Yo vi, como estaba excitada Tina, todo el camino a mi club intentaba de mantener esta llama de deseo en ella. Acariciaba sus pechos, que con mucha facilidad se salían del corsé. Comía sus labios dulces. De verdad quería hacer mucho más, pero decidí esperar hasta la llegada. - Todo lo que una persona sueña, aquello por lo que se esfuerza, al final todo depende de la satisfacción física y el placer. Alguien lo encuentra eso en las drogas y se sumerge en el mundo de los sueños, alguien se sumerge en el alcohol, pero todos liberan sus demonios a través del sexo, - dije, mirándola directamente a los ojos. - Y para estos demonios tengo toda una morada que poseo. - ¿Un prostíbulo? - Preguntó de inmediato. - Bueno ... no del todo, más bien el sitio de la verdadera pasión, - me reí entre dientes