Lo que usted diga...Señor

423 Words
Alice casi lanzó un grito, cuando se dio cuenta que no era Mike, sino James quién la buscaba. Él caminó y se sentó frente a ella. - ¿Quería hablar conmigo, señor? -Llámame James, quiero que para mañana me entregues un informe de las importaciones y las exportaciones que ha hecho la empresa durante este año. -Esos informes ya están, cada mes al finalizar se realiza- -Lo sé, pero quiero uno general, que resuma la información de cada mes, ya sabes, para tener la información más fácil ¿tienes algún problema con eso? - Bueno, estamos en octubre y el informe general siempre se hace en diciembre. - -Bien, pero yo necesito ese informe mañana a las 8 en punto sobre mi escritorio, ¿entendido? - -Si, lo que usted diga, señor-dijo Alice contando en su cabeza hasta 10. Si no lo hacía seguramente terminaría gritándole y perdiendo su empleo. Luego de que James abandonara su oficina, Alice suspiró y pensó que ya debería estar acostumbrada a que los hombres la pisotearan, pero no lo estaba y nunca lo estaría, no tendría por qué. Recordó que en una hora debía ir a almorzar con su jefe y su exjefe, así que arregló todo en su oficina y se dirigió a la sala de juntas para poder obtener los informes de las importaciones y exportaciones de la compañía; cuando los consiguió se dirigió a su auto para ir a almorzar "sólo será una hora que tendré que fingir estar encantada con mi nuevo jefe, sólo una" pensó mientras conducía hacia el restaurante Sun Valley. Cuando llegó, Mike ya se encontraba allí, pero no vió a James por lo que pensó que tal vez no iba a ir, pero esas falsas esperanzas se derrumbaron cuando lo vió entrar con su aire de Adonis. -Siento el retraso-dijo con su sonrisa. -Nada de eso hijo, llegas puntual. -señaló Mike- Pronto, llegaron algunos amigos de Mike que Alice conocía y tomaron asiento por lo que Alice quedó junto a James, estaban tan cerca que podía oler su fragancia tan masculina como él y sus rodillas chocaban; ese toque tan simple conducía electricidad por sus cuerpos, pero cada uno pensó que lo estaba imaginando. Cuando el almuerzo terminó Alice se dirigió de nuevo a su oficina, para terminar el trabajo que había empezado en la mañana, y cuando finalmente la jornada terminó se dirigió a su casa, pensando en todo el trabajo que tendría que hacer esa noche, sin duda ese día había sido diferente a todos los demás.
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