–Una mujer a la que sin duda ha dejado llorando y sintiéndose desdichada porque no cumplió su cita con ella.
–Tal vez la forma correcta de decir las cosas es que he cambiado de dirección– dijo el Marqués–. ¡Desde luego que no planeaba pasar solo la velada, leyendo los periódicos! ¡Pero nada es más importante, Lora, que estar contigo!
–Eso suena plausible. Al mismo tiempo, confirma su reputación.
–¿De qué tengo reputación?
–De ser cruel y despiadado con las mujeres que han dejado de interesarle.
Los labios del Marqués se movieron en un gesto burlón, que a ella le pareció fascinante, antes que él contestara:
–De nuevo estás volviendo la mirada al pasado. Yo te he dicho que pienses sólo en el presente y en el futuro.
–Mañana yo seré el pasado– contestó Loretta–, y no tengo intenciones
