Tras observar que aun continuaban en mutismo sin decir un solo vocablo, pues seguían sorprendidos ante el imprevisto acto de desafío de la chica, Mia decidió fructificar las fuerzas que había adquirido del interior de su alma para hacerse escuchar de una buena vez. -Les dije que no quería casarme, pero no quisieron escuchar, en su lugar siguen planificando mi vida como si yo no tuviera importancia alguna. Están hablando de mi futuro, mi felicidad, y yo soy quien debe de elegirla, no ustedes. Se que son mi familia y los quiero mucho, pero no por eso voy a permitir que decidan por mí, lo siento. Después de unos breves segundos más de silencio, posteriormente la abuela fue la primera en recuperar el aliento. -Que egoísta eres Mia, jamás lo hubiera imaginado de ti. - indignada por su desafi