Max se despertó sintiéndose...renovado. No podía explicar exactamente cómo se sentía, pero era como si estuviera en un retiro espiritual en una isla paradisiaca. Esbozó una sonrisa tonta cuando recordó lo que había pasado anoche. No, no tuvo sexo con Sammy, pero no lo necesitó, y no lo necesitaba. Lo anhelaba, claro que sí, pero eso no era lo único que quería de ella. Tenía una mano perfectamente funcional que podía darle placer, y algunos juguetes..., y, a decir verdad, cuando se amaba demasiado a una persona, en lo que menos se pensaba era en el sexo. Sí, a Max lo ponía cachondo Sammy hasta cuando ella no pretendía hacerlo, pero él por primera vez en su vida sentía que podía aplacar esas ganas de follar porque...porque en serio quería a la chica en cuestión. No es que él haya ob