Capitulo 3 Planes frustrados.

1904 Words
Lautaro. Hoy me quedaría a dormir en casa de mí tío Brandon, quién es hermano de mí padre, quizás vaya Kevin, mí mejor amigo también, puesto que se lo había mencionado, mí tío parecía que seguía siendo un adolescente más, me divertía mucho con él, bueno con él y con mí tía Micaela esposa de Brandon quién es tía de Kevin, hermana de su mamá. Es muy gracioso verlos, aunque estaban juntos parecía que se odiaban, puesto que viven discutiendo, pero la verdad era que no podían vivir el uno sin el otro, no después de que mí tía haya pasado por esa enfermedad y por todos esos tratamientos para quedar embarazada sin lograrlo aún. —Cómo está mí pequeño —me abraza Micaela ni bien llego, y cuando se separa unos centímetros, me toma de las mejillas y las apretó como si tuviera tres años, si bien me conoce desde antes que se casara con mí tío, ya crecí, tengo dieciocho, pero la dejo, sé que demuestra así su cariño. Tomo con suavidad sus muñecas con mis manos para despegarlas de mí. —Dejá de hacerle eso. No ves que ya es un hombre —la reprende Brandon, mí tío, pude ver cómo rodaba los ojos y me soltaba. —Para mí siempre va hacer mí niño —me da un beso en la mejilla tiernamente —. Te extrañé —dijo triste y me dió ternura, Micaela no era muy cariñosa, solo lo hacía con Brandon, sus sobrinos y sus amigas. —Yo también tía. —Porque no me visitas más seguido como lo hace tu hermana —me reprende. —Ya déjalo, si le reclamas menos va querer visitarnos —ella rueda los ojos nuevamente y continúa hablando. —Ya te preparé tu cuarto —articuló tomando mí mochila para ayudarme, pero no la dejo. —No —sentencié, se la quito de las manos. —Qué bueno que pudiste venir campeón —dijo mí tío abrazándome, caminando justo con él entrando a la casa. —Preparé lo que te gusta —Micaela era una excelente chef, y una chocotorta era lo que quería, no sé porque a ella le salía tan deliciosa. —A mí nunca me haces nada —reclama Brandon. —No voy a hablarte todavía estás en capilla —lo reprende mí tía, ella nos deja en la sala caminando a la cocina. —Por favor —lloriqueo mí tío yendo atrás de ella, cosa que me pareció muy gracioso —, ya te pedí perdón amor. —No basta con un simple perdón Brandon —eleva la voz desde la cocina. Sí, definitivamente era muy gracioso, mí tío medía un metro ochenta y cinco, hacía ejercicio y se le notaba, mientras Mica creo que no pasaba el metro cincuenta y cinco, y lo dominaba como quería. Dejé mí mochila en el sillón, después la llevaría a mí cuarto, y caminé hasta la cocina. Me sorprendió ver a Milagros sentada en unos de los taburetes frente a la barra. —Hola —me sonrió, y sus ojos color miel se iluminaron. —Hey, cómo estás pequeña —sonreí al verla, y su sonrisa se apagó un poco —. ¿Kevin vino con vos? —pregunté mirando para todos lados, me parece extraño que ella esté y mí amigo no. —No, él tenía que preparar algo para el inicio de clases —mi amigo era delegado del curso, y al inicio del año escolar el director le pidió decir unas palabras para los nuevos y para los que iniciaran las clases este año. —Parece que hay problemas en el paraíso —susurro. —Así parece —ella se tapa la boca con una mano para no reírse viéndose tan tierna. Escuchamos unas voces procedentes del jardín trasero, y estiramos un poco nuestros cuellos para saber qué era lo que ocurría, allí estaban Brandon y Micaela discutiendo. —Hay cosas que nunca cambian —menciono levantando los hombros. —Lamentablemente no —declara sonriente. —¿Cómo te fue en las vacaciones? —pregunté para entablar conversación, este verano casi no nos vimos, cuando yo iba a su casa ella no estaba, o viseversa, o era Kevin quien visitaba mí casa, o Azul la suya, el verano que pasó había ido de vacaciones con mis amigos y yo solos por primera vez, fue muy divertido, más aún al no tener a nuestros padres controlandonos. —Todo bien, estuvo muy divertido, pero me urge que comiencen las clases —manifiesta. —Me alegro mucho por vos pequeña —en ese momento sonó mí móvil, y levanté la mano para que espere, Analía, mí novia, me estaba llamando, no pude evitar esbozar una sonrisa. —Hola amor —hice una sonrisa al escuchar su dulce voz, caminando hacia la sala. Milagros. . Rodé los ojos sin que me viera, esa estúpida regalada lo había llamado, no me malinterpreten, no la odio por ser su novia, bueno sí por eso también, pero la odio por ser una regalada, y lo más triste es que él no lo veía, o no lo quiere ver, estaba totalmente enamorado. La tipa era una zorrita, pero Lauty era tan bueno que no podía ver lo malo en la gente. Si solo supiera lo que siento por él, de todos modos me conformo estando cerca, y ser la amiga de su hermana o la hermana de su amigo, eso dolía, pero lo que me duele más era cuando me decía pequeña como recién, eso me hacía poner de un humor de perros y bajar a la realidad en cuestión de segundos. Me urgía que comiencen las clases, este verano casi no lo había visto y lo extrañaba, era una necesidad verlo, en vacaciones había ido a su casa infinidades de veces para verlo, pero siempre salía con esa arpía, que lo único que quiere es sacarle dinero, y él no se da cuenta, y cada vez que visitaba mí casa yo no estaba o lo veía poco porque se encerraban con mí hermano en su habitación. Sí, estoy enamorada del amigo de mí hermano, que me llevaba cuatro años, pero para él solo soy una niña, o pequeña como suele decirme, y me lo recordaba con frecuencia, además de tratarme como a su hermanita. Extraño su compañía, él suele llevarme y traerme de la escuela, a Lautaro, sus papás le habían regalado un auto. No, no eran pareja, resulta ser que cuando su mamá queda embarazada huye pensando que su padre biológico quién se llama Ethan, hermano de Brandon, la engañó, entonces Candela, mamá de Lautaro, comienza a salir con Gaspar quién adopta a Lauty como hijo, y cuando Ethan se entera reconoce a Lauty como su hijo y se casa con Candela. Ellos, Gaspar y Ethan le compraron el coche, entonces él me trae y me lleva, no solo a mí, también lo hace con su hermana, Azul, y mí hermano. Estoy tan locamente enamorada de él, que cuando solo me habla, juro que toco el cielo, cuando solo sus ojos se posan en mí siento que mí corazón sale de mí pecho, intentaba, juro que intentaba mantener la cordura, pero se me hace imposible, gracias a Dios era muy buena mintiendo y disimulando mis sentimientos. Hoy vine a visitar a mí tía Mica, solo porque sabía que él estaría aquí, me lo había dicho Azul, e hice todo lo que estaba en mis manos para que me dieran permiso, le rogué a mis padres, le rogué a mí hermano, aunque él obviamente no sabía que yo sabía que él iba a estar aquí. Mí hermano me mataría si llegase a saber que estoy enamorada de su mejor amigo. Aunque a veces presiento que lo sabe, un par de veces me pregunto directamente si me gustaba su amigo, y yo obviamente respondí con un rotundo no. Sigilosamente me levanto y me coloco en el marco de la puerta para escuchar su conversación, solo espero que no lo manipule y se tenga que ir. —No, Kevin no vino —habla Lauty —, solo está Milagros —por como se pone tenso, deduzco que no le agrado mucho a su novia que yo esté aquí —, vamos Analía, es la hermanita de mí amigo, ¿Que puede pasar? —violarte por ejemplo pienso, pero obviamente él no debe saberlo, y me alegra saber que esa bruja piense que soy competencia para ella, la bruja sigue hablando —. ¡Tiene catorce años! Escucho ruidos en el jardín y corro hasta mí asiento, cuando veo a mis tíos entrando comiéndose la boca, carraspeó, creo que se olvidaron de que estamos aquí. —Perdón —ella lo empuja y él casi cae, haciendo que me muerda los labios para no reírme —, Brandon tenía una basurita en el ojo y se la estaba quitando —muerdo más fuerte mis labios, soy virgen pero eso no quiere decir que no sepa lo que hacían —. ¿Y Lauty? —cierto, que estaba hablando con la bruja, le señaló con el dedo pulgar sin darme vuelta mis espaldas, ella camina sin llamarlo y se asoma para escuchar con quién habla. —No debes escuchar conversaciones ajenas —la reprende Brandon, él rueda los ojos. —Shshsh —le chista ella para seguir escuchando, se percata de quién es y rueda los ojos —. Tu hermano y Lauty tienen horribles gustos para las novias —manifiesta. —¿Son muy feas? —cuestiona Brandon no entendiendo su comentario. —No, solo son idiotas sin cerebros, igualitas a las que tú elegías antes de conocerme —ella se encoge de hombros mientras él se acerca y la toma por detrás. —Pero ellos como yo encontrarán a la mujer perfecta —besa su mejilla. —No puedo creer que sean tan ciegos, esas chicas no valen la pena —suspira sonora y continúa mí tía —, no se dan cuenta que lo que tienen de lindas lo tienen de tontas, bueno hay niñas lindas que no son tontas —me guiña un ojo, no sé qué me habrá querido decir, se detiene —. ¿Qué pasó cariño? —Lauty había entrado a la cocina pensativo. —Nada —dice nervioso —, solo me sucedió un imprevisto y tengo que irme —no puede ser, mis planes se frustran. Seguro que la maldita víbora le exigió que no se quedé aquí, Brandon asiente frunciendo también los labios pero Mica le da un codazo para que diga algo y no se vaya. —Lauty, venimos planeando esto hace bastante, queremos compartir tiempo contigo —un hilo de esperanza. —Lo siento tendrá que ser otro día —me mira apenado disimuladamente, y entiendo la indirecta, no puede quedarse porque estoy yo y ella no lo deja. Toma la mochila que había dejado en la sala, saluda y se va, no puede ser tan bueno, y esa maldita bruja no puede ser tan mala que no lo deje hacer nada, ni siquiera estar con su familia, pero es su culpa por no imponerse, no es su mamá para que le ordene que hacer, solo es su novia, no - via. Ahora ya no podré mirarlo todo el tiempo como planeé, solo me queda mirar su foto que tengo guardado en mí teléfono. ¡Maldita sea!.
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