Está contratado

1675 Words
—Su nombre —pregunta, al dedicarse a manipular la tableta que mantiene frente a ella. —Jonathan Sanders —me remuevo con incomodidad en la silla, temiendo que los otros postulantes utilicen el cerebro y terminen por darse cuenta de que no era ningún exterminador y se devuelvan. —Es extraño, con usted debían de ser siete postulantes —gruñe, a la vez que deja salir lentamente la respiración—, me gusta tener opciones. —Yo soy su mejor opción, no se preocupe —me limito a decir, al dedicarme a mirar hacia la puerta con nerviosismo. —Veamos, acá dice que trabajó para la Agencia Montgomery durante cuatro años, ¿Cuál fue el motivo de su salida? —pregunta, al clavar sus ojos cafés en mí. —Una mejor oferta laboral —respondo sin dudar. Me había estudiado al revés y al derecho esa hoja de vida, por lo que, sabía perfectamente qué responder ante cada una de sus preguntas. —¿Cuál empresa? —La Agencia de Publicidad de los hermanos Palacios —farfullo, sabiendo que dicha empresa era la mayor competencia de la suya. Levanta una ceja en mi dirección mientras cruza los brazos sobre la mesa. —¿Trabaja aún para ellos? —No, señora. Renuncié por el simple motivo de ser una persona que se exige así mismo. Y, lamentablemente, nunca pude explotar todo el potencial que tengo durante mi paso por esa Agencia. Suni se dedica a verme fijamente, buscando en mí algún atisbo de falsedad, me dedico a sostenerla la mirada, sin pretender titubear en algún momento. Estaba seguro que con ella debía de ser firme, sin pretender dejarla intimidarme sino, entrar a ese caparazón iba a convertírseme en misión imposible. Al final, aleja su mirada y toma el teléfono que mantiene al lado, al ver su expresión, me doy cuenta de que he dicho algo que ella quería escuchar. —Richard. Necesito que investigues a Jonathan Sanders —dice al teléfono, la observo negar con la cabeza a la vez que arruga la frente—. No me importa lo que estés haciendo, si te doy una orden, la cumples de inmediato. Tienes cinco minutos para traerme la información, si no, para mañana estaré haciendo entrevistas para contratar un nuevo técnico en informática —manda para después cortar la llamada. Trago saliva con fuerza al terminar de escuchar la forma en la que se había dirigido a su empleado. Definitivamente aquella mujer no se andaba por las ramas, además, de que con ello comprobaba que todo lo que me habían dicho sobre ella es verdad, Suni Kan es el tipo de mujer que solo se preocupa por sí misma. Tres minutos después, la puerta de la sala estaba siendo abierta por el pobre Richard, quien entra a toda prisa a la vez que respira pesadamente. El pelinegro se acerca a su jefa y coloca los documentos frente a ella. —Aquí está la información que me pidió, jefa —farfulle, sin dejar de respirar pesadamente. —¿Ves cómo si puedes hacer tu trabajo? —cuestiona ella, para después hacerle un gesto hacia la puerta—. Retírate y termina tu trabajo que lo necesito para las tres de la tarde. —Sí señora —asiente el chico antes de retirarse. Guardo silencio mientras la observo revisar mi información, a la vez que ruego para que Liam haya hecho bien su trabajo al alterar mi información. Al final, levanta la mirada y asiente en mi dirección. —Bueno, Jonathan. La verdad es que necesito un director creativo con urgencia, y al parecer usted reúne todos los requisitos indispensables para serlo. Así que está contratado. Sonrío con los labios apretados a la vez que asiento con la cabeza. —Le dije que soy lo que necesita. Ella pone sus pequeños ojos en blanco, mientras me acerca una carpeta con lo que imagino es el contrato. —Sí sabe que este puesto es de mucha responsabilidad. Así que, si no cree poder con él, dígamelo ahora para que no me haga perder mi tiempo. No quiero terminar por despedirlo tres días después. —Sé exactamente lo que involucra ser un director creativo, Suni. —Señora. No tienes permitido tutearme —me corta de inmediato, lo que me hace sonreír. —Sí señora —digo, al tomar la carpeta—. Si no le molesta, primero leeré el contrato antes de firmar. —Tiene treinta minutos para revisar todo lo que desee. Si en media hora regreso y no lo ha firmado, pierde su oportunidad. —Treinta minutos es suficiente —le aseguro. Vuelvo a quedar a solas en la sala, por lo que, me doy prisa en comenzar a leer todo el documento. De igual forma iba a firmar, pero, antes de que se lo llevara, ocupaba aprenderme todas las cláusulas que luego iban a servirme para defenderme frente a alguna amenaza de su parte, a como lo había hecho con su técnico en informática. Leo acerca de las horas obligatorias para permanecer en la Agencia, cuáles serán mis únicas labores, además de los tiempos de almuerzo o descanso. Leo acerca de cuáles son las reuniones a las que debo de asistir, lo que se basaba más que nada en tratar con las personas que necesitan de los servicios de la Agencia. Debo de hacerme cargo de trabajar al lado de los redactores e incluso de los del departamento creativo y medios. Rasco mi cabeza con incomodidad para después tomar el bolígrafo y comenzar a firmar. Joder, en realidad era mucho trabajo lo que tenía que hacer; había tenido múltiples trabajos con jefes o jefas insoportables, pero, ninguno de esos trabajos se acercaba a lo que haría en esta Agencia; por lo general, siempre me encargaba de ser el asistente, o un simple vendedor, pero ahora, tenía muchísimas responsabilidades de las cuales no sabía como iba a sacar adelante. Gaby tenía razón al estar tan nerviosa al mandarme a esta entrevista. Dejo los papeles sobre la mesa y suspiro. —¿Por qué carajos no despidió a un redactor? ¿En serio tuvo que ser la mismísima directora creativa quien la cagara para que la despidiera? Dirijo la mirada hacia la puerta en cuanto noto que comienza a abrirse, reconozco de inmediato a una de las chicas que había estado esperando por la entrevista. Me mira con el ceño fruncido mientras niega con la cabeza. —Tú no eres un exterminador de ratas —menciona con rabia—, me di cuenta de ello y volví. —Muy tarde —digo, al guiñarle un ojo—, ya firmé el contrato, preciosa —le muestro las hojas y ella gruñe. —Ya se venció el tiempo —indica la coreana en cuanto pasa por el lado de la chica sin siquiera mirarla. —No se preocupe, ya he firmado. —Señora, él… —intenta hablar la chica, pero mi nueva jefa la interrumpe. —¿Usted venía a la entrevista? —pregunta Suni al verla con dureza—. Retírese de inmediato, si no es capaz de llegar a tiempo a una entrevista, no puedo imaginarme en los días laborales. —Pero, señora, este hombre… —Que se retire, no me haga perder el tiempo —vuelve a cortarla. La chica me mira con dureza una vez más, por lo que, simplemente muevo mi mano en despedida antes de que de la vuelta para irse. —Bien, me retiro. Nos vemos mañana a partir de las ocho de la mañana —digo, al levantarme para tomar mi portafolio. Suni lleva una mano a su cintura y levanta su otra mano para mover un dedo en negación. —No, usted se queda. Debe de tomar su puesto ahora mismo. —No, señora —afirmo, al dedicarme a sonreírle—. En el primer punto del contrato menciona que debo iniciar mis labores al día siguiente después de que firmara, por lo que, debo de retirarme ahora mismo. Estiro una mano en su dirección en espera de que la estreche, pero, debí de bajarla al no recibir respuesta de su parte, tal y como lo imaginé. —Nos vemos mañana, Suni —le doy una última mirada y niego con la cabeza—. ¿Cómo es posible que alguien que se ve tan tierna como tú, tenga tan mal carácter? —es lo último que digo antes de retirarme sin esperar una respuesta de su parte. Mientras camino hacia el elevador, sonrío como idiota al haber logrado mi primer objetivo, el cual era entrar. Con un movimiento de cabeza, saludo a los redactores que me miran en cuanto paso a su lado, toco el botón para abrir el elevador y me giro hacia ellos. —¡Soy su nuevo director creativo! ¡Agradezcan al cielo que he llegado a salvarlos, mortales! —grito para después entrar al elevador. Antes de que las puertas se cierren, logro ver a mi jefa salir de la sala, me mira con frialdad, era como si, con esa simple mirada, me transmitiera que se ha arrepentido de contratarme. En cuanto estoy solo, apoyo mi espalda contra una de las frías paredes del ascensor y suspiro con lentitud mientras, saco mi teléfono y le envío un rápido mensaje a Gaby: “Estoy dentro; Suni Kan acaba de conocer y contratar a su más grande y hermosa pesadilla” Su respuesta es inmediata: “No esperaba menos de mi mejor chico” Tarareo una canción de los Bastrick Boys mientras espero a llegar al primer piso. El nerviosismo se ha ido, dándole paso al gran optimismo y seguridad con el que me identifico; son solo conocerla, pude darme una idea de cuales son sus puntos débiles, puntos que iba a utilizar a mi favor para poder eliminar esa armadura fría que ha puesto a su alrededor. Suni Kan iba a volver a convertirse en la chica soñadora y romántica que parecía haber sido antes de decidir convertirse en una persona venenosa y amargada. 
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