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Con una cola de caballo, camisa de vestir y jeans negros, respiró hondo con su maletín verde en la mano y se fue a pelear en esta gran ciudad. Como rutina, siempre rezaba una oración por su pequeño santo antes de salir de casa, para que todo saliera bien. Y cuando se fue, miró el departamento frente a ella, ya que nunca vio la cara de su vecino. Ni siquiera voces dentro de ese lugar, y tenía curiosidad por saber si era una buena o mala persona, incluso podría ser un asesino psicópata. Quién sabe si él estaría mirándola en ese mismo momento, una chica soltera creando una forma de matarla sin dejar rastro. Izana corre hacia el ascensor asustada.
- ¡Buen día! - Saluda a Peter.
- ¡Aire, hola! ¡Buenos días Pedro! - Responde Izana.
- ¿Recuerdas mi nombre? - pregunta Peter.
- Sí. Tengo buena memoria. - Responde Izana.
- ¿Va hacia abajo o hacia arriba? - pregunta Peter.
- Bajando. - Responde Izana.
- Y voy a subir. - Comenta Peter.
- ¿Ascender? - pregunta Izana.
- Sí, hay un hermoso jardín en la planta baja, con bancos y todo, ¿nunca has estado ahí arriba? - Explica Peter.
- No. Siempre con las prisas de estudiar, ir a la biblioteca y conseguir un trabajo. - Explica Izana.
- ¿Encontrar un trabajo? - pregunta Peter.
- Sí. Necesito ser una persona independiente. -Habla Izana sonriendo.
- Es difícil escuchar a alguien decir eso. - pregunta Peter.
- Realmente necesito un trabajo Pedro. - pregunta Izana.
- Y estoy seguro de que puedes. - Anima a Peter.
- ¡Gracias! - Gracias Izana.
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En su apartamento, Afonso estuvo despierto desde las 05:00 de la mañana tratando de hacer un nuevo proyecto, mirando sus dibujos en la carpeta tratando de entender cómo su proyecto era insuficiente para la aceptación por parte del grupo inversor. Como si esa carpeta tuviera todo explicando en detalle sobre su futura empresa. Lo que estaba proponiendo será un gran éxito y muy rentable para todos los que participen. Y siguió razonando dónde estaba el error, qué se olvidó de poner de todos modos, y se sintió frustrado.
- No entiendo, ¿por qué no es insuficiente?
- Está todo aquí, proyectos, diapositivas, hojas de cálculo, cálculos, descripción, inversiones, ganancias.
- Lo que falta después de todo.
- Y en su falta de voluntad.
- Y si dijera de quién soy hijo, invertirían en mi proyecto al mismo tiempo.
- No. No quiero crecer a expensas de mi padre. Quiero crecer sola, con mis propios pies.
- ¡Qué rabia!
Alfonso se enfurece y arroja sus cuadernos, proyectos, lápices, celular al suelo con rabia. Mira las cosas en el piso y se pone la mano derecha en la cabeza muy molesto, y se está saboteando al no tener la oportunidad de comenzar su propio negocio por su cuenta, sin la ayuda de su padre. Ser una guerra te obliga a depender siempre del dinero de tu padre para poder hacer algo en esta vida. En este momento suena su celular pero lo deja donde estaba, porque no tenía la cabeza para hablar con nadie. Luego se levanta y sale a caminar. Porque no conseguir una inversión y seguir recibiendo muchos no fue muy frustrante para él.
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Eran las 9:30 de la mañana e Izana estaba probando su primera oportunidad. Consiguió un lugar en la tienda de mascotas Doguinho Baby, estaba bañando lindos cachorros, lo estaba haciendo muy bien gracias. Ya había bañado a tres lindos perritos, pero alguien con envidia dejó salir un gato entre los perros haciendo un escándalo entre los perros, tirando todo al suelo donde lo dejaron ¿para quién? Exactamente, nuestra Flores perdió su lugar mientras el maligno sonreía. Pero Zana no se desanimó.
A las 10:15 am, Izana ya estaba en otro puesto de trabajo en un gran restaurante, en la sección de frituras. Sin embargo, como su amo estaba muy avergonzado, dejó a Izana sola con las sartenes para atrapar a otra víctima en el almacén, y como Zana no conocía el punto correcto de cada método de fritura y preparación (que el mujeriego tenía la obligación de enseñarle). , terminó pasando el punto en algunos y dejando a los otros medio crudos, lo que provocó daños y pérdida de oportunidad. Y mucha rabia que sentía por el cocinero de pollo.
A las 10:35 am Zana ya estaba en otra prueba en una escuela de judo, como asistente de limpieza. Pero como había muchos productos distintos para cada cosa, y sumando la mala voluntad del dueño del lugar. (Creo que fue un pozo de celos de su marido y profesor de Judo, que en realidad era un gato), usó el producto equivocado al limpiar la alfombra y estaba muy suave, provocando que la profesora de gatos se cayera y cancelara la clase hasta que Izana seco. Y luego, por supuesto, adiós señorita Flores, y así fue todo el día hasta la tarde, hasta que llegó a casa abatida y cansada.
- Qué dolor, nada funciona para mí. - refunfuña Izana.
- Seis lugares diferentes y siempre un problema.
- Siempre un malestar, un holgazán, un problema o una persona celosa o envidiosa, ¡maldita sea!
- Solo quiero un trabajo y mucho que pedir.
- Quiero garantizar dinero a fin de mes para mantener el apartamento y la comida.
- ¡Oh, qué rabia!
- Que maldición que nada salado bien. - Termina Izana tirando su bolso en el sofá.
Ella mira hacia abajo y comienza a llorar de rabia, apoyada contra la pared. Comienza a sabotearse a sí misma, creyendo que no podrá cumplir su sueño de ser libre y económicamente independiente. Y luego se sienta en la esquina del paratemnto y comienza a llorar. Pedirle a su pequeña santa que la ayude a encontrar trabajo antes de cerrar el mes.
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Pasó un mes en la ciudad de Golden Esperanza, en un día sábado, donde todos aprovecharon para descansar, caminar y salir, Izana, Afonso y Mikaela estaban ocupados haciendo otra cosa que era crucial para ellos. Mikaela estudió contabilidad como una loca, Alfonso escribió sus ideas, dibujó logotipos y trató de montar otro proyecto, ya que sus seis fueron rechazados. E Izana estaba tratando denodadamente de cumplir su objetivo de conseguir un trabajo urgente. Los tres tenían sus metas y estuvieron concentrados en ello todo el día. Cuando llegó el final de la tarde, la lluvia comenzó a caer dejando a la ciudad en un clima más fresco y agradable.
Afonso estaba en su habitación escribiendo sus proyectos cuando escuchó un ruido afuera, como si alguien hubiera arrojado algo duro al piso. Asustado, camina hacia su puerta, mira por la mirilla y no ve a nadie. Aun así, siente que escucha las pisadas de alguien que camina afuera, y recuerda que tiene otro departamento a su lado, y ya se imagina siendo su vecino desconocido. Y decide abrir un poco la puerta de su apartamento, y abrirla muy despacio y ve a una joven con el pelo mojado que parecía haber llegado bajo la lluvia y que también parecía tener un mal día. Ve a una niña abriendo la puerta de su habitación, pero pronto se enoja porque no puede abrirla, se enoja mucho y apoya la cabeza contra la puerta como si estuviera llorando. Alfonso intenta evitar el contacto, pero él sabe que en ese momento ella necesitaba ayuda y decide intentarlo.
- ¿Quieres ayuda? - pregunta Alfonso, asustando a la niña.
- ¡¿Oye?! - dice la niña sin darse la vuelta.
- Quieres ayuda. - vuelve a preguntar Alfonso.
- ¡No gracias! - Responde con una voz llorosa aún desde atrás.
- ¿Dia malo? - pregunta Alfonso.
- Sí. - Responde la niña.
Alfonso mira su proyecto sobre la mesa y mira a la niña y se siente obligado a ayudar, así que se olvida de sus bocetos y se acerca a ella para intentar abrirle la puerta. La niña estaba temblando y parecía que había estado llorando roncamente. Luego abre la puerta y ella le agradece, con ganas de llorar.
- Maldita sea, ni siquiera puedo abrir la puerta. - Piensa en voz alta la niña.
- No te preocupes, a veces pasa con el mío. - dice Alfonso.
- No hay necesidad de mentir vecino. - Comenta la chica.
- No estoy mintiendo. Tuve que cambiar el pestillo de la puerta. - Este es Alfonso.
La chica extraña, con el pelo rizado todo mojado y triste, que marcó su espacio con el agua corriendo por su ropa mojada por la lluvia. Ella se queda callada por unos minutos y luego respira hondo, para no tratar de ser brusco con su vecino que solo estaba tratando de ser amable con ella. Luego encuentra la oración correcta para terminar el tema y se vuelve para mirarlo y agradecerle su ayuda.
- Mira, yo no ... ¡¿Afonso ?! - dice Izana sorpresa.
- ¡¿Izana ?! - Idaga Afonso también se sorprendió.
- ¡Dios mío, eres mi vecino misterioso! - comenta Izana.
- Así que tú y mi vecino jajaja. - dice Alfonso riendo.
- ¡Qué mundo tan pequeño! - Esta es Izana.
- ¡Estoy de acuerdo! - Confirma Alfonso.
- Genial, conocerte a ti ya mi vecino. Y no un psicópata misterioso - Comenta Izana.
- Tu sonreíste. - dice Alfonso.
- Y es agradable hablar contigo. - Esta es Izana.
- ¿Quieres contarme cómo fue tu día, vecino? - pregunta Alfonso.
- Creo que mejor mano. Tienes una cara que también tiene sus problemas. - comenta Izana.
- ¿Quién no tiene? - dice Alfonso.
- Verdad. Quien no tiene. - dice Izana con mirada triste.
- ¿Ya almorzaste? - pregunta Alfonso.
- No tengo hambre. - Dice Izana sin ser grosero.
- Bueno, pedí una comida italiana, para dos personas, si quieres. - Alfonso.
- No se preocupe. Ten un buen apetito. - Dice Izana cortésmente.
- ¡Izana! - Chama Afonso.
- ¡Hola! - Responde Izana.
- No necesitas estar solo cuando tienes la cabeza en medio de una tormenta. - dice Alfonso.
En ese momento a Izana se le pone la piel de gallina, porque esta frase la usa mucho su tía Guadalupe, cuando Izana estaba muy enferma y sola. Y conmovida por esas palabras, siente que le duele el corazón y abraza a Alfonso, donde comienza a llorar, dejándolo sorprendido e indefenso. Y al mismo tiempo todo empapado por ella, esa mirada desde la lluvia, luego la abraza también. Después de un tiempo, ella se disculpa con él y él simplemente le dice que no se preocupe por eso. Y nuevamente la invita a cenar, ella avergonzada trata de no ser grosera, y él sabe la respuesta que dice.
- Acabamos de tener una amistad fuerte, así que ...
- Está bien, cenaré contigo, pero necesito cambiarme de ropa. - sonríe Izana
- Está bien, yo también lo necesito. - Afonso está de acuerdo
- Está bien, me voy a cambiar. - dice Izana logrando abrir la puerta.
- No tardes. - Comentarios Afonso
- OK. - Termina Izana.
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Mikaela estaba sentada en la biblioteca, estudiando Teoría General de la Administración I. Ya un poco más profunda en el tema, ya sabía cómo resolver algunos cálculos por su cuenta, no cien por ciento sola, pero ya arriesgando algunos. Y conocer el tema también la ayudó mucho. Se sintió muy satisfecha con las clases de las chicas, a pesar de estar bastante impaciente con ella y con ella lo mismo. Después de tanto estudiar, toma sus libros y los lleva de nuevo a la estantería y los guarda prolijamente, saliendo de la biblioteca sorprendida, porque antes simplemente los metía de todos modos y siempre se iba murmurando.
- ¡Buenas noches señorita Cayra! - saluda a Mikaela
- ¿Y una broma? - Pregunta de Cayra
- ¿Como asi? - dice Mikaela confundida.
- ¿Tú, a quién no le importa nadie más que tú, siendo amable conmigo? ¿Qué estás haciendo? - pregunta Cayra.
- ¡Sabes de una cosa! Atornillarlo. - dice Mikaela disgustada.
- Ahora sí y la chica que conozco, cruel y desalmada. - Sigue Cayra.
- Vete al infierno. - Responde Mikaela.
- ¡Anda tu! - Cayra golpea.
Mikaela se va muy enojada, y vuelve a ser lo mismo, quejándose de la universidad, de su vida, de Afonso, de la gente, de las clases, del tema, de los compañeros de piso. Estaba tan furiosa que ni siquiera prestó atención al lugar al que iba, y se fue muriendo de rabia maldiciendo a todos los que terminaron chocando accidentalmente con un extraño que estaba cargado con material de estudio en sus manos, tirando todas sus cosas al suelo. suelo. Mikaela se sorprende en el momento, pero pronto no le importa, después de todo el problema y se derrumbó en el aire y no en el de ella, quien dice estar en su camino y sigue caminando.
- Gracias por la consideración señora. - comenta el extraño.
- Yo no ... ¡maldita sea! - dice Mikaela pensando.
- No te preocupes, lo arreglaré todo yo mismo. Debe haber algo más importante que hacer. - Continúa el extraño.
- Mira, tengo m ... ¡Maldita sea! - dice Mikaela disgustada.
Ella trata de ignorar la voz del extraño, que estaba ordenando los papeles en el piso, y continúa su camino, ya que nadie se preocupa por ella, por qué ella se preocuparía por su problema. Después de todo, ella ni siquiera lo sabe. Pero luego recuerda lo que le dijeron una vez las menunas."Si de la forma en que estás molesto, temerario, arrogante y repugnante. Actúa de la misma manera para estudiar y tratar de ser más humilde y tratar bien a las personas que te rodean, te graduarás en ciencias contables. Y serás un estudiante ejemplar en Lord Elite. " Así que respire hondo y ayudará al extraño.
- ¡Deja que te ayude! - Mikaela habla más humildemente.
- No necesita. - Habla el extraño.
- Sí, necesito hacerlo, fui yo quien causó todo esto. - ventila Mikaela.
- No debería intentar cargar todo esto de una vez, para ahorrar tiempo. - comenta el extraño.
- Tienes razón, es todo culpa tuya. - Dice Mikaela siendo ella misma.
- Cuánta humildad tienes. - Pregúntale al extraño.
- Fuiste tú quien confesó tu estupidez. - Mikaela habla con naturalidad.
- ¡Entonces y tú! - comenta el extraño.
Mikaela mira al extraño y reconoce al niño, fue él quien derramó un balde de agua en sus pies el día que estaba estudiando en la biblioteca, y aun así dio respuestas a sus preguntas sin que ella lo autorizara. Ella mira la vela con una expresión esnob en su rostro, burlándose de él, y él le pregunta si se quedará quieta y verá su belleza o le ayudará a llevarlo a su destino.
- ¿Me? - pregunta Mikaela.
- Sí. Me retrasaste como un incidente, y el minuto en el que deberías hacerlo ahora. - Retorna el chico.
- ¡Pero qué grueso eres! - Dice Mikaela.
- Mira quien habla. - Retorna el chico de nuevo.
- Qué maltratado estás eim. - replica Mikaela.
- ¿Me ayudarás o no? - pregunta el chico.
Mikaela lo mira y decide ayudar, después de todo él tiene razón ella lo retrasó con el incidente. Ella fue grosera con él y actuó groseramente, esnob y sin el más mínimo respeto. En resumen, se merece la patada. El Niño dividió el montón de papeles en dos en cantidades iguales, y ambos se dirigieron juntos a la biblioteca donde ella se volvió a cruzar con la vieja bruja. Pero él ni siquiera le habló, y lo ayudó a organizar el papeleo y ponerlo en orden en el estante tal como él enseñó, después de que el trabajo termina, los dos dejan la llamada, donde ella ignora por completo a la anciana gruñona, y se da cuenta de la atmósfera entre los dos.
- ¡Gracias por la ayuda! - Agradeció al chico.
- No es de extrañar, yo tenía la culpa de eso. - Responde Mikaela.
- ¿Ya almorzaste? - pregunta el chico.
- No como con extraños. - replica Mikaela.
- Me disculpa. Permítame presentarme. Soy Pedro Alejandro.
- Mikaela Zabrini.
- Señorita Mikaela, ¿cenaría conmigo? - pregunta Peter.
- ¡Porque no! - dice Mikaela, arriesgándose a ser amable y simpática.
- Vamos. - Llama a Peter.
- ¡Vamos! - Responde Mikaela.
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En el apartamento de Afonso, ya se había duchado y ordenado su papeleo por toda la casa. y ponlo en una canasta sobre la mesa, y ponlo debajo, cubriéndolo con una toalla. Luego arregla el sofá y las almohadas y enciende la televisión, cuando en ese preciso momento suena el timbre y va a abrir. Cuando abre la puerta para ver al repartidor y a Izana hablando, y ella no le gusta verlo sonreírle, y tose un poco diciendo que él estaba allí. Luego, el repartidor se despide de Zana y entrega el pedido, y se marcha poco después.
- ¿Usted lo conoce? - pregunta Izana.
- No. Pero habló de una vacante donde trabaja. - Esta es Izana.
- ¡Ja, el trabajo! - Idaga Afonso.
- Sí. ¿Pensaste qué, que estaba coqueteando con él? - pregunta Izana.
- No. Lo contrario era más probable. - dice Alfonso.
- Basta, Alfonso. No soy Jeniffer Lopez. - dice Izana sonriendo.
Él sonríe y la invita a pasar, y ella niega con la cabeza todavía asombrada por su comentario sobre coquetear con el repartidor. Cuando Izana entra, echa un vistazo más al apartamento y luego cierra la puerta con la llave. y luego en el enganche. Izana lo espera y él la lleva al sofá y prepara la mesa para cenar juntos y hablar con ella.
- ¿Esta mejor? - pregunta Alfonso.
- Después de la ducha sí, me desahogué un poco hacia el espejo. - Responde Izana.
- Que bien. - Responde Alfonso.
- ¿Estás listo para probar la comida italiana? - pregunta Alfonso.
- ¡Affamato dormir! - Responde Izana en italiano.
- parli italiano. - comenta Afonso sorprendido.
- ¡Solo un po! - dice Izana riendo.
- Un buon apetito por entrabi. - Dice Alfonso en italiano.
- ¡Buen provecho! - Termina Izana.
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En el restaurante cercano al colegio, Mikaela y Pedro estaban cenando y hablando sobre el Lord Elite College. Ambos estaban a la altura y se llevaban bien, a lo largo de la noche no se repartieron, no intrigaron y no se pusieron de mal humor. Mikaela por primera vez disfrutó de una comida (Cada vez que comía en la mesa era siempre silencio, etiqueta y comida básica y exquisita). Pedro le contó cosas divertidas sobre eventos en la universidad que se asfixiaba mientras aprendía su papel en el trabajo haciendo reír al rubio con su forma de hablar. Pedro la miró asombrado de cómo una persona con apariencia tan malévola, de hecho, era tan agradable.
- Maldito Peter. ¿Pasaste por todo esto? - Dice Mikaela.
- Sí. Cuando tenemos que trabajar para pagar la universidad, tenemos que arreglárnoslas a los treinta. - Responde Peter.
- ¿Eso es bueno? - pregunta Mikaela.
- ¡¿Qué?! - pregunta Peter
- ¿Trabaja? - Responde Mikaela.
Pedro siente cierta tristeza en la mirada del rubio con cara de modelo. Y ver que la respuesta que baja influiría mucho en el inicio de la amistad entre los dos. Entonces él responde.
- Trabajar y recibir ese dinero de su propio sudor, dinero que usted mismo ganó, y muy buena señorita Zabrini. - Responde Peter.
- Que increible. - Dice Mikaela.
- ¿Te gustó tu cena? - pregunta Pedro cambiando de tema.
- Delicioso. Nunca pensé que comer en un lugar como este, este tipo de comida y en buena compañía sería tan bueno. - Dice Mikaela.
- Gran compañía, me siento honrado. - pregunta Peter.
- ¿Cómo pido una cena para tres personas? - pregunta Mikaela.
- Solo pregunta y usa tu carnet universitario para pagar. - Responde Peter.
- ¿¡Tarjeta universitaria !? - dice Mikaela confundida.
- Ese aquí. - dice Pedro mostrando el suyo.
Mikaela toma su bolso y saca la tarjeta como la suya y mira con asombro cuando descubre lo que estaba haciendo. Pedro nota su cara de sorpresa y le explica a la rubia todas las funciones de esa tarjeta, dejándola aún más sorprendida. Hasta que él le pregunta si alguna vez lo ha usado, y ella responde que ni siquiera sabía para qué era. y los dos empiezan a reír juntos, y Pedro llama al asistente y le pide tres especiales para tomar y ya le pasa la tarjeta a Mikaela para pagar, y ella lo siente todo, todo. Los dos conversan un poco más mientras esperan la orden, y luego Pedro la acompaña a su edificio y se despide, donde la rubia sube encontrándose a sí misma. Allí, en el dormitorio, entra y ve a los tres estudiando.
- ¡Dios, pensé que iba a dormir afuera!
- ¿Estudiaste a Mikaela?
- Sí. ¿Y ya cenaste?
- Estamos ayunando.
- Nuestra tarjeta está agotada. Lo usamos para comprar libros adicionales. - Dice Baby.
- Deja de ser un chismoso bebé. - María Heloisa.
- Bien, te traje la cena. - Dice Mikaela.
- ¡¿Qué?! - Dice el tres con cara de tonto.
- Me estás ayudando mucho y quería darte las gracias. - Dice Mikaela.
- ¡¡¡¡Comida!!!! - Dice Baby.
- Ya estás agradecido. - Responde Lucía, cabreada por el hambre.
María Heloisa mira a esa criatura gruñona, gruñona, llorona, irritante, insufrible, egoísta, esnob, ofendida por la bestia que es la Reina de Inglaterra, haciendo ese noble gesto con ellos, de la nada y sonriendo de admiración a la niña.
- ¿No te vas a comer a Maria Heloisa? - pregunta Mikaela.
- Sí. - responde Helo.
Heloisa se acerca a Mikaela y recibe la bolsa y la pone sobre la mesa y la toca con un abrazo muy fuerte. Dejando a Mikaela y las chicas indefensas, luego se sienta a la mesa para cenar. Hasta que uno de ella habla.
- ¡Eh! ¿Dónde está el tuyo? - Pregunta de bebé
- Ya cené con alguien. - Responde Mikaela.
- Hmm ... alguien que? - Pregunta bebé.
- ¿Un chico? - pregunta Lucía.
- Sí. - responde Mikaela.
Los tres sientan a Mikaela en la mesa y le piden que le cuente todos los detalles de esta cena, mientras saborean la comida. Y Mikaela comienza a sonreír con esa linda noche y comparte su linda noche.
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Ya eran alrededor de las 10:35 de la noche, Izana y Afonso ya habían cenado y tenían casi una caja de LongNeck, (Como Afonso pagó la cena, Izana quiso agradecerles por la noche relajante y compró una caja de Ice para que bebieran. . Afonso aún no había probado esta bebida, pero la encontró muy refrescante y fuerte también, ya que era domingo no se molestarían en pasar la noche bebiendo. Cuando estaban entrando en la segunda caja que compró Afonso, Zana deja que el El tenedor cae al suelo y cuando ella va a recoger una nota en un cesto debajo de la mesa, ya no nos mojemos, dejando a Afonso avergonzado.
- Vaya, ¿son proyectos? - pregunta Izana.
- Sí. Tiene que ver con mi sueño personal. - Responde Alfonso sin gracia.
- ¡Tu libertad, verdad! - Comentarios Uzana.
- Sí. Mi libertad e independencia de la familia Guerra. - dice Alfonso.
- Tus dibujos son buenos Afonso. - alaba a Izana.
- Son solo borradores de Uzana. - Este es Alfonso.
- Si esto es un borrador, imagínese cuando dibuja una obra de arte entonces. - Izana habla fija en sus dibujos.
En ese momento Alfonso se da cuenta de la sinceridad de la niña y de su encanto al admirar sus dibujos y se siente bien al ver que a ella le gustaban. Él abre dos botellas y le da una a ella muy fría y los dos toman un trago directamente de la botella de hielo. Entonces Izana toma otros dibujos y dice.
- ¡Cuéntame un poco de tu sueño! - pregunta Izana
- ¡Arf! Hay varias cosas al mismo tiempo, pero todavía no puedo reconciliarme. - dice Alfonso.
- ¿Ya ha mostrado sus proyectos a un inversor? - pregunta Izana.
- Sí. Más de doce veces. - Responde Alfonso.
- ¡¿Grave?! - pregunta Izana.
-Sí. Pero todos fueron rechazados. - Vents Afonso.
Izana siente su mirada de tristeza, y con su respuesta sincera, imagina lo frustrado que debe estar por eso. Vuelve a los dibujos, analizándolos uno a uno, para entender su sueño, su objetivo, lo que realmente quiere armar, y decide ayudarlo, preguntándole qué quería de su sueño. Lo que realmente quería de allí. Y Alfonso empezó a mirarla como si fuera un inversor haciéndole esa pregunta, y con mucha paciencia toma un sorbo de su bebida y explica en detalle lo que tiene en mente, donde Izana prestó atención a los detalles dejando a Alfonso muy cómodo con Is it Por ahí.
- Quiero ayudar a las personas a encontrar lo que buscan. - dijo Alfonso.
- Quiero que quieran algo y lo obtengan en cuestión de segundos.
- Que tenga a mi compañía como su mejor amigo, sin importar el sexo, la edad o la religión.
- Quiero que mi empresa sea grande, famosa y exitosa.
- Que tiene un logo increíble, un sonido relajante y un encanto contagioso para quien lo ve.
- Que pueda, o mejor dicho, que tenga interés en nosotros, que pueda transmitir confianza, lealtad y bienestar a la persona que nos busca.
- Y que tengas acceso fácil y gratuito para encontrarnos.
- Que esta empresa se difunda por el mundo en aplicaciones, sitios web, páginas sociales, banners, carteles, diapositivas, comerciales, marketing, etc.
- Quiero triunfar por ser brillante y no por el dinero. - Finaliza Afonso.
Izana, que estaba interesada en los dibujos de sus proyectos, al escuchar su manera de hablar tan orgullosa de su empresa, deja de mirar los dibujos en medio de su sueño para mirarlo a él. Porque su colega hablaba de su compañía con tanto brillo en los ojos, tanta autoestima, orgullo y magia, que lo hacían radiante y muy atractivo. Como si ya fuera un gran y exitoso empresario, y eso le llamó la atención, porque así se sentía al cumplir su sueño de graduarse y regresar a su tierra como una gran, famosa y muy solicitada profesional en su pequeño pueblo de Floratta. Después de su discurso, aplaude a Alfonso como si estuviera en un podio dando un espectáculo.
- ¡Qué hermoso Alfonso! - Alabado sea Izana.
- ¿De verdad te gustó? - pregunta Alfonso.
- Chico. Si es así cuando tenga su negocio en marcha. Nadie más te detiene. - Explica Uzana.
- Kkkk eso crees. - Ríe Afonso.
- Porque es verdad, Alfonso. La forma en que hablas de tu sueño es como una novia a la que amas intensa y apasionadamente. - Dice izana.
- Kkkk no había pensado de esa manera. - dice Alfonso sonriendo.
- Eso. Vea su empresa como una novia. La amas, y ella está aquí en estos dibujos, solo necesitas encontrar una manera de oficializar este matrimonio, de una manera romántica entre ustedes dos. - Dijo Izana razonando algo en mente.
Afonso la miró y se dio cuenta de que estaba en trance, como si estuviera resolviendo algunos de los cálculos de la clase de administración financiera del profesor Homero. Y tomó todos los dibujos de Alfonso y los colocó en el suelo, extendiéndolos uno al lado del otro, como si fuera una acera con dibujos. Afonso la mira tratando de entender lo que estaba tratando de hacer, porque Izana siguió trabajando y le pidió ayuda a Afonso para poner todos los dibujos en el piso, incluso los que arrugó y tiró a la basura. Y obedeció sin contestar, como si le gustara toda la locura que estaba pasando allí, en medio de su habitación.
- Mira a Alfonso con tus propios ojos. Vea su contraseña de su proyecto. - preguntó Uzana.
- Lo siento señorita Flores, pero sigo sin entender. - respondió Alfonso confundido.
- No mire sus dibujos como un simple dibujo, mire cómo están conectados entre sí. - Esta es Izana.
- ¿Conectado? - pregunta Alfonso.
- Ver con el corazón, sentir. - Dice Izana agonizando.
- Oye, no sé ... - dijo Afonso, avergonzado.
Izana lo mira ya renunciando a ayudarlo a completar lo que faltaba en sus dibujos, y mostrarle lo que tenía que hacer para que finalmente su proyecto no fuera rechazado por los inversores. Y Alfonso se disculpa pero no entendió lo que ella quería transmitirle, la visión que quiere que él tenga, de imaginar una novia frente a él en la que finalmente podrá pedirle que se case con él y cumpla su sueño. Entonces Izana tiene una idea loca, y le dice que va a hacer algo para ayudar, pero que no es nada personal y solo para probar su teoría y ayudarlo a entender lo que quiere decir sobre su proyecto, dejar que Afonso tenga curiosidad. E Izana se para frente a él pidiéndole que solo se concentre en su proyecto, y luego lo besa.