Mi compañera de piso

1334 Words
En mi segundo año de universidad decidí que era momento de independizarme de casa de mis padres y empezar a tener mi propia independencia. Pero mi madre insistió mucho en que me consiguiera un buen compañero de piso, es por eso que decidí poner un anuncio en la aplicación de la universidad, para que se quedara más tranquila. Aunque mi intención desde el principio era invitar a uno de mis amigos, no pudo ser ya que finalmente decidió irse de Erasmus a Italia. Al final terminé escogiendo a una chica de primero llamada Abigail, tuvimos una conversación por teléfono en el que parecía un poco perdida pero muy formal con un trato "de usted". Era su primer año en la universidad y no conocía a nadie de su carrera. Yo nunca la había visto, pero parecía una chica seria así que quedamos en vernos en el fin de semana para tenerlo todo preparado. No quise hacerme muchas ilusiones al respecto, además de que mi madre nunca habría aprobado el hecho de que tuviera una compañera de piso en vez de un compañero. Pero ese mismo fin de semana me encontraba en plena resaca de la fiesta por el cumpleaños de un amigo mío, tenía un dolor de cabeza horrible, así que cuando llegó mi compañera me encontraba en la mierda. -Hola, yo soy Abigail, pero puedes llamarme Abby. -Tenía el pelo corto marrón rizado, muy mona y aunque fuera estudiante de primero, parecía una estudiante de secundaria. Llevaba una camisa blanca con una falda negra que dejaba ver sus muslos un tanto apretados por unas medias que le llegaban por encima de la rodilla. -Hola Abby, perdona por abrirte así... Anoche estuve de fiesta y aún sigo con la resaca. -¿Te duele la cabeza? Dejaré aquí mis cosas y te prepararé un poco de manzanilla. -Le aseguré que no hacía falta, pero ella insistió. Se movía con mucha agilidad en la cocina y en un momento me preparó la infusión. -A mi hermano siempre le pasaba igual cuando volvía a casa de una fiesta ¿sabes? -Se sentó a mi lado en el sofá, mientras que yo no podía para de mirar sus piernas. -Sí, la verdad es muy reconfortante, ya casi no me duele la cabeza. -Tienes cara de cansado, si quieres ve a dormir mientras deshago las maletas ¿vale? -Sí, tienes toda la razón. Iré a descansar. -Me fui a dormir a la habitación, y me quedé profundamente dormido. Cuando me desperté eran cerca de las 10 de la noche así que me levanté para ver cómo estaba Abby. La puerta de la habitación estaba abierta con las maletas completamente vacías. Pero cuando giré la cabeza, la vi dormida en medio de su cama con sólo la ropa interior y completamente destapada. Verla así me provocó una ligera erección, me puse muy nervioso y salí de la habitación con sigilo ¿Esa era la chica seria con la que había estado hablando por teléfono? Entonces empecé a escuchar suaves sollozos. -¿Abby? –T-Todos m-me de-dejan. -Farfulló mientras lloraba. -¿Qué te ha pasado? –M-Me ha de-dejado. -Me enseñó su móvil mientras se volvía para llorar en la almohada. Me enseñó una conversación con otro chico en el que no habían más que excusas de quedadas hasta que al final sólo había un Adiós y la notificación de un bloqueo. -¿Era tu novio? –N-no, pero me decía que me quería y y que yo era la única chica para él y luego... -Las lágrimas volvieron a sus ojos mientras intentaba reprimirlas. -Está claro que era un mentiroso ¿Cómo es posible que una chica como tú vaya detrás de un tipo así? -Él ha sido el único que se ha fijado en mí... -¿Qué dices? Pero si estás buenísima. Vamos, no creas que ha sido el único. Seguro que más de uno ha intentado tenerte para una noche. Si eres preciosa. -¿De veras? -Dijo mirándome con sus ojos vidriosos. Intenté pensar bien mis palabras de forma que no pareciera que intentaba aprovecharme de ella. -Sí, por supuesto, además también te ves muy sexy... -Su cara se volvió de un rojo tomate, inmediatamente lo intenté retirar, pero ya estaba dicho. -¡Lo siento! ¡Perdóname! -Nunca nadie me había dicho eso... -Es un poco tarde, creo que deberíamos seguir la conversación mañana. -Ella me agarró del brazo mirándome con sus ojos vidriosos. -Que... Quédate en mi cama... Conmigo... -¿Los dos juntos? -Sí... -Dijo torciendo la cabeza hacia otro lado. -No quiero sentirme sola... -Vale tranquila, me quedaré en la esquina, ¿vale? -Me di la vuelta tratando de ocultar bajo las sábanas mi erección. -Oye, Dereck. -¿Sí? -¿Has estado antes con una chica? -¿Saliendo dices? ¿O de novios? -No no, en... La cama. -Me giré a verla, se estaba tapando debajo de la sábana con pudor. -Pues sólo una vez, pero fue hace mucho. Era mayor que yo, supongo que fue un rollo de una noche, no la volví a ver. -Oh. -Sólo dijo eso y volvió a darse la vuelta. Parecía querer decir algo importante pero a la vez parecía avergonzada de ello. -¿Quieres decirme algo? -N-no no es nada, bueno, sólo quería... Pedirte un favor... -¿Cuál? -Se subió encima de mí, con sus tetas contra mi pecho. Aparté avergonzado la mirada de lo cachondo que me había puesto. -Dime si te gusto. -Soltó de repente. -Ya te dije que sí. -Pero... Lo digo en serio. Sólo quiero que me digas la ver... -En un impulso la besé. No sé si fue el alcohol que me hizo sentir desinhibido o si era de lo caliente que estaba, pero me abalancé a besar sus labios carnosos. Al principio se sorprendió pero me siguió el beso rápidamente. Yo no podía dejar de besarla entrelazando nuestras lenguas, lamiendo su cuello y mordiendo el lóbulo de su oreja mientras acariciaba y apretaba sus muslos con deseo, disfrutando de su cuerpecito. -No... T-te gustan m-mis pechos ¿verdad? -¿Por qué lo dices? Claro que me gustan. -No es cierto, s-si eso fuera así y-ya me las habrías... ¡Ah! -Comencé a acariciarlas por debajo del sujetador pellizcando con delicadeza sus pezones. Comencé a chuparlos, comiendolos con ganas mientras Abby se retorcía debajo de mí apoyada en la cama con pequeños gemidos. -De... Dereck...¡Ah! -Dime. -Dije colocándome en su entrada, comenzó a gemir con más fuerza. -Por... Favor... Metemela... -¿Eso quieres? -Acaricié con los dedos la parre del muslo más cercana a su coño que estaba chorreando. -S-si.... Por favor... -En ese caso... -Me fui introduciendo dentro de ella lentamente, se sentía un poco apretado, por un momento pensé que era su primera vez. -¡Aaaah! -Gritó cuando la metí hasta el fondo. -¿Te duele? -No... S-solo un p-poco. ¡AAH! ¡Dioos! Sigue... Por favor... ¡Aaah! -Le empecé a dar un poco más rápido intentando no ser muy brusco. Pero aquella chica me estaba llenando de placer, me estaba dando el sexo que tanto venía buscando. Ambos jadeábamos con cada embestida mientras ella gritaba exicitada. -¡Dereck! ¡Me corro! ¡AAAH! -¡Y yo! -Estaba tan excitado que llegó un punto que empecé a dar con más fuerza. Cuando sentí que me apretaba con fuerza vi las estrellas y eyaculé dentro de ella en un clímax mutuo que me hizo temblar y gemir como nunca junto con un grito suyo. De repente me di cuenta, no habíamos usado protección. Ella temblaba debajo de mí tampoco parecía preocuparse por eso. -Dios, Dereck... Ha estado genial... -Abby... Perdona por haberlo hecho dentro... -No... No te preocupes... Tomo las pastillas. -De repente me agarró del brazo y me miró con sus ojillos llorosos. -Pero te quedarás conmigo ¿no? -Por supuesto. -Con una sonrisa se quedó dormida en mi pecho.
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