Una a una, las promesas que le hiciera Danielle en su momento, comenzaron a invadir la mente de Mia de golpe. Recordó sus palabras tiernas, sus carisias, sus besos, y su amor; no podía dar crédito a lo que estaba ocurriendo: su Danielle, el gran y primer amor de su vida, no podía hacerle algo tan horrible como eso. Pero si no era así, entonces ¿Dónde estaba? Ya habían pasado días desde la última vez que la viera, por lo que conociéndola como la conocía en todos esos meses de convivencia, estaba segura de que si se le hubiera presentado algo, Danielle habría hecho hasta lo imposible por hacérselo saber, pero simplemente no estaba, se había esfumado y no sabía nada de ella. La única información con la que contaba era lo que le había dicho Allen, y nuevamente sintió una punzada de dolor y rab