Mientras iba envuelta en mis pensamientos, Mary me condujo al jardín que se encontraba en la zona de Zayn Abramovich. Lugar que destacaba por lo encantador y relajante que se percibía, pudiéndose apreciar todo lo que habían implementado colocar allí, especialmente esa caída de agua que armonizaba perfectamente a parte del lago artificial que habían recreado. Como si la señora Rose hubiese querido crear para su hijo una magnifica naturaleza, misma que podría ayudarlo a recobrar esa vitalidad que se encontraba ausente en él.
—¿Observa todo esto, señorita Walsh? —preguntaba la domestica
—Sí, es maravillosa toda esta obra que hicieron aquí
—Tiene razón y no se imagina los diseñadores y distintos jardineros que la señora Rose contrato para que trabajaran aquí. Ellos lograron construir este ecosistema que a todos nos ha fascinado. Con el propósito de que su hijo sienta un poco de normalidad en su vida.
El haber mencionado la palabra normal trajo a mi mente las lecturas que vi en la habitación, mismas de las que quise indagar sin dar detalles específicos, solo tocar algunos puntos de los temas que vi allí, aunque no sabía cómo hacerlo, de igual manera procuraría intentarlo para saber qué respuesta podría obtener.
—Mary, disculpa lo que preguntare, pero ¿el señorito Abramovich tiene alguna conducta extraña aparte de las que ya posee por sus enfermedades que tú sepas? —al inquirir sobre esto me miraba con extrañeza
—¿Lo dice por lo obscura que se encuentra la habitación y porque se mantiene confinado allí?
—Sí… lo digo por eso —tuve que mentir ya que no quería ser más específica sobre lo que quería saber, sin embargo, eso que mencionaba también me llamaba la atención, por ello pedí que me explicara los motivos
—El señorito ha pasado tanto tiempo encerrado y consternado por sus enfermedades que la obscuridad se volvió su compañera asi como lo es también su habitación, de la cual hace mucho tiempo no abandona, por ello su conducta es un poco fuera de lo normal
—Entiendo, siendo asi debe de alimentarse en su habitación ¿no?
—Sí, allí lo hace y no sabes lo que eso entristece a su madre, la cual ya no sabe qué hacer, lleva años que no comparte una comida con su hijo. Aunque el muy poco come realmente, la mayoría de las veces esta sin apetito, según lo que nos dice la señora su ánimo para vivir esta tan decaído que hasta el apetito lo está perdiendo drásticamente
—Pobre, quisiera poder ayudarlo
—Ojala pueda hacerlo y pensé que preguntaría otra cosa, señorita Walsh
—¿Porque lo dices Mary?
—La ultima enfermera que lo atendió, la cual note que le atraía mucho el señorito Abramovich, menciono que parecía un vampiro por sus conductas, aunque nunca detallo específicamente a que se refería.
Ante eso que decía recordé el libro que trataba sobre los métodos de punción para extraer sangre, por ello pensé que quizás lo diría por eso, no obstante, sabía que no podía comentarlo asi que solo sonreí para disimular un poco y de esa manera poder seguir el hilo de la conversación.
—Mary, pero como dijo eso, los vampiros no existen
—Exactamente, también se lo dije, especialmente porque lo he visto desde que su madre lo trajo al mundo
—¿Llevas mucho tiempo con esta familia?
—Sí, mucho tiempo y quizás lo comparen por sus actitudes con el confinamiento, comportamiento que tiene por su miedo a los exteriores y el gusto que le tiene a la obscuridad, por eso pensé que también me preguntarías si él es un vampiro
—No, para nada, Mary
—Señorita Walsh debo volver a dejarla, pero antes de hacerlo voy a indicarle que estará hasta las dos de la tarde, ya que la señora Rose estará al pendiente de su hijo el resto del día
—Entiendo, gracias por avisarme no lo sabía. Otra cosa que le quería decir, es que me puede llamar solo por mi nombre, de ese modo no se escuchara tan formal como lo hace ahora
—De acuerdo Evannia, asi será —dicho esto se marchó nuevamente.
Tras haberse retirado preferí quedarme un rato allí, en ello me percataba que mi dedo aun sangraba, por ello dispuse colocarme una bandita para que el sangrado se detuviera.
A menudo suelo cortarme o pincharme con las agujas, debido a ese tipo de torpezas algunos de mis dedos estaban lastimados.
Estando allí me olvide del tiempo, la novela romántica que leía me tenía atrapada, diría que me gustaba mucho, asi como también me ayudaba a despejarme de esta odiosa carrera universitaria que me ha tocado estudiar.
Terminado de leer el capítulo que me correspondía vi la hora, comprobando de esa manera que eran las doce en punto, motivo que me hizo levantar rápidamente de la banca donde estaba sentada y volviera de nuevo a la habitación del joven Abramovich, sin embargo antes de adentrarme me topé nuevamente con Mary, quien traía una bandeja de comida en las manos.
—¡Evannia, espera! por favor entrégale esto al señorito, es su hora de almuerzo. Espero que contigo si pueda comer —refería a la vez que me entregaba la bandeja cuidadosamente
—¿Estas segura, Mary? ¿Crees que es correcto que yo se la entregue? no le caigo bien
—¡Vamos, ten fe en ti, inténtalo!—pronuncio sin saber que ese impulso nunca lo he tenido en mi ser, jamás he sido una chica segura de mi ni valiente para hacer nada
—De acuerdo, haré lo que pueda, Mary
Teniendo la bandeja en mis manos de nuevo se retiró, seguidamente me adentre en esa obscura habitación que solo tenía esa lámpara encendida, la cual a pesar de no alumbrar por completo me ayudaba para poder visualizar los pasos que daría por donde caminaba, de esa manera poder distinguir cada cosa que había allí sin sufrir tropiezos o caídas. Acto seguido deje la comida en lo que era el comedor que albergaba el lugar, mismo que no había notado anteriormente, en ello también apreciaba que nuevamente no se encontraba en la habitación.
—¿Dónde podrá estar?—me dije.
Cuestionándome sobre esa pregunta divise tres puertas, mismas que me generaron curiosidad por saber hacia dónde conducirían. Por ello sin pensarlo me aproxime a una de ellas, justo esa que fue la que el uso la primera vez que vine, por la cual dispuso a retirarse.
Dejándome llevar por saber hacia dónde dirigía gire la manija, comprobando con esto que estaba abierta. Al ceder por completo di algunos pasos hacia el interior, detallando los escalones que al parecer conducían a otro sitio que no pude llegar a visualizar, ya que al empezar a bajar sentí como alguien me tomo del brazo para sacarme de allí. Seguido de ese brusco acto en el que me veía envuelta gire rápidamente, de esta manera me percataba que se trataba de Zayn. Ante esta situación sentía que casi desfallecía por la fuerte impresión que tenía en esos momentos, posteriormente decidió soltarme para cerrar la puerta bajo llave. Tras haberse encargado de ello me miraba de una forma en la que demostraba que esta vez lucia enojado
—¿Quién le dio permiso de revisar mi habitación?—me hablaba por primera vez y al hacerlo su tono de voz me dejaba encantada, era dulce y a la vez muy varonil, de tal forma que produjo esa sensación de nerviosismo en mí a su vez que ese extraño sentir en el que entorpecía mi entendimiento, trayendo con esto que no pudiera pensar con claridad.
Debido a que permanecía en silencio absteniéndome de responder dado que estaba avergonzada por lo que hice, seguido de eso percibí como rápidamente se acercaba a mí, de tal forma en la que mi espacio personal no fuese respetado por él. ´
—¿Acaso no escucha lo que digo?
—Lo... siento señor Abramovich, me disculpo, no fue mi intención—al mismo tiempo que daba mi respuesta notaba como él fijaba su atención en la herida que tenía en el dedo, de esa manera yo podía centrarme en su rostro, observando con esto que de su nariz escurría un ligero sangrado.
En vista de eso me aleje de él, procurando ubicar mi bolso para dar uso al botiquín que siempre llevo conmigo. De este saque una mota de algodón para limpiar su nariz, asimismo poder evaluarlo ya que al ser un paciente celiaco esto era un síntoma que algunas veces suelen tener.
Intente acercarme y pedirle que me dejara limpiar su sangrado, pero en respuesta de eso solo se negó, posteriormente arrebato el algodón de mi mano para procurar hacerlo el.
—Señor Abramovich, debo evaluarlo y para eso necesito tener contacto con usted
—No permito que se acerquen a menos que lo indique, de lo contrario solo yo lo hago si lo deseo—pronunciaba esas palabras de una forma arrogante como si quisiera tener el dominio de las personas
—Ya veo y disculpe si le...— sin dejarme terminar de hablar tomo mi mano y la aproximo a él, seleccionando el dedo que estaba herido para seguido de eso retirar la banda que había colocado, percatándome con esto que lo hizo para introducirlo en su boca, sintiendo de esa forma como lo succionaba ligeramente.
Estaba impresionada de observar lo que hacía, su comportamiento era enteramente extraño.
En medio de ese acción que ejecutaba se apreciaba como si se deleitara al probar de mi sangre, acto que sin explicación alguna a mí también me agradaba, logrando sentir en ese instante como mi piel se erizaba, reacción que nunca me había ocurrido antes.
Al parar de succionar mi dedo tomo asiento en una silla del comedor para disponerse a comer los alimentos que había traído, sorprendiéndome una vez más ya que según lo que Mary había dicho el muy poco se alimenta y al ver que lo hacía me contentaba por haber podido lograr eso. Mientras se alimentaba, por mi parte seguía estando de pie sujetando mi dedo. De pronto el escuchar las desconcertantes palabras que profería produjo que me aproximara hasta donde estaba.
—Ahora es cuando le toca huir de aquí y pensar que soy un vampiro como el resto—hablaba sin ni siquiera dignarse en mirarme
—Señor Abramovich ¿por esta razón es que huyen todas sus enfermeras?
—Digamos que es una ¿usted también lo hará?—esta vez me miraba de esa manera intensa que suele verme, logrando con esto que me sintiera vulnerable
—¡No lo haré señor Abramovich y por favor le pido que permita que pueda hacer mi trabajo como se debe!— trataba de ser valiente con las palabras que usaba, sabía que el sería un paciente difícil y por ello debía actuar de esa forma.
Sin decir más dejo los cubiertos en la mesa, se levantó y volvió a aproximarse a mí de esa forma en la que no tenía un límite para hacerlo.
—Ya le dije que yo permito quien puede acercarse a mí y usted aún no se ha ganado ese privilegio asi que no se tome atribuciones que no tiene. Acepto que este aquí como un pedido de mi madre, pero no es porque me agrade. Termine de hacer su trabajo para que se retire—se dirigió a tomar asiento en el sillón y estando allí subió la manga del suéter que portaba.
Administre el tratamiento como anteriormente, pero esta vez sin hacerme daño, al haber terminado mi labor el volvió a su comida.
Por mi parte aliste mis implementos en el bolso y antes de retirarme quise despedirme, pero de nuevo me esquivo la mirada y no dijo nada, en vista de ello no me quedo de otra que seguir hasta la puerta. Antes de llegar a esta sentí que me tomaba del brazo atrayéndome a él, comportamiento que me extraño e hizo que girara la cabeza. Al haber fijado mi atención en lo que sucedía, sentí como repentinamente mi corazón latió muy fuerte, de tal manera que creía que podía estallar. Él había posado repentinamente sus labios sobre los míos, besándome como nunca lo habían hecho en mi vida, con su mano en mi brazo y la otra sujetándome a través de la cintura percibía su cuerpo junto al mío, hecho que me confundía y a la vez me encantaba, no sabía cómo describirlo ya que todo en mi mente era confuso.
Debido a que no sabía cómo besarlo siendo la primera vez que experimentaba eso, el me guiaba de una manera que lograba hacerlo, de tal forma que parecía que lo hubiese hecho antes.
Después de separar sus labios de los míos pregunto precipitadamente si era pura, confundiéndome aún más con esa pregunta, una que desconocía el motivo de porque la hacía.
—Disculpe señor Abramovich, no entiendo su pregunta así como lo que acaba de hacer
—Solo responda —replicaba, interfiriendo en mi camino como si no quisiera que me marchara.
No sabía que responderle así que solo trate de salir de allí, de nuevo su presencia no me permitía pensar con claridad, sobre todo después de lo que había hecho. No obstante, a pesar de mis intentos el seguía impidiendo que saliera.
—¿Qué ocurre? ¿Tiene miedo de mí? ¿Ahora si huirá?—hablaba como si estuviera poniendo pruebas para que abandonara la labor que tenía como enfermera
—No lo haré...—insistí en lo mismo, estando temerosa y algo agitada tras ese desenfrenado beso que planto en mí.
Habiendo escuchado mi respuesta me contemplo por unos segundos, luego de ello se apartó dejando que me marchara, antes de salir por la puerta escuche eso último que pronunciaba con tanta certeza.
—Su silencio respondió a mi pregunta, señorita Walsh.
Tras escuchar lo que había dicho quede inerte en la puerta por unos segundos, al girarme comprobaba que ya no estaba.
Después de ese extraño momento en el que me vi expuesta permití que el chófer me dejara en el departamento, estando afuera de este tome asiento en las escaleras, pensaba sobre lo que había sucedido.
Lo que hizo con mi dedo me había agradado, de tal manera que sabía lo que el ahora representaba para mí.
Zayn Abramovich a partir de ese momento en el que no solo trascendió los límites de mi espacio y había permitido esa primera experiencia, no solo estaría en mi mente, también lo haría en mi sangre ya que con lo que hizo al succionarla comprendía que había dejado su huella en ella, asi como hizo con todo mi ser desde que lo conocí, produciendo en mi tal interés por el que huir de su lado era una acción completamente inútil al pensarlo, incluso aunque me insistiera en que lo hiciera algo en mi me hacía negarme a acatar.
Sin importarme si no me trataba bien de alguna manera quería seguir allí, además hoy había notado que mi cercanía no le desagradaba del todo porque de ser asi no hubiese besado mis labios de la manera en que lo hizo; comportamiento que me dejaba muy confundida, no entendía cómo era posible de que si me trata de esa forma arrogante decidió inesperadamente propiciar ese tipo de contacto.
Pensando en ello mientras tocaba mis labios solo me preguntaba si volvería a suceder, ya que lo que me hizo sentir fue único e indescriptible que no me negaría si se repitiera.
Era como si él fuese una sustancia adictiva y peligrosa que quisiera seguir probando sin importarme las consecuencias que me generaría.
No sabía hasta qué punto podría llegar por él, pero estos sentimientos y sensaciones que me hace sentir, asi como la forma en como domina mi mente me agradan de una forma insuperable.
Nunca pensé que podría sentir todo esto que ni siquiera por Brandon había tenido, quien a pesar de que me atrae no deja esta sensación de descontrol y necesidad en mí, esa que hoy sentí cuando Zayn se apodero de mis labios, dejando más claro mis sentimientos por él.
A pesar de estas sensaciones que había dejo en mí, comprendía que debía saber que significaban para él, al igual que esa pregunta que había hecho...