—Kikky, mirame. —Josh, no... Pero tomó entre sus manos mi rostro. Me miraba con tanta tristeza como dolor, no era necesario decirle nada porque él sabía todo lo que había pasado en esa habitación. —¿Cómo es que llegaste tan rapido? —Solamente, yo... —Es más, ¿qué haces aquí? —Vine porque... porque sabía que me necesitarías. —Josh, yo lo arruine. —No, solamente sigues enamorada de Julián y... —Quiero odiarlo, quiero no desearlo, quiero sacarlo de mi sistema, pero es imposible. Cuando llegue solo tuvo que susurrar un par de cosas y yo ya estaba de rodillas ante él. Tomo de mi lo que quiso y yo no lo detuve, no pude, no quise, no sé. —Lo amas. —¿Eso es el amor? Destrucción, dolor, soberbia, manipulación. No lo creo Josh. —Kikky, yo vine porque en realidad... Mi teléfono