—Esto es una locura. —me abalanzo a sus labios siendo recibida por sus calientes labios. El beso se hace cada vez más intenso. Gemi en el momento en que Juan Carlos me tomó del cuello con fuerza. —¿Estás segura? —asiento con una sonrisa traviesa. —Estoy más que segura, necesito tu polla en mi coño. —contesto y este me arrastra hasta la cama. Le abro el vaquero y saco su v***a, que para mi sorpresa es larga y gruesa. Paso la lengua por mis labios con picardía, es la primera vez que veo una así de excitante. Su glande rosado y húmedo, su falo lleno de gruesas venas qué de solo imaginarmelo embistiendo mi coño me corro. Lamo con cuidado su hinchado glande. Mientras con mis manos (porque tuve que usar las dos) acarició todo su tronco, subiendo y bajando con mucho cuidado. Quiero disf