Capítulo 8

1045 Words
Me encierro en el baño temblando de los nervios, las nauseas aún siguen presentes como puedo me dirijo al lavamanos y abro el grifo para poder refrescarme dl rostro. Me observo al espejo y niego con la cabeza. -¿Qué mierda te pasa Andrea? Tu no eres así. ¡Controlate mujer! Respiro por unos segundos y aprovecho el tiempo para poder lavarme mis manos sudorosas, mi celular vibra en mi bolso, observo una llamada proveniente de mi psicólogo la ignoro por completo. Estoy lista para poder enfrentar todo incluso dar mi cara de vergüenza. Me dispongo a salir del baño de mujeres cuándo un hombre se hace presente frente a mi. ¿Qué demonios hace aquí? -Lo siento caballero, creo que se equivoco de baño. -La que se equivoco de baño fue usted. ¡Este es el baño de hombres! Obsceno detrás de mi y me doy cuenta de los cubículos y...de los mingitorios de hombre al fondo a mi izquierda. Observo de nuevo al hombre quién me observa enarcando una ceja. -¿Andrea?- la voz del doctor Anderson se hace presente, aprovecho que el otro hombre está distraído y me dirijo al doctor y dando una disculpa al otro hombre que solo se limita a entrar al baño. Ambos nos alejamos de los baños para dirigirnos a la mesa, siento su mirada puesta sobre mi. -¿Esta todo bien? Solo entraste a la cafetería y corriste directo al baño. -Creo que algo me hizo daño-comento para evitar otro tema de conversación. -¿Estas segura? Puedo llevarte a algún médico. -Todo esta bien-llegamos a una mesa y me extiende mi silla para que así pueda sentarme-Gracias. Uns vez que el termina de sentarse, me sonríe lo cuál es típico de él-Tal vez no sea una cafetería de lujo quentu sueles frecuentar, pero a mi me encanta este lugar. -No se preocupe, ya que me invito a esta cafetería, porqué no me sorprende. Usted pida las bebidas. -De acuerdo-comenta mientras sonríe mostrando sus dientes y jace un ademán, unos segundos después una joven de ojos verdes y grandes se hace presente, no me había dado cuenta de que lleva puestos unos patines y su coleta de cabello se mueve de acuerdo a sus desplazamientos. -Buen día señor Anderson. ¿Lo mismo de siempre? -No, está vez quiero un café bombón y un machiatto, también quiero dos pays de queso. -¡Enseguida le traigo su pedido señor Anderson! Disfruten su cita-comenta la chica para dejar nuestro pedido. -¡Vaya! Al parecer lo conocen muy bien. ¿Frecuenta mucho este lugar? -Si, el café de aquí es perfecto, el sabor y la textura son únicos en mi punto de vista. Vengo siempre antes de mis consultas. He comprado en cafeterías famosas pero siento que no es igual. -Bueno, son bebidas y postres al fin de cuenta. Pero su opinión es válida. -La verdad me preocupe bastantes por usted señorita Marshall. Yo le pido una disculpa si estaba trabajando. -Descuide, acababa de llegar a mi casa cuándo me llegó su mensaje. Pero descuide, creo que me agrado mucho la idea de que nos viéramos en otro lugar que no fuera su consultorio. -Quiero aclarar que es la primera vez que hago esto. -Le parece si lo vemos como una salida de amigos. -¡Me parece bien! -¡Aquí están sus pedidos! Disfruten-comenta la mesera mientras deja todo sobre la mesa. ¿Cómo es posible que pueda hacer eso en patines? Le damos las gracias y proseguimos von nuestra charla. -¿Ya te estas sintiendo mejor? Con respecto a lo de anoche. -Si, solo fue un momento de una crisis existencial sobre mi vida, pero no quiero que piense que sus terapias no funcionan. -Descuida, es normal tener esas crisis. Aún cuándo iniciamos con las terapias. -Le prometo que si seguiré todas sus indicaciones. -De acuerdo. Prueba tu café estoy seguro que te va a encantar. Me extiende la taza de café bombón, la pruebo y sabe exquisito, el aroma y sabor son suaves. Siento una mezcla de sabores en mi boca. Observo el pay de queso, tomo el tenedor para probar un pedazo, también es delicioso. -¡Vaya! ¡Sabe delicioso!-comento mientras limpio las comisuras de mis labios con la servilleta. -Sabía que te iba a gustar. -Gracias. -¿Por qué? - pregunta mientras termina de dar el sorbo a su café y dejarlo sobre la taza. -Es la primera vez que un hombre me pide salir como muestra de amistad. Eso se explica porqué tengo un círculo social pequeño. -Yo también tengo un círculo social pequeño. Te puedo hacer una pregunta. -¡Claro! Dime. -¿Cómo sería tu vida perfecta? -¡Vaya! Nunca nadie me había preguntado eso. Supongo que vivir a las afueras de la ciudad, un trabajo más relajado dónde tenga tiempo para mi misma, estar alejada de tantas cámaras, tantos paparazzis y de mi familia; solo una vida tranquila dónde pueda hacer más cosas como plantar mis propias flores. -Eso es maravilloso. Una vida sin estrés y sin ansiedad es lo ideal para ti. -¿La tuya como seria?-pregunto mientas pongo mi cabeza sobre mi palma izquierda en espera de su respuesta. -Estoy en una asociación de psicólogos del estado y espero llegar a ser uno de los miembros más reconocidos, me he esforzado mucho para seguir ese sueño. Pero creo que mi vida perfecta sería formar una familia, no me quejo de mi trabajo tengo hasta doctorado, pero creí que pronto formaría mi propia familia. -No quiero ser imprudente, pero eso significa que estuvo a punto de casarse. Descuide no tocaremos ese tema, no quiero incomodarlo. -Descuide señorita Marshall. -¿Le gusta leer? -Si. Me encanta leer. -Sus libros de psicología me imagino. -No sólo esos, puedo leer cualquier libro mientras la trama sea interesante. -Pensé que sólo se la pasaba leyendo sobre psicología, no se porqué me lo imagine leyendo un libro y tomando café. -Me imaginó muy bien. Veo que ya no usas el sarcasmo conmigo. -Quiere que vuelva a ser sarcástica con usted. -No en realidad. Eso significa que tenemos un buen avance. Estoy muy orgulloso de ti. -Yi también me siento orgullosa de mi.
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