Playa

1007 Words
Me colgué de su cuello por detrás y le di un beso cariñoso en la mejilla a mi novio Mason. Aquella había sido una tarde magnífica, los dos completamente solos en la playa. Divirtiéndonos, comiendo, tomando copas, nadando juntos... Era el último día de verano y ninguno quería que acabase aquella relación de verano en la que quizá no nos volveríamos a ver hasta quizás el próximo verano. Pero quién sabía si para entonces alguno de los dos había encontrado a otra persona con la que compartir aquellas tardes de verano en la playa. -Me lo he pasado genial. -Dijo mientras besaba mi mano con delicadeza. -Ha sido un día fantástico, de los mejores. -Sí... Para mí también. -Suspiré. -No quiero que se acabe. -Dije colgando mis brazos en su cuello y le revolvía el pelo con cariño. -No tiene porqué acabarse aún, ¿no crees? -Comenzó a besarme con mucha suavidad en el cuello, jadeé excitada, mientras me tumbaba con delicadeza en la toalla.-Hunter. -Gemí mientras sentía sus manos en mi trasero. Y volvió a besarme. -Hunter. Hunter... Espera. Amor no estamos solos. -Miró alrededor, sólo quedaban una familia y un señor mayor que andaba caminando. -Entonces... ¿Qué te parece si nos damos un último chapuzón ahora? -Se quitó la camiseta y se quedó en el bañador, mostrando su torso desnudo trabajado que me volvía loca. Así mismo lo había conocido en aquella exhibición de motocicletas, se había quitado la camiseta, estaba de espaldas y enseñaba su tatuaje de un dragón n***o que recorría por completo toda su espalda, no paraba de mirarle aquel día. Sonreí observándolo y me quité el vestido dejando de nuevo al descubierto mi bikini blanco de tiras que enseñaba mi voluminoso escote, me miró con una sonrisa perversa y me abrazó. -Eres preciosa. -Y volvió a besarme. Justo en ese momento agarré su mano y tiré de él para meternos en el agua. Estuvimos un rato nadando mientras nos echábamos agua y nos reíamos. -¿No tienes frío amor? -Me preguntó mientras me abrazaba por detrás, ya no había sol, estaba empezando a ser de noche y solía refrescar por la zona. -Mmmh no mucho. -Empezó a acariciar mi cintura, aquella sensación me hacía estremecerme. Entonces me di la vuelta y salté sobre él sorprendiendolo. Por poco se cae, pero logró sujetarme a tiempo, nos quedamos mirando mientras las olas mecían nuestros cuerpos y mis brazos colgaban de su cuello. Nos acercamos los dos y nos besamos apasionadamente, como si los dos buscáramos de beber de los labios del otro, casi como si fuera nuestro último beso. Me apegué más a su cuerpo, salté enrollando mis piernas en su cadera mientras acariciaba sus brazos. Entonces comencé a notar un bulto bajo su bañador, que crecía en mi centro. Nunca me había sentido con él así, tan cachonda. -¿Seguro? -Dijo con esa sonrisa perversa. -No podría estar mejor. -Le dije con tranquilidad. Empezó a acariciarme debajo del agua por las piernas, luego los muslos y fue subiendo, yo comencé a jadear y a gemir al sentir sus dedos dentro de mí. -¿Estás bien? -Preguntó cuando dejé de besarle. -Sí sí, no pares. -Dije entre gemidos completamente sonrojada. Sonrió. Aquel movimiento me producía un calor por los muslos que me excitaba. Cuando llegaba a meter el tercer dedo ahogué un pequeño grito y me aferré a su cuerpo. Comencé a mover mi cadera debajo de él buscando más de eso tan rico que me hacía sentir tanto placer. -Jessica... -Comenzó a jadear él también. Entonces apretó mi trasero con fuerza y respondí con un gemido más alto de lo normal. Traté de morderme la lengua para aguantarme y miré alrededor, ya no quedaba nadie y estábamos algo lejos de donde habíamos dejado las cosas. -Cariño, estamos solos. -Susurré sensualmente en su oído. -¿En serio? -Pregunto y me puso su mirada traviesa con una sonrisa. Yo asentí sonriendo de la misma forma que él.-¿Y qué te parece si nos quedamos aquí un ratito más? -Volvió a apretarme el culo jugando con la raja. -Me parece maravilloso. -Me separé de él quitándome con las mejillas ardiendo ambas partes del bikini e hice un nudo improvisado en el brazo para no perder ninguna de las dos partes. Él no paraba de mirar mi cuerpo al descubierto. -Eres preciosa. -Y volvió a besarme. Recorriendo de nuevo mi cuerpo ahora desnudo con sus manos, desde mis muslos que los arañaba. Apretaba mi culo con sus manos mientras me besaba y subía por mi torso hasta apretar mis pechos, yo comencé a gemir y jadear sin pudor. Entonces él se bajó su bañador liberando su erección, lo acaricié con la mano y me di cuenta que abarcaba mucho más que el puño de mi mano. Esta vez me subió encima de él y me coloqué encima de mi entrada. Poco a poco fue entrando dentro de mí y grité cuando llegó al fondo y comenzó a mover mis caderas, mientras entraba y salía de mí. -Sí, ah, aaaah. -Era perfecto, me llenaba por completo sintiendo un placer inmenso. Comenzó a moverse dentro de mí, la potencia de sus estocadas hacían chapoteos en el agua que parecía que resonaba en toda la playa. Junto con el sonido de nuestros gemidos y jadeos aumentaron de volumen siendo gritos. La forma en la que entraba estando rodeados de agua y aún así se sentía tan caliente dentro de mí, sentía que no duraría mucho más con ese ritmo. -Ah Mason ¡Ah! -¿Te gusta así? -¡SÍ! ¡AH! -Comenzó a moverse cada vez más rápido. Sentí que ambos llegábamos al orgasmo cuando él arqueó su espalda, ambos gritamos al sentir como su líquido viril recorriendo mi interior, chillé de placer mientras mi cuerpo temblaba de la excitación. Se sentía realmente genial, en el paraíso. Ambos estábamos exhaustos. Me cogió en brazos y volvió a dar un beso en la frente mientras me llevaba de vuelta a la orilla.
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