Rafaela enseguida intervino diciendo:
— No es el momento ni el lugar para hablar sobre el tema, creo que es mejor que te ocupes de tu esposa que yo me encargaré de Luisana.
— Un momento, ¿Entonces esto quiere decir que sí es cierto lo que Jennifer acaba de ver entre ustedes? ¿Pero desde cuando me estás viendo la cara Luisana? Me has echado en cara durante todo este tiempo lo de mi relación con Jennifer y mírate a ti acostándote con tu supuesa mejor amiga.
— ¡Cállate Armando! No empeores más las cosas de lo que están, Jennifer no debe enterarse de lo nuestro, eso sería fatal. Y además las cosas no son como tú las estás imaginando.
— ¿Ah no? ¿Y entonces cómo son? Tú hablas de engaño y el engañado he sido yo durante todo este tiempo, no sabía sobre tus inclinaciones hacia las mujeres. Creo que me lo has debido decir desde un principio.
Rafaela que se encontraba molesta y celosa al mismo tiempo enseguida exclamó llena de ira:
— ¡Ya basta Armando! Este no es un asunto tuyo, así que te pido amablemente que te largues de aquí. Esto tenemos que arreglarlo entre Luisana y yo.
— Pues no me voy a ir hasta que Luisana me de una explicación de lo que existe entre ustedes. Además, te recuerdo que ese hijo que espera puede ser mío y en eso no tienes cabida tú.
— Mira no te permito…..— Luisana no dejó que Rafaela continuara hablando si no que enseguida la interrumpió:
— Por favor Rafaela déjame a solas con Armando, él tiene razón, debo aclarar con él todo esto que acaba de pasar entre nosotras.
— Pero Luisana por Dios, no compliques más las cosas, además ¿Qué va a decir Jennifer si esta vez te encuentra hablando con su marido en la habitación? Vas a empeorar las cosas más de lo que están.
— Rafaela ya escuchaste a Luisana, es mejor que nos dejes hablar a solas, además la propia Jennifer fue la que me pidió que hablara con su madre. Yo creo que deberías ir pensando en qué explicación le vas a dar a ella después de lo que acaba de ver entre ustedes. Tomando en cuenta de que siempre te ha visto como su tía.
— Por lo visto yo estoy aquí sobrando, y tú Luisana sabes que tenemos que hablar, no podemos dejar esto así. Pero está bien, los dejo para que hablen, mientras tanto voy a intentar hablar con Jennifer.
Por fin se quedaron a solas, Luisana permanecía metida en la cama tapándose con la sábana, estaba tan impactada de que su hija la hubiera descubierto que ni siquiera se había podido vestir, estaba como bloqueada.
— ¿Y qué fue lo que te pasó en el pie? ¿Esa fue la razón por la que regresaron tan pronto de la luna de miel?
— Sí, así es. Tuve que doblarme el tobillo para poder descubrir que también te gustan las mujeres.
— ¡Cállate Armando! Las cosas no son así.
— ¿Ah no? ¿Entonces explícale a tu hija que las cosas no son como ella las vio? Porque déjame decirte que Jennifer está traumada por haber visto a su madre haciendo el amor con la mujer que ella hasta hace un momento consideraba su tía.
—
¡Dios mío! No sabes lo mal que me siento por todo esto, no se qué ha pasado con mi vida, de pronto todo se ha convertido en un verdadero caos.
— Solo quiero que me digas una sola cosa, ¿Desde cuándo mantienes relaciones con Rafaela? ¿Estabas conmigo y también con ella?
Luisana se llevaba las manos a la cabeza desesperada, no sabía qué hacer y mucho menos qué decirle justamente a el hombre por el que estaba despechada.
— Armando, yo lamento que esto haya sucedido de esta forma, pero nada es como te lo imaginas. Mi único amante has sido tú.
— ¿Pero entonces por qué tuviste relaciones con esa mujer? Es que si tal vez hubieras estado con un hombre lo hubiera podido entender, ¿Pero con Rafaela tu supuesta mejor amiga? Eso es inconcebible y peor aún en tu propia casa.
— Me sentía demasiado despechada, estaba muy mal imaginando que estabas haciéndole el amor a mi hija, no sabia qué hacer, y de pronto Rafaela entró mientras me daba una ducha y bueno una cosa llevó a la otra, y cuando me di cuenta ya estábamos en la cama desnudas.
— ¿Pero es la primera vez que tienes relaciones con una mujer? ¿Es la primera vez que estás con Rafaela? ¡Habla por favor! ¿Esto había ocurrido antes?
Luisana bajó la mirada y luego miró a Armando mientras corrían las lágrimas por su rostro.
— No es la primera vez que pasa.
— ¿Cómo has dicho? ¿Entonces mantenías una relación con Rafaela y no me lo dijiste?
— No! Claro que no es así. Déjame contarte lo que sucedió. Con la única mujer que he experimentado tener relaciones ha sido con Rafaela, pero hoy fue la segunda vez en mi vida que lo he hecho con ella.
— ¿Y cuando fue la primera vez?
— Eso fue algo que ni yo misma recuerdo como pasó. Fue un día antes de casarme con Emiliano en mi despedida de soltera. Yo había bebido demasiado, estaba muy ebria, Rafaela me ayudó a llegar a la habitación del hotel en donde se hizo la fiesta, y cuando desperté al día siguiente estaba en la cama desnuda y con ella a mi lado abrazándome.
— Esa mujer es una abusadora, ¿No te das cuenta que abusó de ti y se aprovechó de que estabas vulnerable al igual que lo ha hecho ahora?
— No Armando, quisiera también echarle las culpas de todo a ella, sería para mi una salida muy fácil, pero debo confesarte que desde que éramos adolescentes siempre existió una atracción entre ambas, solo que no podíamos decir lo que nos estaba pasando porque eso hubiera sido un verdadero escándalo en la familia.
— Pero Luisana, has vibrado en mis brazos muchas veces y te he hecho gritar de placer, estoy completamente seguro de que conmigo has disfrutado como toda una hembra, entonces no puedo entender cómo has estado con esa mujer después de todo lo que pasó entre nosotros. Hasta estás a punto de tener un hijo que ni siquiera sabes si es mío porque también estuviste con tu marido.
— Si, lo sé, contigo he sentido como jamás nadie me ha hecho sentir, pero con Rafaela me siento protegida, con ella me siento segura, y fue por esa razón que sin darme cuenta terminé metida en la cama haciendo el amor con ella. Pero fue mas que todo por despecho te lo juro.
— No puedo con todo esto Luisana, todo esto es aberrante. Jamás pensé que algo así podía pasar. Jennifer está destrozada, no me quiero imaginar si encima se llega a enterar de lo que pasó entre nosotros y del hijo que esperas.
— Armando por favor te lo suplico habla con mi hija, ella tiene que escucharme, ya ha sido demasiado castigo el haberte perdido a ti como para también perder el amor de mi hija.
— Ella está dispuesta a contarle lo que vio a su padre, está demasiado ofendida con todo esto.
— ¡No! No puedes permitir que Jennifer le cuente lo que pasó entre Rafaela y yo a su padre, eso sería el fin de todo. Por favor Armando, ya es demasiado con no saber si este hijo que espero es tuyo, como para tener que lidiar con esta situación tan bochornosa. Por favor por lo que alguna vez vivimos te lo pido no permitas que Jennifer diga algo.
— Veré lo qué puedo hacer, esto es algo que ni
yo mismo puedo asimilar, así que no te prometo nada.
(…)
Dos días después…