La prueba

1204 Words
Al terminar de hacer el amor, Emiliano se quedó dormido y Luisana se levantó de la cama para darse una ducha. Estaba decepcionada y cansada de estar casada con él, ya no lo amaba y no podía dejar de pensar en Armando. Además ella sabía que él tenía una amante y eso la llenaba aún más de coraje. Mientras se duchaba quería poder quitarse de la piel todas sus caricias, solo había accedido a estar con él porque en el fondo debía mantener su matrimonio a como diera lugar, sabía que Emiliano tenía el poder económico y ella no podía darse el lujo de perderlo, porque si llegaba a divorciarse de él quedaba practicamente en la calle. “¿Qué voy a hacer? ¿Por qué Jennifer tuvo que Involucrarse con Armando? Todo hubiera seguido como antes si nada de esto hubiera pasado. Tengo que hacer todo lo posible para que Armando no vuelva a estar cerca de mi hija.” (…) Varias semanas después…. Durante todo ese tiempo Emiliano y Luisana habían tenido que hacer un viaje relámpago fuera de la ciudad por cuestiones de trabajo. Rafaela se había quedado al pendiente de Jennifer por pedido de la misma Luisana, que estaba preocupada de que su hija continuara la relación con Armando. Ella no quería ir a ese viaje pero como formaba parte de la sociedad de la empresa de Emiliano, debía estar presente en las inversiones que su marido estaba por hacer. Durante esos días Armando continuó trabajando en la empresa, pero a pesar de las advertencias que le había hecho Luisana de que terminara la relación con su hija, este hizo caso omiso y continuó sus encuentros con Jennifer, los que se hicieron cada vez más seguidos ya que esta aprovechó la ausencia de sus padres para vivir su romance con toda plenitud. Rafaela muy lejos de aconsejar a Jennifer de que desistiera de su relación con Armando como se lo había pedido Luisana, ella le había dado todo su apoyo y consentimiento para que continuara sus encuentros con él, ya que le convenía apartar a Armando completamente de Luisana para ella tener el camino libre de conquistarla. Rafaela y Jennifer estaban desayunando en el comedor, ambas se llevaban muy bien ya que Rafaela era muy comprensiva con ella a diferencia de su madre que siempre la trataba de una forma más hostil. — ¿Y hoy qué vas a hacer Jennifer? — En la tarde voy a buscar a Armando a la empresa, quedamos en ir al cine y luego iremos a comer. — ¡Qué bien! Debes aprovechar esas salidas al máximo antes de que regresen tus padres. — Sí, lo sé..pero aunque mis padres me lo impidan, no voy a dejar de ver a Armando. Tia Rafaela tú me tienes que ayudar. Por favor trata de convencer a mis padres de que Armando es un chico bueno y trabajador. — No te preocupes cariño, a penas regresen de su viaje voy a hablar con ellos. En ese momento Jennifer comenzó a sentirse mal y se levantó a toda prisa de la mesa mientras corría al baño. Rafaela sin entender lo que le estaba pasando, también se levantó y se fue corriendo tras de ella. — Jennifer cariño ¿Qué te pasa? ¡Jennifer! Ella se encerró en el baño y Rafaela se quedó en el pasillo esperando, luego al cabo de unos minutos Jennifer salió, se veía bastante pálida y un poco mareada. — Cariño ¿Estás bien? ¿Qué te pasa? — Tía Rafaela me siento muy mareada y no pude evitar devolver la comida, es que de pronto sentía mucho asco. Rafaela se quedó mirándola con una expresión de preocupación, Jennifer enseguida le preguntó: — ¿Qué te pasa tía? ¿Por qué me miras así? — ¿Esto te había pasado antes? ¿Desde cuándo te sientes así? ¡Por favor dime Jennifer! —le dijo angustiada. — Bueno…desde hace unos días, pero no te preocupes tía, debe ser la comida chatarra que como cada vez que Armando y yo salimos. Es que él me lleva a los sitios que puede pagar y por lo general siempre terminamos comiendo hot dogs, creo que no volveré a comerme uno en mucho tiempo, de tan solo recordarlo me dan ganas de vomitar otra vez. — ¡Dios mio Jennifer! Creo que esto es más grave de lo que me estás diciendo. — ¿Grave? ¿Pero por qué? ¿Qué tan grave puede ser una mala digestión? — Jennifer cariño, ¿Acaso no te dascuenta? — ¿De qué tía? — Lo más seguro es que puedas estar embarazada. Jennifer abrió los ojos llena de sorpresa con el comentario de Rafaela, se puso pálida y sentía las manos frías. En el fondo era muy ingenua y no se imaginó que todos los malestares que había tenido en los últimos días, podían ser debido a un embarazo. — ¡Eso no puede ser tía Rafaela! Yo no puedo estar embarazada. — Cariño me contaste que has hecho el amor con Armando varias veces. ¿Acaso tomaron precausiónes cuando lo hicieron? ¿Te cuidaste? — ¿Cuidarme? No, claro que no. Pero no creo que esté embarazada tan pronto, porque solo hemos estado juntos cinco veces. — ¡Jennifer por Dios! Solo basta una sola vez para que quedes embarazada, ¿Pero acaso no sabes que eso puede pasar así de rápido? — ¡Ay no tía! Eso no puede estarme pasando a mi. — ¿Pero ya te vino tu periodo? — Bueno la verdad es que tengo como dos semanas de atraso, pero pensé que todo se debía al estrés y no le di la menor importancia. — Ven conmigo, tenemos que salir urgente . — ¿Pero a dónde vamos? — Vamos a comprar una prueba de embarazo urgente, debemos salir de dudas antes de que regresen tus padres. Jennifer estaba muy asustada, amaba con toda su alma a Armando, pero e imaginarse que pudier estar embarazada le hizo sentir mucho temor, especialmente por todos los problemas que se iban a presentar cuando sus padres se enteraran de la noticia. (…) Una hora después…. Jennifer estaba en el baño haciéndose la prueba de embarazo, mientras Rafaela la esperaba en su habitación ansiosa, caminaba de un lado a otro nerviosa, pero en el fondo deseaba que el resultado fuera positivo, porque de esta manera Luisana tendría que renunciar definitivamente a Armando y ella entraría en acción para consolarla. “Solo espero que esta niña esté embarazada, porque siendo así Luisana no podrá oponerse más entre Armando y Jennifer. Y yo voy a tener toda la disponibilidad para estar a su lado apoyandola en su dolor. Y estoy segura de que más temprano que tarde Luisana volverá a ser mía.” En ese momento Jennifer salió del baño asustada con la prueba de embarazo en la mano: — ¿Y cuál fue el resultado? — Toma tía, la verdad es que no sé muy bien de estas cosas. ¿Puedes ver tú y decirme cuál es el resultado? Rafaela tomó la muestra rápidamente y cuando la vio se quedó mirando a Jennifer a los ojos sinn pestañear. (…)
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