Una noche de insomnio

1575 Words
Jessica estaba sudorosa, temblaba aunque trataba de disimular su nerviosismo ante Luisana y Rafaela. Sin embargo, Rafaela se había dado cuenta de que había algo más detrás de su silencio y ella como una mujer experimentada en cosas del amor, enseguida se dio cuenta de que Jessica venía de haber tenido sexo. Luisana sin embargo, como estaba enfocada en el problema que tenía en la relación con Armando, solo quería saber si su hija había estado con él. Para ella era imprescindible que esa relación se terminara entre ambos, porque le parecía aberrante que su hija estuviera enamorada del que había sido su amante durante meses. — Te hice una pregunta Jessica..¿En dónde estabas y por qué has llegado a esta hora de la noche? — Estaba con Leticia…fuimos a comer algo. — ¿Con Leticia? ¿Acaso ella no es la hermana de Armando? — Sí mamá, ella es su hermana. ¿Y qué hay con eso? Leticia y yo somos amigas desde hace mucho tiempo y no pienso terminar mi amistad con ella porque a papá y a ti no les guste Armando. ¡Es injusto! — Solo espero que no me estés engañando Jessica, sabes perfectamente que no quiero que vuelvas a ver a ese chico porque no te conviene. Ahora es mejor que vayas a tu habitación y descanses. — ¿Pero mamá qué es lo que te pasa? Me estás tratando como si fuera una adolescente, y te recuerdo que soy una mujer mayor de edad y puedo hacer lo que quiera con mi vida. — Sí, es verdad, eres mayor de edad, pero mientras vivas en esta casa tendrás que someterte a mis reglas o de lo contrario…. — ¿De lo contrario qué? Anda mamá, dime qué es lo que piensas hacer si no acato tus reglas. Luisana la miraba fijamente a los ojos, estaba alterada y molesta, mientras Rafaela observaba callada sin intervenir, ya que no quería pasar por encima de Luisana. Pero en el fondo no estaba de acuerdo con el proceder de su amiga, porque más bien estaba actuando como si estuviera celosa de su propia hija. — Mira Jessica, no te permito que me hables en ese tono desafiante porque no te va a gustar lo que te voy a decir, si no piensas respetar las reglas de esta casa tendrás que buscar otro sitio a donde ir y te advierto que no vas a contar más con nuestro dinero si decides cometer una estupidez con ese chico. Jessica estaba a punto de llorar, pero antes de romper en llanto prefirio marcharse a su habitación sin decirle una sola palabra a su madre. Subió las escaleras a toda prisa, se escuchó cuando entró a su habitación y cerró la puerta violentamente tumbándose sobre la cama a llorar amargamente llena de impotencia y mucho coraje. Además estaba muy vulnerable por lo que acababa de pasar entre ella y Armando. Por su parte Rafaela como estaba en desacuerdo con lo que acababa de hacer su amiga no pudo aguantar y enseguida le dijo con un tono hostil: — Luisana no has debido hablarle de esa forma a Jessica. — ¿Y cómo quieres que le hable? ¿Acaso no te das cuenta el problema tan grande que tengo? — Sí, lo entiendo perfectamente, pero con esa actitud lo que estás haciendo es arrojarla a los brazos de ese joven, porque lo único que va a terminar haciendo Jessica al sentirse acorralada tanto por ti como por Emiliano, es refugiarse más en Armando. (…) Samuel por su parte había llegado a su casa muy aturdido con lo que había pasado entre él y Jessica. El haber estado intimamente con ella, le hizo cambiar totalmente su forma de pensar con respecto a su relación con Luisana. Con Jessica había experimentado una emoción y un sentimiento muy diferente a lo que sentía cuando estaba con Luisana. Porque con Jessica estaba experimentando el amor, ella era demasiado hermosa y además él había sido el primer hombre en su vida, lo que hizo que sintiera el deseo de querer ser también el único y el último. Él quería a Luisana, pero de una manera diferente, con ella sentía el deseo de la carne, y toda su relación estaba basada en el sexo, en cambio con Jessica estaba naciendo un sentimiento más puro que lo estaba atormentando en vista de las circunstancias en las que se encontraba. “No puedo dejar de pensar en Jessica, no quiero hacerle daño. Me gustaría mandar todo al diablo y comenzar de cero con ella, es una chica de buen corazón y no se merece que la haga sufrir. Pero si decido continuar con ella, tengo miedo de que tarde o temprano se entere de mi relación con su madre. Eso sería una verdadera catastrofe y estoy seguro que no me lo perdonaría jamás.” (…) Aquella noche fue bastante larga para todos, cada quien pensaba en su situación y eso hizo que fuera una noche de insomnio para todos. Jessica no dejaba de pensar en Armando, su cuerpo se estremecía cada vez que recordaba todo lo que experimentó con él por primera vez. “Fue tan excitante todo lo que me hizo, es que ahora lo amo más que antes y voy a luchar por nuestro amor contra viento y marea, se oponga quien se oponga.” Por su parte Rafaela se encontraba en la habitación de huéspedes, no podía conciliar el sueño ya que no dejaba de pensar en Luisana y en lo que había pasado entre ellas años atrás y que siempre había tenido presente en su mente, solo que había decidido alejarse cuando Luisana decidió casarse con Emiliano. Y a ella no le quedó otra alternativa que continuar con su vida en otra relación pero que al final fracasó porque ella en el fondo siempre estuvo enamorada de su amiga Luisana desde que eran adolescentes. “ ¡Qué ironía! Estoy tan cerca de Luisana y al mismo tiempo tan lejos, daría cualquier cosa por volver hacer el amor con ella como en la noche de su despedida de soltera. ¡Umm! Fue tan excitante sentir su cuerpo desnudo por primera vez, y estoy segura que a ella también le gustó estar conmigo, solo que se rehúsa a admitir su verdadera inclinación.” Por su parte Luisana se encontraba en su habitación sin poder cerrar los ojos, estaba llena de ansiedad y no dejaba de pensar en Armando. En el fondo tenía miedo de no poder volver a estar con él íntimamente después de enterarse de la relación que tenía con su hija. Armando era su escape, con él vivía los momentos más excitantes que no tenía con Emiliano, además se sentía libre, porque con él hacía realidad sus fantasías sexuales y eso la hacía sentir viva; y a pesar de la diferencia de edad, con él se sentía como una adolescente y por esa razón le daba mucho coraje que Jessica estuviera en medio de los dos. (…) Minutos después… Eran las 2 de la mañana, y Luisana escuchó entrar en la habitación a Emiliano. Estaba llegando a una hora inapropiada como lo venía haciendo desde hace unos meses, cosa que tenía muy molesta a Luisana, pero sin embargo, desde que tenía como amante a Armando, le había dejado de importar lo que su marido estuviera haciendo. Emiliano siempre se quitaba los zapatos antes de entrar a la habitación para evitar hacer ruido que pudiera despertar a Luisana, luego se despojaba de la ropa y se acostaba al lado de ella con sumo cuidado hasta quedarse dormido hasta el otro día.. Y luego a la mañana siguiente no hablaban sobre sus llegadas tardes, continuaban con sus vidas como si nada malo estuviera pasando. Su matrimonio era de mucha apariencia y además había demasiado dinero de por medio como para pensar en un divorcio. Sin embargo, aquella noche fue totalmente diferente, Emiliano llegó a la habitación sin encender la luz, se desvistió y se acostó al lado de Luisana, pero para sorpresa de ella, él la abrazó por la espalda mientras acariciaba sus caderas y la besaba por su cuello. — ¿Pero qué haces Emiliano? Apestas a alcohol, por favor sueltame. — Luisana te deseo, quiero hacerte el amor. — Por favor Emiliano, ¿Pero qué te pasa? No quiero estar contigo estoy cansada y quiero dormir. Sin embargo a pesar del rechazo por parte de ella, Emiliano seguía insistiendo porque estaba demasiado excitado y quería estar con ella. Tenían mucho tiempo sin hacer el amor y esa noche él estaba deseoso de estar con su esposa. Comenzó a besar a Luisana y esta ya no pudo resistirse, al fin y al cabo era su marido y ella en el fondo quería borrar el recuerdo de Armando. Sentía que debía continuar con su matrimonio y dejar a un lado esa relación porque no quería complicar aún más las cosas. Ella ya no estaba enamorada de Emiliano, sin embargo, por su mente no pasaba la idea de llegar a divorciarse de él, porque quedaría sin un solo centavo, ya que cuando se casó con él la familia de este lo presionó para que hiciera un contrato prenupcial en donde se casaba por bienes separados. Ella accedió a sus besos pero en su mente se imaginaba que era Armando, esa fue la única forma de poder entregarse a Emiliano por completo. (…)
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD