—El paciente está estable, las siguientes veinticuatro horas son cruciales para su vida, no podemos hacer mas
—¡Es lo único que dirás doctorcito! Deberías decir que esta fuera de peligro
—No empieces Caesar, estamos cansados es mejor dormir un poco
—¡Cómo puedes pensar en dormir Mathias! ¡Darren está postrado en esa cama y tú quieres dormir!
—Si necesita calmantes para la bestia de su amigo, puedo proporcionarle algunos, así se le baja lo salvaje
— ¿Quieres calmarme doctorcito? Te invito que te atrevas a hacerlo
—Cálmense los dos, estamos en el hospital aún. Tenga doctor esto es para que pueda cambiarse y sentirse más cómodo, mañana le daré un lugar donde vivir hasta que esto se acabe y usted pueda regresar, como dijo Caesar es mejor que ponga al tanto a su familia y envié su baja al hospital
—En primera no me llamo “doctorcito” mi nombre es Xiao Zhen, en segunda no tengo familia a quien avisarle y en tercera si debo enviar mi reporte al hospital ya que estoy bajo contrato si lo incumplo debo pagar la penalización ¿Entienden?
—Calma doctor ¿? ¿Cuál es su nombre?
—Zhen es mi nombre Xiao mi apellido
—Lo siento doctor Zhen, sé que le hemos ocasionados demasiados problemas, pero estoy tratando de resolver los problemas más importantes, por la penalización no se preocupe Caesar la pagara, por lo demás yo lo arreglo, como su licencia y su estadía en este país, sus documentos estarán en regla en unos días
—¿Por qué yo Mathias? No es justo
—No estuviéramos en este dilema si hubieras llevado al doctor de Darren y no hubieras elegido a uno al azar, este problema lo creaste tú y lo vas a hacer y pagaras la penalización y asunto terminado el doctor Zhen es una víctima de nuestros problemas
—Sí, sí muy víctima y sale muy favorecido, voy a ver a Darren y me iré, debo ver a mi hermana y la princesa, además atender la bodega y seguir con el “trabajo” que aún no está terminado
—Al fin estás pensando en todo lo que falta Caesar, doctor haga lo que le digo y estará a salvo de lo contrario no podre asegurarle nada
—No puedo entenderlo del todo, sin embargo, haré lo que me dice porque no tengo de otra, señor Mathias de ahora en adelante solo deseo tratar con usted sobre el estado del señor Ferrara, los trogloditas no entienden mi idioma, permiso, me retiro
—Medicucho de &66%66% ¿Cómo te atreves?
—Tú te lo buscaste Caesar, es mejor irnos aun debemos encargarnos de mucho y no tenemos tiempo, debemos encontrar a esa mujer y ponerla en bandeja de plata para Darren
—El mal humor lo tenía atascado, tal como la frustración que el “doctorcito me hacía sentir, de verdad quería matarlo, por el momento lo necesitamos, luego veré que hacer con el
—La tensión s****l entre ustedes es grande, mejor me quito para que pase de largo o me llevara por delante ¿Entiendes Caesar?
—¿Cuál tensión s****l? Quiero matar a ese medico de cuarta y hacerlo pedacitos para que nadie pueda reconocerlo o mejor dárselo de comer a los perros y así lo desapareceré por completo de la faz de la tierra. Camine furico donde estaba Darren por obvias razones no podemos entrar, ver postrado a mi amigo en esa cama me hacía sentir impotente e inútil
—Debemos irnos Caesar, nada podemos hacer aquí, es mejor terminar la parte que nos corresponde y esperar a que Darren se recupere y poder seguir con lo que pensábamos hacer, eso es lo que Darren hubiera hecho eso por nosotros
—No entiendo muy bien su lógica, pero tratare de seguirla, vámonos las chicas deben estar preocupadas
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—¡Esta es la maldita hora que ellos no llaman a decir nada!
—Señorita Zimmerman, le tengo noticias
—Espero que sean buenas, dije apretando mis sienes, la situación me sobrepasaba
—El señor Zimmerman ya está en Barcelona y trajo a su hermano con el ¿Desea que averigua a donde lo envió?
— Por supuesto el mal nacido de Ca…….
—¿Porque me maldices tan temprano? no me has visto en días y sigues tirándome maldiciones ¡No puedes ser más amigable con tu hermano!
—¡Maldito loco! Como puede ser posible que me tengas con esta angustia, desde que se fueron no enviaron ninguna noticia, me estaba muriendo de miedo ¿Lo sabes verdad? ¿Aun soy tu hermana Caesar?
—Tranquila señorita Virginia, no se altere o a usted le hará daño
—Tu eres otro igual a él. No pudiste decir en un mensaje por lo menos ¡Estoy vivo! ¡No se preocupen! Pero tu si me las pagaras, Arrastre a Mathias a mi recamara y de ahí no saldrá hasta que yo lo ordene
—Le preparo algo señor Zimmerman
—No, solo necesito descansar, por cierto ¿Cómo ha estado Dalia?
—La señorita Ferrara ha estado muy bien, su hermana no se ha despegado ni un momento de ella
—Eso es bueno, por favor que nadie me moleste, para almorzar me llaman, quiero comer con Dalia
—Se lo hare saber señor
—Gracias. Subí a mi habitación, me tiré en la cama sin bañarme, estos días interminables pasaron factura en mi cuerpo, mis ojos se cerraron sin darme cuenta
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—¡Virginia por favor, déjame tocarte! Estoy volviéndome loco
—Tenia a Mathias encadenado a la cama, con anillo vibrador en su pene, con los ojos vendados, mientras lo acariciaba y besaba descaradamente sin dejar que el me tocara o yo hiciera más que “acariciarlo” No lo haré, este es tu castigo Mathias
—No hice nada malo ¿Por qué me castigas? Además, es un simple juego, tú lo dijiste, no veo porque tengo que avisarte donde y con quien voy
—Es verdad yo lo dije, pero ya no lo eres y me tenías muy preocupadas al igual que el insensible de Caesar, tu pagaras por los dos. Metí su m*****o en mi boca saboreando los líquidos que salían de su pene, succionando y lamiendo, tenía a Mathias como lo quería, desesperado y padeciendo por mi
—¡P…Por fa…favor! suéltame, quiero tocarte. Rogué por algo que podría hacer si yo quisiera, no quería asustarla, lastimosamente ya no estoy en mis cabales con la mamada triunfal que esta mujer me está haciendo, arranque las cuerdas que sujetaban mis brazos, la tome por el cabello arrestándole a mi regazo, la senté sin ninguna delicadeza hundiéndome en ella sin prepararla
—¡Mathias! El que se hundiera en mi sin compasión me elevo al cielo, en definitiva, este hombre me lleva a la gloria
—Querías saber si soy tan dulce como me veo o tan tímido como estas acostumbrada, lo siento nena, no soy ninguna cosa de esas, las otras veces que tuvimos sexo fui muy……. Tranquilo, esta vez sobrepasaste mi limite y no me contendré.
—¡Mathias! Su nombre era lo único que podía repetir, las embestidas eran tan fuertes que me dejaban sin aliento, sentí mis brazos doler, no supe en que momento los amarro, mi cintura dolía sin piedad, tenía enterrado sus manos en mis muslos haciendo un vaivén frenético
—¿Eso querías verdad? Volverme loco, lo conseguiste y hoy no dejare que hagas lo que te da la gana
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—Desperté algo perdido, mi garganta dolía, la sentía seca y ardía, traté de mover mis brazos sin éxito, mi cuerpo pesaba y mis ojos no se abrían, escuchaba voces a mi alrededor sin que ellos se dieran cuenta del esfuerzo que trataba de hacer para tomar algo de agua
—Doctor, al parecer el paciente se está moviendo, la maquina está registrando leves cambios
—Me acerqué y vi su pecho agitado tratando de moverse. Mojen sus labios con un algodón, está tratando de despertar, la abstinencia hace que su cuerpo este pesado, recomiendo que amarren sus extremidades antes que recupere su verdadera fuerza
—No veo ningún cambio “doctor” puede que sea la máquina que está fallando o alguien la toco involuntariamente
—Si usted lo dice “doctor” hagan lo que él dice
—El hecho que usted este cuestionando mis palabras me incomodan “doctor Segal” puede revisarlo usted mismo, no tengo inconveniente, por cierto, pueden confundirse con mi nombre o apariencia, pero soy “doctora” La doctora Xiao Zhen
—¿Qué?