–Me doy cuenta de ello– contestó Loretta–. El único problema reside en encontrar algo sustancial en contra suya que convenza a papá de que no procedo como una tonta muchachita, escandalizada porque un hombre ha tenido numerosos idilios antes de casarse. –Sólo los ingleses creen que un libertino puede ser reformado– intervino Ingrid con sarcasmo–. Los franceses han aprendido que “un leopardo nunca deja de ser manchado”. Una francesa, por lo tanto, espera que su marido le sea infiel y no la sorprende descubrir que lo es. –Eso debe hacerla sentir muy desdichada. –Supongo que sí. Al mismo tiempo, como todos los matrimonios son concertados y tienen lugar cuando la pareja es aún muy joven, es dudoso que la novia conozca en realidad lo que es el amor, o de lo que se está perdiendo, hasta que e