II

2634 Words
Fiesta de Antifaces.   Oliver —Te queda perfecto —escuché a Charlotte hablar, ella era la encargada de diseñar mi ropa y la novia de mi primo, Kyle Green. —Gracias, Charlotte,  realmente estaba en aprietos —mencioné estresado, me encontraba en su boutique ya finalizando los últimos detalles de mi atuendo. —Te ves súper cansado y estresado, ¿se puede saber por qué? —me preguntó intrigada. —Ah, cosas de trabajo —expresé dentro del cambiador, poniendo los ojos en blanco. —Y las andanzas, ¿no crees que se te olvidaron? —escuché su tono sarcástico. —Charlotte, por favor, no tengo tanto tiempo como antes —hablé hastiado, desviando mi mirada, ya que me sentía totalmente acosado por la suya. —Tranquilo, Oliver —me sonrió—. ¡¡¡MAXXXX!!! ¡Sal de una vez a ver qué tal te queda! —la escuché gritar, a lo que de inmediato me tapé los oídos. —Ya, Charlotte, cálmate —habló el rubio en las mismas condiciones. —Te queda espectacular —gritó emocionada, por lo que Max y yo seguimos con los oídos tapados. —¡Eh! Gracias y perdona que fuéramos los últimos en venir —menciona divertido Max. —Más te vale —amenazó—, ¿acaso no dirás nada, Oliver? —me preguntó, fulminándome nuevamente con la mirada. —Gracias Charlotte, de verdad tengo que irme, necesito ajustar los últimos detalles para mi negociación con Catherine Gilbert —me despedí de ambos, ya mañana sería la gran dichosa fiesta y esperaba que valiera la pena. —Hasta luego —me respondieron ambos, a lo que yo emprendí mi camino, ahora a terminar los últimos detalles. *~*~* —Ya todo está listo —le contesté a mi hermano Paul, somos aliados y él debía estar al tanto de mis decisiones y viceversa. —Claro, hermanito, este es un gran paso para nosotros —habló burlonamente. —¿Cuál es tu risa? —pregunté molesto. —¡Já! Me enteré que irás mañana a la fiesta y habrán medios infiltrados. Después de todo, aún necesitan comprobar si eres gay o no —lo escuché reírse a carcajadas. —Idiota, sabes que no lo soy…. Gracias por recordármelo, se me había pasado por completo eso, pero no me preocuparé, llegaré horas después cuando los periodistas me confundan con Kyle —me recosté en mi silla, sonriente. —Así que lo tenías planeado —se sorprendió mi hermano, como si fuera algo del otro mundo. —Claro, sabes que como es de antifaces pensarán que soy yo, así que no hay problema —le respondí, mientras tomaba de mi copa. —Astuto —sonrió, —deberías casarte y así terminaría tu martirio —me sugirió. —¿Y ser bobo como tú? —me burlé—. No, gracias. —Al menos yo tengo una esposa e hija que me aman —me sonrió tranquilo. —Lo pensaré —le informé, sabiendo que era la más negra de las blasfemias—. ¿Y cómo están Michelle y mi sobrina Rebecca? —pregunté, diciéndome que ya extrañaba a esa mocosa. —Están bien, luego de la fiesta iremos de vacaciones, podrás ayudarme, ¿verdad? —me preguntó con una mueca, sabiendo que pensaba negarme. —De acuerdo, pero te costará caro —afirmé fastidiado. —Bien, me voy, tengo que buscar a mi hija —me abrazó y se retiró.  “De acuerdo, terminaré rápido y me iré a descansar porque necesito dormir, no he podido dormir nada”. Con ese pensamiento en mi cabeza, me centré en terminar mi trabajo y dar por terminado mi día, ya que mañana en la noche sería la gran fiesta de antifaces. *~*~* Margaret —¿Oliver Sanders? —cuestioné desconcertada.                  —Me imagino que no lo conoces, es un hombre sumamente importante en el ámbito de los negocios y maneja una gran empresa a nivel internacional —me informó mi jefa, tomando una botella de agua. “Wao debe ser un viejo multimillonario” pensé. —Es la primera vez que él irá a una fiestas de esas, así que debemos aprovechar esa noticia para poder publicar respecto a su vida privada —me dijo seriamente. —¿Así que mi deber es recopilar información solamente de ese señor? —pregunté interesada. —Exactamente, aquí tienes una foto del Señor Sanders —me entregó una fotografía que me dejó completamente sorprendida. Es increíblemente guapo—. Se dice que es gay, eso no lo sabemos pero queremos averiguarlo, sería interesante. Es condenadamente guapo, ¿verdad? —me sonrió de manera pícara. —¿Disculpe? —dije completamente avergonzada, provocando risas en mi jefa. —Tranquila, nosotros te arreglaremos para mañana, mientras que trabajes con nosotros te facilitaremos el vestuario y looks que necesitas, porque eres imagen de la empresa. —Claro, eso lo tengo más que entendido, prometo no fallar —hablé segura—, pero, ¿qué desea que haga hoy? —pregunté con una mueca. —Hoy tendrás una pequeña introducción y te mostrarán todo el edificio para que lo conozcas —me sonrió—. Cálmate, sé que lo harás bien, yo seré tu jefa de departamento, así que a partir de este momento, empezaremos juntas —me abrazó y le correspondí contenta. —Gracias, no puedo evitar estar nerviosa, pero sé que debo hacer —le sonreí, ya estoy ansiosa por la fiesta.  —Bien, Margaret, la señorita Anne te dará la introducción, hasta mañana entonces, tienes que estar aquí a las 5:00 pm, porque la fiesta es a las 8:00 pm —me explicó, a lo que yo asentí. Una vez comencé mi tour, demoré como 3 horas y ya eran las 5:00 pm, decidí irme a casa porque debía descansar, lo más probable es que esa fiesta termine tarde y necesito energías para recopilar la información.   Día siguiente, 5:00 Pm —Eres puntual, me gusta eso —me halagó mi jefa, a lo que sonreí—. Ven, te vamos a arreglar —me guió hacia el cuarto donde estaban los estilistas y después de una hora y media, realizaron mi peinado y maquillaje.  En serio me veía completamente diferente. —Estás hermosa —la miré sorprendida, no estaba acostumbrada a verme de esta forma. —¿Usted cree?—le pregunté, mirándome nuevamente en el espejo. —Claro que sí, quiero decirte algo —me di la vuelta para mirarla. —Dígame —dije seriamente, tratando de ocultar mis nervios. —Tranquila —ríe—, si no logras la misión, puedes estar tranquila, no se te va a juzgar. Ven, vamos a ponerte tu ropa —me condujo a unos camerinos. —No se preocupe, jefa, quiero cumplir con esta tarea —sonreí. Llegó el momento de la fiesta, una limusina me conducía hacia a la mansión de Catherine Gilbert, en donde sería la fiesta de negocios, tengo la piel chinita de solo pensar en todas esas personas multimillonarias y sumamente influyentes en el mundo de los negocios. Durante todo el trayecto, formé mi plan de pasar inadvertida, será fácil por mi antifaz. Era una de las buenas ventajas. —Oliver Sanders, prepárate, porque soy una mujer muy persistente y hasta yo deseo saber tu verdad —me dije a mí misma, mientras admiraba la fotografía que me dio mi jefa, era un hombre guapísimo—. Sería un desperdicio si fueras gay —sonreí con este pensamiento en mente, hasta que volví a centrarme en lo mío. Parecía una pervertida, pero, ¿cómo podía resistirme a un hombre increíblemente joven con pinta de multimillonario? Bajo ese traje, debe haber un cuerpazo completamente espectacular. —Señorita, hemos llegado —me informó el chófer.  Fijé mi vista en la ventana, había una gran alfombra roja y muchos fotógrafos y periodistas. —Hagámoslo —me coloqué mi antifaz y respire hondo, era la hora de la acción. *~*~* Oliver  —Kyle, sólo te pido que me hagas ese favor —hablé al teléfono, poniendo los ojos en blanco. —Esta vez me la vas a pagar bien caro, Oliver —escuché su voz molesta. —Calma, sólo fingirás ser yo delante de los paparazzis o cualquier infiltrado, tú sabes darte cuenta de eso —dije impaciente. —Claro, sabes que Charlotte se molestó conmigo por no haberla llevado para complacerte en tu favor —reí suavemente por la información. Esa rubia iba a matarme. —Sí lo sé y te prometí que te daría un mes de vacaciones para ti y Charlotte a cualquier país que elijan, con los gastos pagos —era la única manera de sobornarlo. —Ella lo aceptó porque tendré vacaciones y vas a pagar todo, sólo por eso se controló —oí un suspiro. —Ya sabes, yo en una hora iré, gracias primo, cualquier cosa me informas —corté la llamada y me dirigí a tomarme una ducha, porque no me he arreglado por estar al tanto de que todo para la negociación con Catherine Gilbert salga a la perfección. 9:30 PM. —¡¿Qué?! —exclamé, cabreado por la noticia. —Que hay una periodista infiltrada y al parecer, tú eres el blanco —escuché a Kyle divertido. —¿Cómo era? —le pregunté curioso. —Era una pelirroja muy guapa —parecía tentarme. —Con que muy guapa, ¿eh? —sonreí, ella tenía que ser la mujer de esta noche. —Le hiciste entender que eres yo, ¿verdad? —aseguré. —Claro, ya hace un rato dejó de espiarme, creo que terminó su informe —casi podía ver su sonrisa. —Ja ja ja eres el mejor, voy en camino. —Claro, ah otra cosa más, Catherine me dijo que mañana harán la negociación —me informó, dejándome sorprendido. —¡¡¡¡¡¿QUÉÉÉÉÉ?!!!!! —grité furioso. —Lo siento, al menos lo informó —escuché su estúpida risa falsa. —Bien, no me molestaré porque sé que esa periodista debe ser mía esta noche —sonreí. —Ja, ja, ja eso campeón, suerte con eso, se ve bastante dominante. Hasta luego —me colgó. Manejé hasta que llegué a la mansión de Catherine Gilbert. Todavía no podía creer que me había dejado plantado, pero eso ahora no importaba, quería poseer a esa mujer periodista. Estacioné mi auto y me dediqué a observar el mensaje de Kyle, donde estaba una foto de esa guapísima mujer, no sé por qué, pero me siento completamente emocionado por conocerla, se ve que es completamente salvaje en la cama. —Estás requete buenísima —susurré, llevaba un vestido rojo ceñido a su cuerpo y desde la terminación de su trasero, caía la tela ligeramente a lo largo de sus piernas. El escote era en V, dejándole en vista sus pechos completamente redondos, su cabello estaba ondulado totalmente, parecía una diosa. Deseaba que me atacara, fue un pensamiento completamente tonto, pero esta mujer era hermosa, hasta ahora nunca había conocido a una con el cabello rojo de ese tono. Mi mirada se situó en sus labios, eran tan grandes y carnosos, llevaba un labial rojo fuego que la hacía ver sensual, quería verla sin ese antifaz pero eso era lo interesante, se veía sumamente misteriosa y pasional. —Si me quedo mucho tiempo aquí, se llevarán a mi presa —me coloqué mi antifaz y me apresuré a entrar. El lugar estaba completamente repleto de gente importante, eran las 10:00 PM y la fiesta estaba ya en su apogeo, probablemente acabe a las 12:00 o 1:00 AM. Me encaminé por todos lados, estaba completamente oscuro el lugar, era mejor así porque nadie me reconocería ni se interpondría en mi objetivo: esa diosa pelirroja. Después de un largo tiempo buscando, pude observar que estaba en la planta baja, en la barra tomando tequilas. Se le acercaban varios hombres, pero esta los rechazaba. “Con que una difícil, ¿eh?” me dije a mi mismo, mirándola por un buen rato. Con este pensamiento, me acerqué rápidamente a ella, sin poder evitar apreciarla. Era muy sexy, tragué grueso, estaba nervioso y ni siquiera le había hablado. ¿Cuánto poder tenía esta  mujer sobre mí? Y eso que ni lo sabía porque si lo llegara a saber, sería mi fin. Suspiré levemente, estaba justo detrás de ella, hasta que por fin lo dije. —¿Aceptas bailar esta pieza conmigo? —lo mencioné con firmeza, pero no pude evitar sentirme emocionado.  *~*~* Margaret Estaba encerrada en uno de los baños, hablando con mi jefa. —Sí, ya terminé mi reporte, todo está en el archivo que le acabo de enviar —sonreí, lo había logrado y me sentía casi eufórica. —Bien hecho, Margaret, puedes disfrutar de la fiesta —dicho esto, me colgó. —¡Sí, a disfrutar! —grité emocionada. Salí del baño y comencé a acercarme lentamente a la barra de licores, no había probado nada por estar pendiente de Oliver Sanders. No era la gran cosa, tenía pocas cosas similares a la foto.  “¿Será que realmente era él?” —me pregunté—. “Se me hace un poco conocido ese hombre, bueno, creo que los tragos me están afectando un poco”. Observé todo a mi alrededor, todos bailaban al ritmo de una música movida que era muy pegajosa, cuando de repente, comenzó a cambiar radicalmente de movida a una lenta, haciendo que todas las parejas alrededor comenzaran a bailar una especie de vals. Todo era tan elegante y romántico, me gustaría bailar, pero había rechazado a todos los hombres que se me acercaban, no solía interactuar mucho con hombres, a este paso quedaré soltera de por vida y con cientos de gatos. Desde hace rato me he estado sintiendo completamente observada, hasta sentí un escalofrío y ni siquiera sabía dónde se encontraba el autor de dicho espasmo. Tomé un trago de tequila y me volteé, ignorando mis tontos pensamientos, hasta que una voz varonil completamente ronca y sexy me hizo estremecer. —¿Aceptas bailar esta pieza conmigo? Estaba sorprendida. No sabía si voltear, este hombre era diferente, mi corazón comenzó a acelerarse y ni siquiera sabía el por qué. “¿Acaso era él la persona la cual me hacía temblar con su mirada?” me pregunté, “No, es algo imposible”. Suspiré, terminando el último sorbo de mi tequila. No puedo ignorarlo por siempre, ¿cierto? Me volteé dándole la cara o más bien media cara y sus ojos estaban fijos en los míos. Como la piedra ónix, de ese color eran sus ojos. Me perdí completamente en su mirada, no sé en qué momento tomó mi mano para guiarme en medio de la pista de baile, pero nos situamos en una parte poco concurrida y me acercó completamente a su cuerpo, haciéndome sobresaltar. —Shh —me apegó a él nuevamente—, bailemos, ¿quieres? —sentí su susurro en mi oído, haciéndome estremecer. Comenzamos a bailar y podía sentir su fuerte agarre en mi cintura, no tenía ni idea de cómo bailar pero con él, todo parecía ser más sencillo. Por alguna extraña razón, quería seguir cerca de este misterioso hombre, desde esta cercanía podía sentir completamente su perfume, era tan viril y olía tan bien,  que me sentía en las nubes. —¿Deseas lo mismo que yo? —me preguntó. ¿Acaso preguntaba si deseaba estar con él? —Yo… —pronuncié suavemente, perdiéndome en su mirada. —No digas más —sentí sus labios besarme demandantemente, estremeciéndome por completo. Y fue así como me perdí, sí… Me perdí completamente en su aroma, sus caricias, sus besos y sobretodo, en su mirada.  
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