| Neley |
Sorbe mi nariz. Y levante la mirada, sus brillantes ojos pardos me miraban con extrañeza y susto. Me seque las lágrimas rápidamente.
—Oh, por nada cariño. —él se froto los ojos, tenía sueño, mi bebé. —Ven, ven aquí.
Él se acercó arrastrando la manta color celeste, la cual siempre llevaba con él. Era un regalo que James se lo había regalado en su primer añito. Se había enamorado de ese pedazo de tela, siempre lo llevaba encima, sea donde este o va lo tiene sujetado. Solo puedo lavar esa manta cuando va a dormir, aunque no tiene el sueño muy pesado, así que, es una verdadera guerra sacarle de los brazos.
—Vamos a dormir.
Sin previo aviso, Ed, ya estaba dormido entre mis brazos, antes de llegar a la habitación. Lo acosté en la cama, y me derrumbé junto a él, su delicioso aroma, me hacía enloquecer. No era el perfume que le había comprado, era su propio aroma corporal. Tenía algo, algo que me mantenía relajada, como drogada. Me hacía olvidar todo y solo centrarme en ese brillante aroma. En el aroma de mi hijo, de mi Ed.
(...)
— ¿Y Harry solo se fue así? —preguntó Alex sentada en el sillón, mientras yo me disponía a juntar los juguetes de Ed, los cuales estaban esparcidos por todo el suelo.
—No, nosotros no fuimos. Harry no sé qué fue lo que hizo luego. Perdóname por irme solo así, Ed, me necesitaba.
—No te preocupes, no pasa nada. Pero pensé, no lo sé, que tú...
— ¿Que yo qué? ¿Le volvería a explicar toda la historia y que luego seriamos felices por siempre?, ¿Es eso? Alex.
—Eres un caso perdido, Neley. —levanto la mirada. Ella se pasa las manos por sus piernas finas y largas. Signo de nerviosismo, pero para Alex, signo de tratar de encontrar palabras. —Eres impredecible, te hubiera golpeado si hubieras hecho eso.
—No lo hice, solo me largué del lugar.
—Y estoy orgullosa de eso. —Dice con una sonrisa. —Lo que quiero decir es que; eres de las personas que están dispuestas a dejar todo por los demás. Dejar todo por Harry...
—Eso ha cambiado, tengo un hijo. Y solo dejaría todo por él. —arrojo los juguetes dentro de una caja verde.
Me giro para verla.
No sé qué decir, sus palabras golpean de nuevo en mi mente. Su mirada rota, desilusión, dolor, furia, corrían por su cuerpo, y sus ojos lo mostraban.
—Me dijo que me odia por hacerlo sentir amor, que he sido una maldita para él. Que lo he engañado...—las lágrimas vuelven a amenazar con salir. —. Yo, me siento mal, duele...
—No, no, Neley. —ella se levanta con apuro. —No, no, él no lo sabe, él no sabe por lo que tú has pasado, lo que se ha perdido. Tú no puedes sentir eso, sabes que es mentira, sabes que no te debería dolor...sé lo que sientes, Neley, sé lo que has sentido todos estos años, sé el porqué. Pero solo miras a Ed como un viaje de libertad en ese momento de dolor, lo debes mirar como un viaje de libertad para toda tu vida. Debes olvidar a Harry...—protestó. —...sé, sé que es duro y difícil, pero...
— ¡Llegamos!...
— ¡Mami!, ¡Mami!...—grita Ed con entusiasmos.
Me seco las lágrimas con rapidez, borrando, tratando de borrar cualquier rastro de una lagrima. Cuando veo a Ed correr hacia mí. Lo tome entre mis brazos y trate de sonreír.
—Oh, helado. —digo mirando con un asombro a lo que Ed traía en su mano.
—Sí, el Tío James me lo compro. —dice mientras que saca la lengua y lo pasa por el helado. —Pero, no te enojes, también hay para ti.
Suelto una risa.
—Pero sabes que no puedes comer helado antes de almorzar algo. Así que, lo vas y lo pones en el refrigerador.
—Pero, mamá...
—Edward. —entrecierro los ojos.
—Mi culpa, yo seré el castigado. —dice James, formando una media sonrisa y poniendo su mano en el corazón. —Ed, ve y guarda eso. ¿No querrás que mamá se enoje más? ¿O sí?
Ed se mueve entre mis brazos, sacudiéndose para que lo bajara. Al hacerlo, corrió hacia la cocina. Escuche una silla siendo arrastrada y luego la puerta del refrigerador abriéndose. Luego cerrándose, después de nuevo la silla siendo arrastrada.
Ed aparece segundos después.
—Bien, tengo que irme. —Dice Alex tomando su bolso. —Tengo que organizar el tema de mi boda, solo faltan semanas ¿No?
Asiento pensativa.
— ¿Porqué?, recién llego de la escuela, quiero ver al Tío Luka. —avisa Ed con desilusión.
—No vino conmigo, amor. Pero le diré que pase por ti esta tarde, ¿Te parece? —Ed asiente y luego se abalanza hacia Alex, dándole un agradable abrazo.
Se despide de Ed, luego de mí y por ultimo de James. La miramos salir de la habitación. Cuando lo hizo James hablo.
—Traje la cena. —dice con apuro y levantando una bolsa con su mano.
(...)
—Es un gusto verte y muchas gracias por traer la cena. —digo sosteniendo la puerta.
—Estaré siempre ahí, Neley.
—Lo sé, gracias, James. —Digo abrazándolo. —Conduce con cuidado, por favor.
Me alejo de él y le sonrió.
Él se me queda mirando, sonríe. Y levanta la mano para acariciar mi mejilla, siento un pesado escalofrió.
—Daria todo porque tú fueras mía.
—James...—musito.
—No, no es mentira, Neley. —Dice con suavidad y sinceridad, se nota en su voz. —Haría cualquier cosa como también daría cualquier cosa solo para que seas mía. —las yemas de sus dedos, acarician mi mejilla. —Solo una oportunidad, Neley, por favor.
—James, no.…—tomo su mano.
Él suspira.
—Sí, no pasa nada, lo dejare. Lo prometo. —Dice con rapidez. —Pero solo dame una oportunidad.
— ¡Mamá! —grita Ed. — ¿Donde esta Sr. azúcar?
—Debo irme, Ed me necesita. —digo cerrando la puerta, él la detiene.
—Neley.
—Lo siento, James, pero no puedo. —digo cerrando la puerta y desviando su mirada. —Lo siento.
Cierro a puerta y corro al baño. Ed está cubierto de espuma, el pato, el cocodrilo y ¿Dónde está Bob Esponja? Lo miro con el ceño fruncido, él intenta ocultarse entre las burbujas.
— ¡Ed! —digo con enojo. —Te he dicho que solo le echaras pocas burbujas.
—Perdón, —dice con rapidez y arrepentimiento. — pero las burbujas huelen rico.
Mi rostro tenso, se suaviza. No puedo enojarme con una persona como Ed, no puedo enojarme con Ed.
—Solo con una condición...—él me mira atento mientras intenta hacerse una barba de burbujas. —. Si tú duermes conmigo.
Asiente desenfrenadamente, rió cuando él ríe. Me acerco y lo ayudo con las burbujas, él se especifica en intentar cubrirme con las burbujas, pero le salpico agua. Ed me lo devuelve, y recibo un poco de espuma también.
La puerta suena y mi risa cesa.
La de Ed no.
—Ya vuelvo. —digo, al salir del baño escucho a Ed discutir con sus juguetes.
Sonrió.
Llego a la puerta y la abro. Nunca me importo mi aspecto y sé que estaba llena de burbujas y mi remera estaba mojada, como también algunas partes de mi rostro. Por suerte antes de salir tomé una toalla pequeña, y fui secándome el rostro y las manos.
Tan concentrada en eso, que solo se me pasaba que tal vez sería James, de nuevo. O tal vez, Luka. Él nunca rompía una promesa que le hacía Ed, o, aunque Alex la habría hecho por él, lo que sea, siempre las cumplías.
Teniendo en la cabeza que podría ser Luka, descartando a James. Sonrió al abrir la puerta.
—Ed se está dan...—quedo muda al levantar la mirada y encontrar con 'No' Luka. — ¿Qué haces aquí?