Capítulo 18 El teléfono sonó. Eran precisamente las nueve en punto. —¡Yo atiendo! —gritó Pippa. —¡No! Yo lo… La intercepté y agarré el teléfono antes de que pudiera levantar el auricular. Toda la noche, y desde el momento en que la niña salió de la cama, había estado tan emocionada que finalmente tuve que hacerle cosquillas hasta que aulló que se haría pis en sus pantalones. Era un mal día para que Adam tuviera que ir a trabajar, pero ¿qué podía hacer? ¿Ser despedido de su trabajo porque cada vez que su ex-esposa llamaba, ponía a Pippa en un estado de nerviosismo? Cogí el auricular. —¿Hola? —Ahh, Rosie... «Oh. ¡Gracias a Dios!» Era Linda Hastings, no la Viuda Negra. —Hola, Linda —miré furtivamente a Pippa—. Justo estaba pensando en ti. ¿Necesitas ayuda para hacer algo hoy? —Solo s