️ Han pasado seis días desde aquel lamentable suceso, la familia Santodomingo ha tenido que gastar muchos de sus millones, para evitar que los periodistas invitados a la fiesta revelen la comprometedoras imagen que lograron tomar en el momento preciso, si alguna de esas imágenes es publicada, estaría en riesgo su estabilidad, pública y familiar.
Pero no han podido silenciar a algunos invitados que sin dudarlo han subido imágenes y videos que dejan al descubierto lo sucedido esa noche y dejándolos en una tambaleante posición.
Por eso están ansiosos por recibir la respuesta de Brenda, si ella acepta la propuesta no importan las imágenes, cualquier escándalo quedaría silenciado al ver a los jóvenes recorrer la ciudad tomados de la mano como novios, un par de vistas en eventos sociales, unas cuantas caricias confianzudas y unos besos inocente y todo volverá a la normalidad.
*************
Es viernes, la brisa de la tarde entra por los grandes ventanales y refresca el calor de los días de verano, Inés acaba de apagar el aire acondicionado dejando que el viento cumpla su labor.
Arturo Castillo se encuentra en la sala, leyendo los periódicos que no alcanzó a leer en la semana, en la mesa de centro un humeante café recién preparado.
La puerta se abre, la voz de su hijo lo saca de entre las páginas.
— Hola viejo, me alegra encontrarte aquí, es bueno verte en casa.
— Con tanto por resolver en casa, es bueno llegar temprano de vez en cuando ¿y dime tu que haces aquí?
— Vine a recoger a las princesas, quedé de llevarlas al cine y a comer helado.
️ Frunciendo el ceño, Arturo miró a su hijo.
—¿Te las llevarías a las dos?
—Sí claro— contestó su hijo.
— ¿Y por si acaso las llevarás de compras?
—No creo, las entradas están para las ocho de la noche, a esa hora no encontraríamos nada abierto— le explicó a su padre sentándose en el asiento del lado.
— Te conozco— le dijo su padre.
— No te limitas en gastos con ese par de chiquillas, pero necesito, mejor dicho te exijo que no le compres nada a Brenda, no obtendrá ninguno de sus caprichos si no acepta la propuesta de la familia Santodomingo.
—¿Papá, tú sabes que no estoy de acuerdo con nada de eso?
—Si lo se, y no te estoy pidiendo tú opinión, te estoy dando una orden.
️ Franco no piensa enfrascarse en una discusión con su padre, si algo heredó de él fue su terquedad y sabe que será una discusión que ninguno de los dos estará dispuesto a perder, decide que lo mejor es ir a apurar a sus hermanas o no saldrán a tiempo.
Pero al subir a diferencia de otra ocasiones, esta vez se encuentra con las dos chicas listas y corren a abrazar a su hermano.
—Este es un verdadero milagro, ambas están hermosas, seré el hombre más envidiado del centro comercial, que bueno verlas de buen ánimo, así podremos comer un helado antes de entrar a la función.
️ Los tres bajaron las escaleras muy animados, su padre que escuchó las risas de sus hijas, se paró en tono amenazante y dijo.
—Te advierto Brenda espero que no te aproveches de tu hermano para que te compre cosas, porque estaré pendiente de tu regreso, ya sabes cual es mi condición para que puedas volver a disfrutar de las idas de compras.
—Tranquilo papá, no te preocupes, el plan no es ir de compras, no te alteres, ya falta poco para que tu angustia termine — le dijo su hija, sin bajar la mirada y con un tono de voz muy calmado.
️ Franco y Xiomara se despidieron de su padre de forma afectuosa, Brenda se despidió desde la puerta
—Hasta luego — dijo y salió hasta el garaje en donde estaba aparcado el auto de su hermano
—Huy que situación más incómoda, mi padre se sintió un poco mal, no esperaba que te despidieras de esa forma– dijo Xiomara mientras Franco les abría la puerta.
— Entonces prepárate, porque en cuanto sepa mi decisión se irá de espaldas— contestó Brenda mientras se ponía el cinturón de seguridad.
️ Mientras los hermanos van rumbo al centro comercial, Arturo analiza la respuesta de su hija, ya habrá tomado una decisión, las cosas estarán mucho mejor si ella acepta casarse con Mateo, en el fondo es un buen muchacho, con las hormonas un poco locas por la edad, pero con los años eso se va controlando.
Y si decide irse al convento, es muy probable que ella escoja alguno de los conventos a donde su madre hace obras de caridad y todos ellos reciben enormes donaciones, será fácil que su estadía no sea muy agradable y quiera volver a casa en un par de semanas y con gusto la recibiría, pero tendrá que cumplir todas mi condiciones, entre ellas que se case al cumplir los dieciocho años, no tendrá que buscar mucho ya su futuro esposo ha sido escogido.
Metido en su pensamiento se fue quedando dormido, para cuando su esposa llegó todo está a oscuras y él duerme en el sillón.
—Amor ve a dormir a la cama, en un rato te levantarás con dolor en el cuello— le dijo mientras le daba un beso para despertarlo.
—Que delicioso despertar, ¿Qué hora es? — le preguntó a su esposa
— Son casi las ocho— le contestó.
Y las niñas dónde están, no las vi en sus habitaciones.
—Salieron con Franco, iban para cine y a comer algo por ahí.
—Bueno, me alegra que Brenda haya aceptado salir, sus hermanos le han rogado que salga con ellos toda la semana, pensé que no saldría de la casa hasta el regreso a clases.
—No sabía que estaba tan mal— dijo Arturo, mostrando algo de preocupación
— He hecho lo imposible para saber que cosas pasan por su cabeza, pero dejó de ser esa niña que me tenía confianza, ya ni siquiera quiere acompañarme a los cursos de lectura que tanto le apasionaban.
— En unos días retomará sus actividades, ya veras que solo es por la angustia del momento— dijo Arturo, sin darle importancia a lo dicho por su esposa, para él esas reuniones de lectura eran muy aburridas y nada productivas.
️ Lo que sí era raro para él, es que por primera vez sus tarjetas de crédito no tenían reporte de consumo, extra, únicamente habían pagos menores como las entradas a la función de las siete y cuarenta, palomitas y helados.
¿Será que su hija puede soportar por más tiempo el no ir de compras? Eso aún él no se lo cree.