Cuatro años atrás:
—Buenos días —escuchó Chloe que George saludó desde la recepción.
Ha transcurrido una semana desde que Chloe se enteró de la noticia que cree acabará con su relación y con el futuro prometedor de ambos. Decidió no comunicarle esa gran noticia todavía pues George en esos días había estado en una reunión tras otra con ocasión al venidero período electoral. Se viene un cambio en las estructuras de mando de su país y aún no sabían quién ocuparía el lugar como candidato en representación a la línea política del presidente actual.
Esas reuniones afectaron por completo los encuentros que venían teniendo, Tienen tres días que no se ven a solas, y para ella en cierto modo era lo mejor, la atención al trabajo fue propicia, le estaba costando mostrar emoción frente a él y actuar como si nada sucediera en su vida, cuando estaba pasandole lo más grande que ambos podrían haber causado, la llegada de dos nuevos seres a la vida que ambos no habían logrado asentar, mucho menos hacer pública.
—Pasa a mi despacho, por favor —le pidió George al pasar frente a la puerta de su oficina, ésta estaba contigua a su despacho.
Chloe tiene una asistente cuyo escritorio está en la recepción, a ella fue a quien George saludó inicialmente.
—En un minuto estaré allí —le dijo ella y soltó el lápiz que tenía en la mano porque se encontraba haciendo algunas anotaciones de importancia.
Se incorporó de su sillón, estiró su falda tipo lápiz bien ceñida al cuerpo y tomó del perchero el blazer a juego color azul cielo que decidió usar ese día encima de una blusa de seda blanca sin mangas.
Pese a que el aire acondicionado estaba en su mayor intensidad, lo que implicaba que el frío en toda la oficina era abrumador, ella no lo estaba sintiendo así. No sabía si era por el embarazo o el estrés tan grande que llevaba padeciendo desde que supo la noticia del embarazo, pero tenía mucho calor, era agobiante sentirse calurosa. Acomodó su larga cabellera y por inercia, sin tener a mano un espejo para verse, se lo peinó con los dedos y al final llevó una buena cantidad de él a la parte de adelante sobre su hombro y que otro tanto reposara sobre su pecho izquierdo buscando lucir más presentable, aunque no lo necesitaba.
Chloe es una mujer que se precia por gozar de una belleza natural, es de piel blanca, cabello castaño oscuro, largo hasta más arriba de sus glúteos, liso y ondulado en las puntas, ojos color miel, tiene una figura delgada y bien rellena en las zonas de más importancia, es tímida, pero no ignora ser portadora de un cuerpo envidiable. Aun con el embarazo todavía muestra una figura estilizada, sabía que eso no le iba a durar por mucho tiempo, por lo que debía escoger bien el momento propicio para darle a George la noticia antes de que termine notándolo por sí mismo, y que ello sea motivo de conflicto entre ellos.
En todo el tiempo que llevan juntos nunca han tenido una discusión, ni siquiera de las insignificantes, porque son muy comprensivos el uno con el otro y como trabajan en el mismo lugar, ambos saben lo qué hace el otro, dónde lo hacen y cuándo. No han tenido un motivo para discutir.
—Cierra la puerta —le pidió al verla entrar.
Apenas ella lo hizo lo vio bordear el escritorio y se acercó a ella para darle un beso fugaz. Se separó de ella de inmediato, se cuidaban mucho de ser sorprendidos por alguien.
—Te he extrañado estos días —le dijo y se giró sobre sus pies para tomar su lugar en el sillón detrás del escritorio—. Ha sido imposible desocuparme temprano, la reunión de ayer no dio espacio a nada.
—Tranquilo, yo más que nadie sé todo eso.
Ella ha ido con él a todas las reuniones, así como también su padre, el Ministro Friedrich Gautier, quien ha sido el real obstáculo para que ellos al final de esas reuniones pudieran estar aunque sea un par de horas juntos.
George vive solo en un penthouse en una zona exclusiva del centro de la ciudad, pero sus padres son un tanto invasivos y tienden a estar al pendiente de todo cuanto hace, o eso intentan hacer. Por lo que para evitar situaciones incómodas, decidieron esperar el momento propicio que, solo hasta que él le da la noticia que fijó un poco más su bello y bien gestado cuerpecito en la silla donde tomó asiento, entendió debía ser esa misma semana.
—Acabado de recibir una llamada del Ministro de asuntos electorales, me pidió gestionar la revisión de las normas del procedimiento y me informó que ya fijaron la fecha para la celebración del proceso, quieren el proyecto revisado y discutido para el mes que viene —le dijo George mostrando estar estresado.
—Es decir, ya no habrá descanso por unos meses —tradujo Chloe.
—Así es, y no solo eso, amor —respondió él inclinándose al frente al colocar sus brazos sobre el escritorio.
—¿Hay más? —preguntó abrumada.
Nada más que con lo que él le acababa de decir y el secreto de su embarazo, ella tenía suficiente para colapsar. Sabía que él le decía lo del proyecto porque además de ser su secretaria, era quien elaboraba las proyecciones que debía presentar al grupo de senadores para discutir el proyecto. Es algo que debía hacer él personalmente, pero Chloe había aprendido a la perfección y él le confiaba todos los que le eran solicitados, ella lo descargaba de esa obligación para que él tomara atención en otras de más o igual relevancia.
—Me llamaron de la presidencia del partido de gobierno —adujo e hizo una pausa—. Me seleccionaron como el candidato que los represente para esta nueva contienda electoral. Estoy postulado como el candidato a la presidencia de este país, amor, ¿Imaginas este gran logro?
A Chloe se le fueron las energías a los pies, por no decir al piso. Semejante noticia no debía haberla impactado de manera tan negativa. En el pasado conversando entre ellos dos habían imaginado cómo sería ese momento si sucedía, lo esperaban, pero no tan rápido, no en este periodo electoral.
En lugar de sentir emoción, se sintió más triste y deprimida de lo que venía sintiéndose en la última semana, mientras que George sentado al frente de ella tenía una emoción que no cabía en su cuerpo, tenía ojeras, las propias de la ausencia de descanso durante las horas adecuadas, y aun así se veía atractivo, más ahora con esa noticia, una luz hermosa irradiaba en su rostro, sus ojos brillaban de la emoción, mientras que el mundo de Chloe parecía oscurecerse más y más.