Princesa De La Seducción

3. Ahora verás las consecuencias de tus acciones.

— ¿Qué hiciste, eh? — Intento ignorar la voz que me viene siguiendo desde hace unos minutos — ¿Cómo lograste que mamá te dejara todo? Aprovechaste sus días de agonía para engañarla, ¿cierto? No me sorprendería, eres igual a tu padre.

Escuchar la mención de mi padre hace que me hierva la sangre y me detengo de golpe logrando que el cuerpo de mi tía casi choque con el mío. Me giro hacia ella y con la mirada más fría que tengo le digo:

— Que usted haya sido una mala hija no quiere decir que mi padre haya sido como usted o que yo lo haya sido. — Mi voz amenaza con quebrarse, pero hago todo lo posible para mantenerme firme — No le debo ninguna explicación a usted, ni a nadie. Déjeme vivir mi luto en paz, por favor.

— ¿Luto? ¿Cuál luto? No finjas, niña... Sé que engañaste a mamá con tu actuación barata de niña buena, pero a nosotros no nos engañas...

— Tía... ¿Puedo siquiera llamarte así? — Pregunto realmente cansada. Mi cabeza me está matando y siento que mis ojos estallarán en sangre — Realmente no quiero hacer esto. Yo no quería esto, si pudiera darlo todo para poder volver a ver a mi abuela... sin duda alguna lo haría. Por favor, déjenme en paz...

— Saori... — Mamá impide que mi tía siga molestándome y se pone a mi lado con una mirada fría — Es hora de irnos.

Suspiro y asiento. Realmente quiero ir a casa y descansar, toda esta situación me está volviendo loca.

Porque sí, mi abuela había logrado su cometido. A pesar de que muchas veces esquivé el tema, por más que me alejé de cualquier situación que lo envolviera, mi difunta abuela había dejado su última voluntad.

Y me dejó todo a mí, absolutamente todo.

Estoy por girarme y seguir a mi mamá para finalmente irnos a casa cuando la voz de mi tía llena mis oídos de nuevo:

— Esto no se quedará así, Saori. — Su voz suena tan fría que no puedo evitar temblar ante sus palabras — Te arrepentirás de haber manipulado a mi madre.

Después de esas palabras ella simplemente se gira y se aleja de nosotras. El repiqueteo de sus tacones es lo único que se puede escuchar, pero que seguramente me va a perseguir durante mucho tiempo.

— Saori... — La mano cálida de mamá me hace pegar un brinco — Cariño, tranquilla. Ellos no te harán nada, no es tu culpa, tu abuela...

— Yo no quiero esto, mamá. — Murmuro — ¿Qué rayos voy a hacer con tanto dinero? No quiero problemas con nadie y es obvio que mis tíos no se quedarán tranquilos con la decisión de mi abuela.

— Lo quieran o no, la decisión está tomada. No pueden hacer mucho, así que tranquila... — Ella deja de hablar cuando ve mis ojos inundados de lágrimas — Cariño, mejor vayamos a casa. Mañana será un mejor día, lo mejor será no pensar mucho en esto e ir poco a poco, ¿sí?

Sé que mamá tiene razón. No debería pensar mucho en todo esto y simplemente dejarlo estar. Si mi abuela me dejó toda su herencia, entonces debo aceptarlo, pero... la cuestión es que yo no quiero nada de esto. No quiero su dinero y mucho menos problemas y si hay algo que trae el dinero consigo son problemas.

Aun con los pensamientos revueltos, dejo que mamá me abrace y luego tomo su mano para poder irnos a casa. Quizás dormir será lo mejor para mí.

[…]

— ¿Entonces ahora eres millonaria? — Jasper intenta bromear conmigo y me regala una pequeña sonrisa.

Ha pasado una semana desde la lectura del testamento y a pesar de mi estado emocional tan deplorable, no puedo evitar sentirme mal por haber dejado a mi novio en el olvido. Durante estos días él intentaba hablar conmigo de cualquier modo, llamaba, escribía, iba a casa, pero mi respuesta siempre había sido la misma. Ignorarlo.

Aún no me siento bien, no quiero ver, ni hablar con nadie, pero Jasper no tiene la culpa de lo que me está pasando, así que lo menos que puedo hacer es ser una buena novia.

— No tienes idea de cuánto me afecta todo esto, Jasper.

— ¿Por qué debería afectarte? — Pregunta mi novio con incredulidad — Ese dinero te lo dio tu abuela, no lo robaste, ni mucho menos estafaste a alguien. Esto, a pesar de todo lo que está pasando, puede ser beneficioso para ti y tu mamá.

— No entiendes, no es solo el dinero. — Digo cerrando los ojos intentando no pensar en los últimos acontecimientos — Mi familia ha estado presionando mucho. Ellos piensan que mamá y yo de alguna manera presionamos a la abuela para que nos dejara todo y han hecho hasta lo imposible para llegar a nosotras... Quieren llegar a una especie de acuerdo, que les dé parte de la herencia y finalicemos todo este conflicto.

No sé si debería seguir hablando de esto con Jasper. Mis tíos me dijeron que no conversara de esto con nadie, pero él es de confianza y realmente necesito desahogarme con alguien ya que estoy a punto de volverme loca.

— ¿Y qué pasa si no aceptas? — Pregunta con el ceño fruncido — Debe haber otra condición porque tú no tienes por qué dar algo que es tuyo.

— Esa es la parte que me tiene así. — Confieso después de soltar un largo suspiro — Desde el día que fue leído el testamento, esas palabras me han perseguido segundo tras segundo y realmente no sé qué pensar... Dijeron que me arrepentiría de haber manipulado a mi abuela... Cada una de esas conversaciones terminaron con un >.

Por más que quisiera creer que esas palabras son simples amenazas que no llegarán a ninguna parte, algo dentro de mí se petrificaba cada vez que recordaba la frialdad con la que me decían cada una de esas palabras. Así que no debía ser tan ingenua y tener precauciones.

— Saori... No creo que... Escucha, sé que estás asustada, pero no creo que vayan a hacerte algo malo. Solo están jugando con tus emociones, quieren que hagas lo que ellos quieran y no puedes dejarte. — Me dice con seguridad mientras toma mi mano por encima de la mesa — Si tu abuela te dejó todo a ti seguramente tenía una muy buena razón, hay algo en la mirada de tus tíos que realmente no me gusta, no caigas en su juego.

— ¿Estás seguro? — Pregunto increíblemente asustada y él asiente dándome una enorme sonrisa reconfortante que hace que sus ojos se pongan increíblemente pequeños.

— Todo va a estar bien, pequeña Saori.

Por primera vez en mucho tiempo me permito sonreír y es que Jasper Shaw realmente tiene el don de hacerme sentir segura y reconfortada. En muchas ocasiones él fue el único capaz de hacer que dejara de llorar y simplemente nos quedábamos en silencio uno al lado del otro. Sí, él es mi lugar seguro y no quiero salir de ahí nunca.

Mientras me distraigo un poco escuchando sus historias tontas, mi teléfono comienza a sonar y al ver el número en él, mi pequeña sonrisa desaparece y dudo en responder. Jasper se da cuenta de ello y mira por encima de mi teléfono, lo toma y lo coloca en mi mano.

— Responde.

— ¿Qué? — Me quedo sin aire en cuestión de segundos.

— Responde y recuerda, no les tengas miedo.

Asiento no muy convencida y tomo aire para luego responderle a mi tía.

— ¿Hola?

— ¿Pensaste lo de la otra vez? — Responde yendo directo al punto — ¿Vas a firmar el acuerdo?

— Yo... — Miro a mi novio y él simplemente me regala una sonrisa — Lo he pensado, tía y... no pienso firmar ningún acuerdo.

— ¡¿Qué?! — Exclama con fuerza — Sí sabes que esta decisión es errónea, ¿verdad, Saori? Te estoy dando una última oportunidad para cambiar de parecer.

— Estoy segura de mi decisión, tía. No voy a firmar nada porque si mi abuela hubiese querido que todo su trabajo quedase en sus manos simplemente se las hubiese dejado, pero no fue así. — Me detengo y tomo algo de aire porque no puedo creer que estas palabras estén saliendo de mi boca — No estoy en la obligación de firmar nada, ni mucho menos de darles algo. Así que déjenme en paz de una vez.

Cuelgo de golpe y con el corazón acelerado y las manos sudando, miro a mi novio quien me aplaude efusivamente.

— ¡Así se hace, Saori! — Sonríe y automáticamente me hace sonreír — Esta es la Saori Pierce que quiero ver.

— Estoy que me muero de los nervios, no puedo creer que yo... — Mi teléfono comienza a sonar de nuevo, pero esta vez es de un número desconocido — Espera un momento, responderé esta llamada... ¿Hola?

— No debiste decir lo que dijiste, niña tonta... Ahora verás las consecuencias de tus acciones.