El día de clases culminó hace veinte minutos, tiempo que tardamos en llegar al grotesco bar en el que Tori, la amiga secreta de Logan, nos citó con las documentaciones falsas ya listas.
El bar queda frente al cementerio Holy Sepulchre, y la intersección de las rutas principales que atraviesan la ciudad. El vecindario en sí es algo menos transitado, pero este lugar, en donde el olor a drogas sofoca y los gritos de los hombres y muchachos bastante alcoholizados aturden no dejando escuchar nada con claridad, le da un aspecto lúgubre al barrio.
—¿En serio lograste tener el pedido en unas horas? —Logan tiene los ojos abiertos de sorpresa, cubiertos de un brillo de reproche.
—Te dije que tenía el día libre —ella se reclina en la silla de madera que rechina por el esfuerzo al ella dejar su peso en las patas traseras para mecerse—. Que tú me hayas pedido en una semana complicada no es mi culpa. Ya trágate esa bronca, niño consentido.
—Gracias Tori —interrumpo antes de que Logan diga algo más—, aún no caemos en lo que está ocurriendo en este instaste.
—No hables por mí —sonríe extasiada Vanessa, sosteniendo su nuevo documento de identidad que es una copia terroríficamente exacta del original.
—Aun no comprendo cómo es que son tan idénticos —sigo comparando el de Tori con el mío, e incluso la foto es la misma, con el mismo pixelado.
—Es mi magia —ríe orgullosa, y Logan le tira con una papita frita uniéndose a las risas.
Esto es un paso demasiado grande, prácticamente surreal e ilógico, ya que nuestros padres obviamente llamarían a la policía y nos harían arrastrar de nuevo a nuestro infierno. La sonrisa se borra de mi rostro, y guardo el nuevo documento para no seguir viendo un nuevo fracaso. Si bien no perdemos dinero ya mismo, ya que Tori nos deja pagarle semanalmente por el trabajo realizado, es algo que no servirá. No en esta vida, al menos.
—Oye, Cora —mi amiga me da un codazo en mi costilla dolorida, y un jadeo de dolor se escapa de mis labios sin poder evitarlo. Ella reacciona que me dolió y me observa acusadoramente, ya que no le había contado sobre la paliza que Derek me dio ayer—. Deja la mala cara, que no es lo que piensas. Tengo un buen plan y…
—¿Y qué? ¿Nos esfumamos de nuestras casas y ya?
—Podremos ir en coche, tenemos los documentos y…
—¿Quién nos llevaría? —la interrumpo mirándola fijamente. En sus ojos veo la decepción de su plan fallido, pero es la realidad, es nuestra realidad. No podemos permitirnos joderlo todo aún más de lo que ya está.
—Dah —Logan levanta un dedo como un niño pidiendo hablar, captando nuestra completa atención—, mi primo podría llevarlas.
—¿Tu primo? ¿Jake el que quería hacer cositas con Vane? —la sorpresa y el espanto exagerado en la cara de mi amiga es cómico, más porque en realidad era ella la que siempre quiso que él le prestara atención de esa forma, y aún no supera que su caprichito de infanta se haya hecho realidad.
—Pues, que yo sepa tiene novia y…
—¿Cuándo nos vamos? —Logan ladea la cabeza divertido por la amplia sonrisa de Vane, asiente sacando su celular.
—Déjame hablar primero con él —se levanta caminando hacia el pequeño patio trasero del bar, para poder hablar con él.
El silencio nos invadió, cada uno inmerso en sus pensamientos. Realmente este asunto me tiene con los pelos de punta. ¿Cómo haremos para sobrevivir solas? Al menos aquí tenemos el dinero de nuestros padres, un techo y comida en la mesa cada día. ¿Cómo lograremos conseguir un empleo y a la vez estudiar? Aunque lo más probable sería que jamás volvamos a la escuela.
—Tch —siento la ligera patada de Vane bajo la mesa, y sus cejas arqueadas denotan que algo le preocupa. Intento sonreír para que se tranquilice, pero sigue mirándome inquisidora.
—Ya vuelvo —anuncio levantándome de la mesa con prisa. Ya no soporto su mirada, puede que ella esté emocionada con esta loca idea, pero el miedo se apoderó de mí desde el minuto uno y no puedo apartarlo. No quiero que nuestras vidas empeoren. ¿Acaso podríamos soportar más dolor del que ya hemos vivido?
Afuera el aire es fresco, las calles parecen desoladas y el sol ya está terminando de ocultarse. El contraste entre la quietud y el barullo dentro del bar me descoloca, y para aliviar mi mente saco del bolcillo trasero de mi pantalón un cigarrillo que pude robarle a Logan, junto con su encendedor. Lo llevo a mis labios y automáticamente el sabor actúa sobre mis nervios como si fuese anestesia. Mi mente comienza a divagar entre lo ocurrido estos últimos días, y el agujero en mi pecho se acrecienta. No puedo evitar que las lágrimas resbalen con desespero por mis mejillas, y el humo arde aún más en mis pulmones. Los moratones me siguen doliendo, y al fumar mi labio inferior tiembla levemente por el picor en aquel golpe de ayer.
El rostro de Derek pasa por mi mente y me detengo allí, en mi lugar seguro. En el recuerdo y la sensación de sus abrazos, en la calidez de sus caricias o de sus besos cuando estábamos bien, cuando todo era momentos felices. Aunque, ¿a quién quiero engañar? Nunca estuvimos realmente felices, nos conocimos y dimos lo poco que teníamos de bueno, nos ofrecimos al otro y nos terminamos consumiendo. Porque así duele cuando uno está roto por dentro, cuando te has criado siendo infeliz. Es imposible hacer feliz a otros si uno no es feliz consigo mismo. ¿Qué sería de nosotros en unos años?
—Una completa mierda —murmuro dando una última y prolongada calada al cigarrillo antes de arrojarlo y pisarlo con más fuerza de la necesaria.
Abro la puerta para ingresar y me choco de lleno con Vane. Atrás de ella vienen Tori y Logan, y por su sonrisa entiendo que está ilusionada de que Jake nos lleve.
—¡Ya es hora de partir…! —dice alegre, pero antes de que sus brazos me rodeen se detiene y me observa mejor— ¿Qué pasa?
—Nada —la corto y manoteo mi mochila, que Logan me tiende—, vamos.
Ella no insiste, y agradezco eso de ella. Sabe darme mi tiempo y mi espacio cuando estoy mal. La charla de hoy temprano cruza por mi mente, al igual que la breve conversación con mi novio…
Observo las calles de la ciudad mientras el coche de Logan avanza rumbo al departamento de su primo Jake, y me siento morir al saber que cortaré por voluntad propia el lazo que tengo con Derek. Y tampoco nos despediremos. ¿Qué hará cuando se entere? ¿Irá a buscarme? ¿Acaso le preocuparé? Claro que sí, soy la única amiga que tuvo en tanto tiempo, la única que realmente lo entiende, con la que tuvo una conexión tan grande y que pudo ser realmente él. Sin máscaras, tan sólo el indefenso cordero bajo el disfraz de lobo. ¿Cómo hará para volver a ser él mismo?
Y cómo haré yo, para no necesitarlo.