Quiero que se ría o que diga que está jugando conmigo... pero no lo hace. El nudo de mi estómago se aprieta y el pánico se apodera de mi cuerpo. El nudo en mi estómago se aprieta y el pánico se apodera de mi cuerpo. "¿Qué demonios está pasando?" —¿Por qué me lo dices ahora? —Sueno impotente y asustada, pero eso es exactamente lo que siento. Se encoge de hombros en un gesto indiferente, pero hay un destello de angustia en su mirada. —Porque estoy cansado de hacerme el simpático —se acerca un poco más, de modo que siento su aliento justo en la comisura de los labios—. No soy una buena persona, Lucy. Nunca lo he sido. Le miro a los ojos. —No te creo —me sorprende la determinación de mi voz. Él también parece aturdido por un momento, pero su mueca se recompone casi al instante. Su nariz