Abrí mis ojos y Kikky continuaba enredada entre mis brazos, mire la hora y me di cuenta que no aún era de madrugada, las 3 y media de la mañana. ¿Por qué estaba despierto si estaba entre los brazos de Kikky? Si tal vez era por la lluvia que arremetía afuera contra el asfalto y golpeaba las ventanas creando una melodía que para muchos podría ser relajante y los ayudaría a conciliar el sueño, pero para mi, aquel sonido, solamente era el recuerdo de una tragedia, era el recuerdo del dolor, traía a mi mente todo lo que pude haber evitado y no me esforcé en lo más mínimo. Pero al mismo tiempo esa noche allí de pie frente a la ventana viendo caer la lluvia y con Kikky en la cama, extrañamente vestida, me di cuenta que por más dolor que trajeran los recuerdos y la culpa, Kikky estaba conmigo.