capitulo 6

1688 Words
Tengo un amor que jamás podre superar, lo recuerdo bien, fue primera vez que hice cosas que con nadie más me atreví, y la primera vez que dije te amo con toda la sinceridad del mundo. Creo que es por eso por lo que aun sigo apegada a el como si mi vida dependiera de eso, dure años tratando de olvidarlo y cuando justamente estoy a punto de hacerlo aparece con una puta sonrisa en la cara. Eso me confirma lo mucho que el mundo me odia y lo muy miserable que es mi vida. Su abuela se me acerco aquel día que iba a salir detrás de el y con una voz amenazadora me grito: ¨déjalo ser feliz, eres solo una mugrosa que no merece a mi nieto¨ Desde ahí entendí que había muchos obstáculos en nuestro camino y que lo peor de todo era que estaba sola y vacía sin ganas de enfrentarme al mundo. Luche tantas veces por verlo y decirle lo mucho que lo amaba, pero fue tan inútil, me quede parada frente al aeropuerto y como toda una cobarde Sali corriendo. Nuestras vidas eran muy diferentes y por mas que lo trataba de olvidar, jamás lo logre. Incluso si no podemos estar juntos al final, me alegro mucho de que hayas sido parte de mi vida. Coloco mi diario debajo de mi almohada y me levanto de la cama con una simple sonrisa. Es inevitable no sonreír con tales recuerdos. Arreglo las flores que se encuentran encima de la mesa y me dispongo a preparar la cena. Había pasado un mes desde la última vez que hable con Edward y por lo que se, él se había marchado a México para visitar un hospital ya que hace unas semanas estaba muy enfermo, náuseas, mareos, dolores de cabeza... entre otras cosas más y ya que algunos doctores de este país no encontraron la causa decidió ir a otro lugar en busca de ayuda y claro, se tenía que ir con la estúpida de su prima, eso fue lo que me dijo Isabel cuando renuncie hace una semana. Por otro lado, Ignacio y yo nos dimos una oportunidad y cada vez nos encontramos mas cerca de casarnos, o eso es lo que pienso, ya que hace últimamente ha estado muy misterioso y me ha invitado a cenar y según Carmen el me va a proponer matrimonio, aunque no este lista para esto, creo que es hora de que nos demos una oportunidad, no digo que lo amo ya que estaría mintiendo y eso no es debido, según yo. Me moví en la cocina con rapidez y mientras cortaba los tomates. Pensaba. ¿Como él me va a pedir matrimonio? Puede que haga una propuesta romántica. Aunque no puedo tener hijos, tengo la idea de adoptar el próximo años cuando ambos nos casemos y como en los libros que escribo, vivamos felices para siempre. Mis pensamientos fueron interrumpidos por mi celular. -diga-respondí colocándome el teléfono en el oído. -Charlotte, no lograre ir a cenar contigo el día de hoy, tengo una reunión con unos jueces y no podre llegar a tiempo-su voz sonaba algo triste. -esta bien, suerte y te espero, besos-no colgué ya que esperaba que el me dijera algo o se despidiera conmigo como siempre lo hizo, pero además de hacer eso, colgó sin decir un simple adiós. -eso fue extraño-susurre algo confundida. Tal vez estaba muy ocupado. Ya que el no iba a venir solté el cuchillo y tome mi teléfono y llame a una pizzería, se me quito el animo de cocinar algo extraño en mi ya que amo cocinar. -quiero una pizza mediana con extra-queso y dos refresco-el chico que estaba en teléfono me confirmo mi orden y luego de darle mi dirección colgué. No tardo mucho en llegar el repartidor, pero me sorprendí al ver que no era un chico que traía mi orden si no una chica. -hola, aquí esta tu orden-tomé las cosas y las puse dentro de la casa, le tendí mi tarjeta de crédito y ella la acepto con una sonrisa-tiene cara de sorprendida, le sorprende que el repartidor se una chica? -sus palabras me sorprendieron, pero asentí levemente. -no es muy común ver chicas repartiendo pizzas en una moto-mire como su increíble moto estaba estacionada en frente de mi casa. -mi novio es el repartidor, pero jamás lo dejaría salir y que todas esas chicas que andan por ahí anden de coqueta con mi novio-mi sorpresa no se pudo disimular ya que abrí la boca y la mire algo confundida. La chica estaba muy linda y, a decir verdad, siento que tiene un novio mujeriego, y que por amor le perdone todas sus infidelidades, siento que su novio hizo mal en dejarla salir de su casa a estas horas de la noche. -no te preocupes, eres muy protectora con tu novio-comente tomando la tarjeta de crédito nuevamente. -lo cuido de mujeres como tu-ahora sí, su comentario me ofendió. -tengo novio y por lo que acabo de notar soy mayor que tú, eso quiere decir que tal vez tenga mas que tu novio, no me interesa nadie mas que mi pareja-observe como la vena de su frente empezaba a palpitar. -todas dicen los mismo. -no cariño, no es mi culpa que tu novio te haya causado tantas inseguridades, si te amara lo suficiente no te hubiese dejado salir a estas horas de la noche sabiendo lo peligrosa que esta la sociedad, deja de ser celosa y preocúpate mas por ti, a el que se vaya a la v***a-le sonreí y cerré la puerta. Aunque sienta pena por ella, se tenía que decir y se dijo.  Encendí la tv y observé alguna serie en Netflix mientras comía de mi pizza. No sé cuando me dormí, pero de lo único de lo que estoy segura es que cuando abrí mis ojos y la televisión ya estaba apagada, traté de seguir durmiendo, pero unos labios pegados a mi espalda y dejando varios besos en ella me hicieron despertarme. -Ignacio? Llegaste temprano, quería hablar contigo sobre unas cosas que jamás te Conte-dije aun de espalda a él. Era hora de confesarle mis sentimientos. -te quería decir que, quiero ir en serio y que hagamos los planes para casarnos pronto…auch-me detuve en seco al ser mordida. Por otro lado, los besos siguieron y subieron hasta mi cuello, una rica fragancia se apodero de mi olfato, pero me removí al saber que esta fregancia no le pertenecía a Ignacio. -Edward-grite y me levante de la cama. Sus ojos penetrantes me miraron con odio, no me había confundido, conocía su fragancia desde lejos. -que haces aquí? ¿Como entraste? -pregunte alejándome más de él. -eso no importa, lo importante en estos momentos es saber la razón de que porque quieres casarte con ese idiota? No lo amas, y jamás lo amaras como me amas a mí, te estoy dando la oportunidad de que vuelvas conmigo-negué. -jamás, no después de que me humillaras de aquella manera, terminaste de romper mi corazón y estoy tratando de sanar. Si, no amo a Ignacio, pero siento que con el lograre olvidarte completamente-grite lo más alto que pude. -entiende algo-se acerco a mi y me tiro a la cama-eres mía, solo mía-se colocó encima mío y empezó a besar mi cuello-que no se te olvide nunca. el olor a alcohol inundo mis fosas nasales, como temía, estaba borracho. Trate de quitarlo de encima mío, pero ni se removió un poco, el hombre que tanto amaba me estaba rompiendo mas de lo que ya estaba. -quítate, Edward-lo patee con fuerza, pero el aún no se movía de encima mío. -que te quites de dijo-un fuerte puño choco con la cara de Edward lanzándolo al piso y por fin quintándolo de encima mío- estas bien? -asentí y me levanté lo más rápido que pude. -gracias, Ignacio-agradecí y lo abracé con fuerza. -con que este es el idiota de tu novio-Ignacio se movió y se colocó frente a mí. -no te atrevas a acercarte-lo amenazo. -es a mi mujer a la que tienes detrás de ti, siento que deberías moverte si no quieres salir lastimado-Ignacio ni se inmuto y siguió protegiéndome. -es mi novia, no tienes derecho a tocarla… -como que no? ¿No le contaste las hermosas noches que pasamos juntos mi flor de durazno? -trate de golpearlo, pero Ignacio me lo impidió. -de que hablas? -esa mujer que tienes detrás de ti, es mi novia desde hace mas de cinco años, rompió conmigo, pero en cuento me vio aquel día, no dudo en lanzarse a mis brazos, de seguro buscando algo que no recibe en su casa-los puños de Ignacio se apretaron con fuerza-si no fuera por aquel inconveniente, hubiésemos sido tan felices, incluso hace unos días me prometió que te dejaría para volver conmigo-confeso y en verdad quería golpearlo. -vete antes de que llame a la policía-advirtió-o yo mismo te sacare a patadas. -esta bien, me voy, después de esto espero que vayas a buscarme Charlotte, dudo que él te perdone-salió de mi habitación y solo se escucho el fuerte ruido que hizo la puerta al cerrarse. -te seré honesta, hace unos meses me encontré con mi amor de la infancia, ese que te Conte hace unos años-el asintió-pensé que lo había olvidado, pero en cuento lo vi, el lado izquierdo de mi pecho se removió inquieto, admito que me acosté con él, pero fue hace un mes. Te pido que me perdones-le suplique de rodillas. -no tienes que disculparte, el amor es ciego y nos hace cometer errores-coloco su mano frente a mi y me ayudo a levantar-claro que te perdono, te vez muy arrepentida en estos momentos. Me lance a su brazos y lo abrace fuertemente. -casémonos, viajemos juntos y disfrutemos de nuestra vida-le dije con una sonrisa-porque estoy empezando amarte, no, creo que te amo-mis mejillas se sonrojaron y lo mire buscando una respuesta en su cara. -lo siento-me miro a los ojos-pero yo no te amo, ni te amare nunca. Y con esas palabras mi mundo se vino abajo.
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