Armando se quedó mirándola muy intrigado ya que no le pasaba por la mente qué era eso tan importante que no podía esperar hasta su hora de salida.
— No me asustes Jennifer, ¿Acaso pasó algo en tu casa? ¿Descubrieron que nos seguimos viendo?
— No, no se trata de nada de eso. Mis padres aún se encuentran viajando y justamente por eso estoy aprovechando su ausencia para venir a verte, porque ambos regresan mañana y debemos hablar tú y yo antes para tomar una decisión.
Armando comenzaba a ponerse cada vez más nervioso ya que no comprendía de qué se trataba lo que ella tenía que decirle con tanto afán.
— Bueno…déjame notificar a mi supervisor que tengo que ausentarme antes de la hora.
— Pero no hay problema, si quieres yo puedo hablar con él, soy la hija de los dueños de esta empresa y no te puede negar el permiso.
— ¿Pero acaso te has vuelto loca Jennifer? No podemos ventilar a los cuatro vientos que seguimos viéndonos, es más, tú no deberías estar aquí. Has debido esperarme en el auto como siempre.
— Ya cálmate cariño, no es necesario que te pongas así. Además con la noticia que vengo a decirte, ya no es necesario que sigamos ocultando lo nuestro.
Armando comenzaba a desesperarse, estaba cada vez más nervioso, sin embargo no hizo las cosas como Jennifer quería y le dijo molesto:
— ¡Un momento Jennifer! Las cosas no las podemos hacer de forma tan impulsiva, además está en juego mi trabajo y sabes que dependo de este sueldo para mantener a mi familia. Así que lo mejor es que me esperes en el auto mientras yo pido el permiso para salir.
— Está bien cariño, pero por favor no te pongas bravo conmigo, no quiero que discutamos.
Jennifer hizo lo que Armando le había indicado, no quería alterarlo ya que cuando le diera la noticia las cosas podían ponerse aún más acaloradas.
(…)
Minutos después…
— ¡Por fin llegas! Ya estaba preocupada pensando que no te iban a dejar salir.
— No es tan fácil salir antes del horario de trabajo, además este par de horas me lo van a descontar, solo espero que lo que me tengas que decir sea algo verdaderamente importante como para haberme hecho salir de mi trabajo de esta forma.
— Créeme que lo que tengo que decirte es realmente importante, de lo contrario no hubiera venido antes, porque lo último que quiero es que tengas problemas en la empresa, sé lo importante que es para ti este empleo.
— Muy bien dime Jennifer ¿Qué es lo que está pasando?
— ¿Quieres que vayamos a otro lugar en donde estemos mucho más cómodos?
— No, claro que no. Ya me tienes demasiado nervioso desde que llegaste, y ya quiero saber qué es eso tan importante que no podía esperar.
Jennifer estaba aún más nerviosa que Armando, no sabía como comenzar a decirle lo de su embarazo, ella estaba feliz porque estaba muy enamorada de él; sin embargo, no sabía cual iba a ser su reacción.
— Bueno…lo que pasa es que me he sentido muy mal en los últimos días y hoy fue que me enteré de la razón de mi malestar.
— ¿Y qué pasa? ¿Acaso estás enferma?
— ¡No! No se trata de eso. Lo que pasa es que yo…estoy embarazada.
Armando abrió los ojos sorprendido, sintió que un escalofrío corrió por todo su cuerpo, de pronto se le ocurrió decir:
— ¿Esto es una broma? Sabes que no me gustan este tipo de bromas Jennifer. Es mejor que me digas qué es lo que pasa en realidad.
— Armando no se trata de ninguna broma, lo que te estoy diciendo es la pura verdad. Hoy me hice una prueba de embarazo y mira…aquí la traigo conmigo, dio positivo. ¡Vamos a tener un bebé! — le dijo sonriendo mientras lo abrazaba, pero la reacción de Armando era totalmente muy negativa a lo que ella esperaba.
— ¡Pero eso no puede ser! No podemos tener un hijo en este momento. Además yo pensé en todo este tiempo que te estabas cuidando.
— Pero es que yo…¿Cómo me iba a cuidar si para mi todo esto es nuevo? Yo jamás me imaginé que podía salir embarazada tan rápido.
— ¡Dios mío! Esto no debió pasar nunca. Yo no puedo hacerme cargo de ese hijo, a duras penas el sueldo que gano me alcanza para poder ayudar a mi familia.
Jennifer comenzó a llorar, estaba muy decepcionada de la reacción de Armando, lo último que ella esperaba era que él iba a ponerse así tan molesto.
— Por favor Jennifer no te pongas así, no quise hablarte de esa forma. Pero es que me has tomado por sorpresa, esto es un problema muy grande, entiende no me quiero imaginar cuando se enteren tus padres.
Para Armando era un verdadero conflicto, pero especialmente por la relación que había mantenido con Luisana.
Jennifer se limpió las lágrimas y luego le dijo:
— ¿Entonces qué vamos a hacer? ¿Acaso pretendes dejarme sola en estos momentos?
Armando cuando vio la angustia en su mirada, enseguida la abrazó mientras le decía:
— Perdóname, sería incapaz de abandonarte sabiendo que esperas un hijo mío. Pero por favor entiéndeme, es que me tomó por sorpresa y más cuando sé que tus padres no me quieren en tu vida.
Jennifer sintió alivio al escuchar las palabras de Armando, enseguida lo besó mientras le decía:
— ¡Gracias mi amor! Yo sabía que no podía equivocarme contigo. ¿Me amas?
— Sí mi amor, claro que te amo.
— ¿Entonces qué vamos a hacer?
— Pues vamos a hacer lo correcto, me voy a casar contigo.
— ¡Qué emoción! Yo sabía que todo esto iba a ser para bien. Mañana mismo llegan mis padres y le vamos a dar la noticia juntos. ¿Qué te parece?
— ¿Jennifer no será mejor que nos casemos a escondidas y después hablemos con tus padres?
— ¡No mi amor! ¿Acaso te da miedo enfrentarlos? De todos modos vamos a ser padres y ya ellos no pueden separarnos. Quiero que hagamos las cosas bien, por favor mi amor te lo pido.
Para Armando era una decisión muy difícil porque no quería enfrentarse a Luisana, pero ya estaba naciendo un sentimiento puro por Jennifer y no podía dejarla ahora que sabía que le iba a dar un hijo.
— Está bien Jennifer, ante todo soy un hombre de palabra y no pienso dejarte sola en esto. Mañana mismo iré a tu casa y le daremos la noticia juntos a tus padres.
— ¡Qué felicidad! Te amo mi amor.
— Yo también te amo.
Ambos se besaron, Jennifer se sentía la mujer más feliz del mundo, pensó que ya sus problemas comenzaban a resolverse.
Solo estaba ansiosa porque llegara el día de mañana y poder darles la noticias a sus padres, pensaba que no iba a ser fácil para ellos, pero al final tenían que aceptarlo.
Lamentablemente Jennifer no se imaginaba lo que había pasado entre Armando y su madre, y mucho menos le pasaba por su mente que su madre estaba también embarazada y que tal vez cabía la posibilidad de que ese hijo fuera de Armando.
(…)