[CAMILA]
Me atrevería a decir que en su mente Máximo Greiff ha tenido sexo conmigo un mínimo de diez veces, pero se va a tener que conformar con eso solamente, porque en mi vida me acostaría con un hombre como él. Es arrogante, prepotente, y sobre todo cree que por el hecho de que tiene un rostro perfecto, y un cuerpo de gimnasio puede tener a la mujer que quiera, pero se equivoca y demasiado.
No puedo dejar de pensar en la posibilidad de que Selena pudo haber caído en sus redes. Mucho menos puedo dejar de imaginarme que este hombre por llamarlo de alguna manera, pudo haber sido capaz de causarle tanto daño. Ahora es mi turno de que él caiga en mis redes y sacarle toda la información que pueda para comprobar su culpabilidad, y no voy a parar hasta conseguirlo.
"Señores pasajeros bienvenidos a la ciudad de Chicago, la hora local es 8:10PM y la temperatura es de 30 grados Fahrenheit, esperamos que hayan disfrutado del vuelo y le esperamos pronto." Dice el piloto a través del altavoz y apenas la señal del cinturón de seguridad se apaga, yo me lo quito y me pongo de pie para buscar mi bolso.
«Que sea él quien te busque» Pienso y disimulo lo mejor que puedo pretendiendo que no me interesa, aunque en realidad si, pero no de la manera que él quisiera.
Bajo mi bolso y una vez que la puerta del avión se abre me dispongo a ir hacia allá, pero él me detiene —No tengo tu número. — Dice firme y le sonrió.
«Bien…» Pienso y por dentro sonrió triunfal.
—Bajemos del avión, la gente está esperando a que nos movamos. — Indico cuando me percato que estamos bloqueando el pasillo y ahora es él quien me regala una de esas sonrisas que deberían ser un arma letal para su víctima, pero en mi caso el escudo que traigo es mucho más fuerte.
—No te escapes. — Me advierte.
«No lo hare, para esto vine aquí…» pienso.
Le sonrío —No tengo intenciones de hacerlo. — Rebato y sabiendo muy bien lo que hago, emprendo mi camino hacia la salida del avión.
Puedo escuchar sus pasos detrás de mi mientras cruzamos la manga del avión, y al salir de la misma me alejo un poco de la gente que hay esperando para el próximo vuelo y me detengo en un sitio un poco más solitario. Lo veo caminar hacia mí con una sonrisa tatuada en su rostro y sé que en estos momentos él está pensando que las lleva de ganar, pero nada está más lejos de eso, el juego está en mi terreno.
«Soy yo quien va a ganar» Me repito y mantengo mi postura hasta que se detiene frente a mí.
—¿En qué hotel te hospedaras? — Me pregunta sin rodeos y le miro arqueando mis cejas.
—Vas muy rápido Greiff— Le dejo saber y ríe.
—Y creo que tú eres una mal pensada. — Rebate y finjo que sus palabras me hacen reír.
«Se muy bien de lo que eres capaz... A mí no me engañaras.»
—¿Y para que quieres saberlo entonces? — Pregunto, pero sé que cuando le de la información se volverá loco, de seguro no lo espera.
—Tengo un chofer esperando por mi afuera del aeropuerto, puedo hacer que te alcancemos allí. — Propone.
— ¿Sí? — Pregunto para seguir su juego.
—Por supuesto, soy un caballero. — Añade y sus palabras provocan ira dentro de mí, ¿Cómo se puede ser tan falso? Igual, esto no debería sorprenderme… Selena lo dejo claro en su carta.
—De acuerdo, caballero...— Digo y sonrió— Me estaré hospedando en el Marriot Marquis— Explico y su cara tal y como era de esperarse, cambia por completo.
«Si Máximo, es el mismo hotel donde te quedaras tú.» Pienso y sonrió triunfal por dentro, ya que mi plan esta marchando a la perfección.
—Yo me hospedare allí también, vaya casualidad. — Comenta y se sonríe.
—Entonces te queda de paso. — Bromeo para seguirle el juego y si hay algo en lo que me estoy volviendo experta es en eso.
—Eso parece, vayamos por las maletas entonces. — Propone y comenzamos a caminar el largo pasillo del aeropuerto. —¿Y cuánto tiempo te quedaras aquí? — Me pregunta mirándome mientras caminamos.
Lo miró fijamente —Hasta el 19. — Respondo.
—No me digas que regresas a Miami en el mismo vuelo que yo porque ahí sí que creeré que el destino está conspirando a mi favor. — Me dice y sin tan solo supiera que si existe tal conspiración, pero no del destino, si no de los planes que tengo para él.
—Quien sabe...— Respondo y seguimos los letreros hacia el tren que nos llevara al sitio correcto donde llegaran nuestras maletas.
—¿Es la primera vez que vienes a Chicago? — Indaga y su interés comienza a molestarme más de la cuenta ya que este juego tiene que ser al revés.
—No, he venido muchas veces ya, pero no por trabajo. — Me explico.
—¿Por diversión? — Presiona.
—Placer. — Rebato sabiendo muy bien lo que quiero conseguir y aparto mi mirada de la suya.
A través de mi mirada periférica puedo notar como me mira y sonrió por dentro —No me digas que tienes novio, o aún peor... que eres casada. — Me dice algo preocupado e inevitablemente rio.
Inmediatamente niego con mi cabeza —Ni una ni otra... hace un mes termine con quien fue mi novio hacía dos años. — Respondo intencionalmente.
—Eso es bueno para mí, pero ¿Por qué? Si se puede saber... — Indaga.
«Ha llegado la hora de saber hasta donde eres capaz de llegar»
—Comenzó a comportarse como un idiota. Se atrevió a maltratarme y yo a los hombres así no dudo en sacarlos de mi vida. — Digo firme y lo miro queriendo saber cual es su reacción.
Su expresión no parece verse afectada. No parece nervioso... «¿es posible que mienta tan bien?»
—Que imbécil, has hecho bien. — Responde y ahora soy yo quien está muy confundida. Solo lo puedo mirar hasta que me tropiezo con algo —¡Cuidado! — Dice sujetándome del brazo para evitar que me caiga y me aprieta contra su cuerpo —Debes mirara donde caminas linda.— Me dice a milímetros de mis labios.
—¿Quién eres? — Pregunto con un hilo de voz a causa de lo confundida que me encuentro en estos momentos.
—Creí que lo sabías...— Dice entre risas y niego.
—No me hagas caso, solo he tenido un pensamiento en voz alta — Comento —Ya puedes soltarme.— Le dejo saber y se sonríe.
—Me estaría costando mucho hacerlo. — Murmura y se acerca aún más a mis labios.
—No, aun no...— Digo y consigo escaparme de él...
«Esto es una locura.» Pienso mientras que intento entender que es lo que esta ocurriendo.