… Maika La puerta de la Hummer tengo abierta, solo espero poder salir del pueblo y que el viaje se vaya en un pestañeo. Estiro mis brazos y examino los cortes en mis manos. Se ven mejor, a cada rato los lastimo, pero no tengo venda y los tengo al aire libre. —¡Suéltame Kostya, no me convencerás! —grita Yelena y me vuelvo hacia ellos. Este pelón no aprende y jalonea su muñeca a lo bruto. Yelena se resiste y el tipo no es bueno retirándose. Joder, Lev sale disparado y se lanza como si el pelón fuera el balón de fútbol americano. En un segundo se encontraba dejando al gato en el asiento trasero y ahora rueda por el terreno. —¡Mierda, despéguense! —vocifera la chica maraña mientras sostiene sus rizos salvajes y patalea nerviosa. Mis ojos persiguen a Lev desquiciado y destrozando la car