos esperar a tratar lo que sea en la noche cuando llegue a la casa? —le preguntó George buscando evadirla, pues en realidad estaba colmado de mucho trabajo esa mañana y al final de ella le tocaba asistir a un evento de gran relevancia.
—No, amor. Esto es algo que debemos discutir de inmediato. De tu respuesta depende que podamos acceder o no a lo que te voy a proponer —le dijo ella en un tono de voz que demostraba su total decisión de no irse de allí hasta tanto él no la dejara hablar.
Como quiera que ya se había dado cuenta de lo caprichosa que era, al final terminó accediendo, total, pensaba él que esté nuevo evento no pasaría de ser una simple manifestación de capricho de ella que tal vez terminaría solventando con cualquier petición que ella hiciera desde el punto de vista económico, ya poco a poco se había ido acostumbrando a ese tipo de manifestaciones de su parte.
—A ver, ¿Qué será eso que no puede esperar a ser tratado cuando yo esté más tranquilo y enfocado en tus cosas, Nadia? Dime.
Sin percibir el dejo de fastidio que George dejó ver en el tono de su voz, Nadia se acomodó en la silla de forma tal que se orilló en ella y recargó su cuerpo a la superficie del escritorio, desplegó sobre él una serie de papeles antes de comenzar a hablar.
—¿Qué es esto? —le preguntó George extrañado.
—Me he estado haciendo una serie de estudios médicos, no te lo había querido decir pues quería darte la sorpresa, pero acabo de corroborar que la sorprendida fui yo —hizo una pausa que la dejó ver con cierta incomodidad, pero George no le dio importancia y le hizo seña para que prosiguiera con su relato—. Soy estéril, no puedo darte el hijo que tal vez soñaste tener, amor, y eso me tiene mal —le dijo ella en un tono de voz de tristeza.
Escucharle decir esto en cierta forma tocó el corazón de George que jamás imaginó pasar por esta situación. No esperaba que su visita fuera tan dramática. En sus planes no estaba tener un hijo, no en ese momento y menos después de la desagradable experiencia que tuvo con el fracaso de su relación con Chloe. Más sin embargo, saber que Nadia se encontraba en esa situación le hizo sentir un tanto incómodo, tal fue así que terminó estirando su mano para que ella colocara la suya sobre la de él y la apretó en un gesto compasivo, una actitud un tanto despreciable para ser el esposo de ella el hombre que también debería mostrarse más sentido por tan lamentable noticia.
Si bien George se sentía conmovido, no sentía dolor alguno por la situación que en realidad pudiera envolver tan lamentable noticia. No la amaba y por tal razón no sentía el peso de su dolor.
—Lo lamento mucho —fueron sus escasas palabras, las cuales acompañó con un gesto de compasión y cierto dejo de tristeza en su mirada.
Sobreactuar las emociones que pudiera estar sintiendo, e incluso, las que no sentía, se estaba convirtiendo en parte de su día a día. En ese momento volvió a comprobar cuánto había aprendido del mayor golpe que había recibido en su vida, la traición le mostró otra faceta de él que jamás hubiera podido lograr descubrir en medio de la transparencia de vida que él había podido llevar estando al lado de Chloe.
—Yo también lo lamento, amor, y más que todo por ti —adujo Nadia suavizando el tono de su voz—, porque sé que era tu sueño tener un hijo. Era el elemento que estaba faltando para que pudieras terminar de verte como el mejor de los hombres. Eso, obviamente el que yo no pueda darte ese hijo, no te disminuye, pero sí pudiera engrandecerte, amor.
Nadia, en medio de su sentir hizo una pausa y se dejó ver bastante afectada por la situación. Hizo una pausa momentánea y luego fingió limpiarse las lágrimas que no tenía en el borde de sus ojos.
—Verás amor —continuó enfatizando más en el tono sensible de su voz—, viendo esa situación, logré obtener información de un niño que van a dar en adopción —agregó ella en un tono de voz más sutil, el mismo que usaba en el pasado para convencer a sus padres cuando quería algo y ahora en el presente que le ha servido para convencer a George de que accediera a muchas de las peticiones que ella le extendía.
Al escucharla, George se escandalizó pues no era que no estuviera de acuerdo con rescatar a niños que no tengan padres, sin embargo, como quiera que él no tenía pensado tener hijos biológicos en ese momento, mucho menos iba a incluir en esos planes no establecidos y de inmediato a hijos que fueran de otros. Algo dentro de su ser se bloqueó por completo, lo que dejó ver en su mirada y en la expresión corporal.
—Amor no te pongas así —le dijo Nadia al percibir de inmediato su negación—. Es un niño que es recién nacido. Tengo entendido que a la madre le han hecho todas las pruebas necesarias para determinar que no venga con ningún tipo de problema. Es una mujer que no tiene antecedentes extraños, pues también me dieron la información completa. El niño va a nacer y la madre no lo quiere, entonces justo al momento de nacer lo van a poner en manos de una trabajadora social. La cual nos lo entregará con certificado de nacimiento como si hubiera nacido de ambos.
Pese a toda la información que Nadia le dió, en ese momento George rechazó de plano tal posibilidad, porque no quería tener que encargarse tan pronto de un ser que demandaba toda la atención de sus padres. Él no tenía el tiempo ni la disposición, aún anímicamente no se había recuperado del fracaso que había tenido.
Ese mismo día Nadia salió del despacho presidencial botando fuego por la boca, pese a haberle dicho que estaba sentida por la noticia de que era estéril.
No pasó mucho tiempo después, si no alrededor de un mes de esa conversación respecto de la cual el decidido no volver a tocar el tema, cuando en el despacho presidencial se apareció su madre buscándolo en una actitud nerviosa y diciéndole que Nadia se encontraba mal, a lo cual a él no le quedó más que hacer a un lado toda la responsabilidades que tenía y salir corriendo a la casa presidencial y allí se encontró nada más y nada menos que a Nadia con un bebé recién nacido en los brazos. Esa situación trastocó toda su vida pues fue motivo de discusión entre ellos de inmediato mostró su total negación a hacerse cargo de un niño que no quería en su vida.
—No sé cómo vas a hacer, pero ya los papeles están firmados, y a la madre se le pagó por el niño, ella dijo que no lo quería de vuelta, a menos que estuviéramos preparados para un escándalo de ñ dimensiones inmensurables, pues ella no lo quiere —le dijo Nadia en un tono de voz firme dándole a entender que no tenían ya posibilidad de revertir esa situación.
Fin del Flashback.