VI

3356 Words
♦️ MURPHY. La entrada del departamento me da la bienvenida y el aroma a incienso impregna la habitación haciéndome sentir relajada. Sigo la música del estéreo viendo al hombre desnudo recostado en la cama con las sábanas cubriendo sus partes. Loren tiene dos cosas: músculos y un m*****o grande. Lamo mis labios soltando los botones de mi camisa, me deslizó sobre las sábanas destapando el falo erecto y Loren me atrae hacia él, suelta el sostén para liberar mis boobies. Me acomodo en su regazo, libero mi nuca de las hebras de cabello alzando los brazos al aire. Sus ojos se oscurecen, viéndome con deseo —Vuelves loco a cualquiera —roza mis pezones con el pulgar —¿Dónde estuviste toda mi vida? Me causa risa su sentimentalismo, le tapó la boca con mis manos evitando que diga más tonterías —Compláceme —muerdo el lóbulo de su oreja —Vine desde High Garden, para esto —acomodo el m*****o entre mis pliegues y él arruga la nariz con la presión que ejerzo sobre su m*****o. Golpea mis entrañas con el placer que me hace moverme sobre él. Azota su pelvis contra mi entrada en movimiento que me pone caliente deseando el orgasmo. «No es suficiente» Tiro de su cabello pidiendo que tome el control y él me gira enterrando mi rostro contra las sábanas. Empuja con fuerza dentro y muerdo mis labios saboreando el placer —Dios Murphy, ¿Es así como te gusta? —asiento a su pregunta —Te romperé. —Cállate —pido aguantando el orgasmo que se aloja en mi abdomen —Solo… Cubre mi boca con sus manos sujetándome para embestir mejor, me quedo sin habla, es bueno lo acepto, sabe cómo complacerme. —¿Que diría tu tío si supiera cómo te pone un boyevik? —Te cortaría la v***a —soy franca —Sería una lástima —lo empujó regresando arriba. Sujeta mis caderas mientras salto sobre su polla persiguiendo el orgasmo que no llego a alcanzar antes de que él termine. Sigo moviendo mis caderas y él intenta apartarme —Oye estás loca —muerdo sus labios callándolo de golpe. Su rostro de dolor me exaspera y termino rindiéndome. —Jódete Loren —Bajo y me recuesto en el respaldo de la cama, tomo mi cabello recogiéndolo en una coleta. Me siento fúrica, detesto quedar a medias y sobre todo odio que no me complazcan. Un recuerdo vago me viene a la mente y sacudo la cabeza ignorando aquellos recuerdos de Dante. Lo detesto, pero es el único que me ha complacido en todos los sentidos. Los recuerdos son reemplazados por la mirada dorada que desnuda mi piel, calor me sube por la columna causando que se me erice la piel. Loren me mira enojado y suspiro —Lo siento —me disculpo —Pero se supone que esto es placer mutuo. —Puedo terminar de otras maneras —insinuó con sadismo, su cabeza se inclina entre mis muslos. Enciendo el cigarro llenando mis pulmones y el aburrimiento me gana. Ya no siento deseo de seguir el juego y termino apartándolo. —Vete, tengo sueño —me levanto yendo al baño —Cuando salga no te quiero ver. —Vamos Murph —intenta tocarme y me aparto —Me emocioné, Pero… —Dije largo —estrello la puerta enojada. Tengo cosas en las cuales pensar y no deseo compartir mi cama con nadie. Mi espacio personal es tan importante como el desayuno y el café por las mañanas. La ducha me sienta bien. Me acomodo en el escritorio mirando el ordenador indagando en lo más profundo de mi cerebro. Tengo opciones (muchas diría) Pero realmente quiero tomarme un tiempo. Charles no ha dicho nada, llevo más de un mes sin recibir ningún codificado de su parte y realmente no entiendo a qué juega Dante. Podría ayudarlo y encontrar una manera de salvar a Federico o podría jugar a la chica leal en la bratva o… Podría tomarme vacaciones y no hacer nada. Newt tiene razón, por qué preocuparse por como mueren mis enemigos, ¿Acaso no es mejor dejarlos matarse entre ellos? Me inclino recostando mis codos en la mesa mientras codifico las cifras que necesito para transferir el dinero que gane en la última misión con Charles. Me entra la llamada de Newt y respondo activando el altavoz. —¿Por qué llamas a esta hora? ~Gio pidió que te recordara sobre la reunión con los Vory. Suelto un gemido ronco, me causa tiricia convivir con esos idiotas. La diplomacia no es lo mío. Escuchar a un grupo de personas juzgar desde su puesto privilegiado es como ver a un político prometer su favor al pueblo. —Iré, Pero si me joden los jodo también. ~Haz lo que quieras. Me encojo de hombros, yo diría que Newt es muy parecido a mí. Gio ya hubiera escupido sus sermones. Se escucha un gemido al otro lado. —¿Estás con Allessa? ~No. Ròse tenía razón. No soy quién para juzgar e incluso si pudiera no tengo razones para defender a Allessa, sería hipócrita teniendo en cuenta que la he visto con tantos hombres, que reclamar sería tonto. ~Pasaré por ti mañana, descansa bruja. La llamada se corta y sigo en lo mío, conozco como funciona la bratva y sé que mañana será un largo día. Me gusta repasar la información a la cual estoy expuesta. Saber jugar es tener en cuenta y predecir los movimientos de tu enemigo. Mañana los Vory debatirán si debería reintegrarme a la bratva y cuestionarán mi lealtad. En el fondo sé que este espectáculo es debido a Charles. Necesitan que ese tipo esté de nuestro lado o como mínimo que no se involucre. Nadie sabe su nombre o nacionalidad, es como un fantasma y algunos lo conocen como el cuervo. Apareció hace quince años con información secreta, información que hizo temblar a la pirámide. Reclutó a muchas personas, entre esas Ròse, Lya, Allessa y yo. Hay más, Pero realmente son las que recuerdo o llegué a conocer. Charles recluta a personas sin esperanzas de vida, mujeres u hombres que estén en cautiverio, esclavas, drogadictas o secuestradas. Negocia su libertad y nos da una nueva identidad, ubica a la mayoría en lugares fijos donde espían a los altos mandos y consiguen información para él. Sin embargo, hay excepciones como yo o Newt. En nuestro caso fue un intercambio. Nos rescató de un secuestro por parte de los sicilianos. Fue un trato justo, negoció con la bratva y La Cosa Nostra por nuestra liberación, en recompensa, trabajaríamos durante siete años para él. Se puede decir que ambas partes aceptaron debido a las circunstancias, se dice que Charles tenía información importante de los sicilianos y de los rusos. Es diferente para todos, en mi caso, decidí pagar la deuda de Newt y en consecuencia trabajé quince años para él. Fueron tiempos en los cuales no tuve descanso, saludé a la muerte en más de una ocasión y me despedí de tantas personas robándole la vida. Tuve que dejar mi humildad atrás para sobrevivir. «Si trabajas para mí, seré tu sombra, tu ángel guardián, la persona que siempre irá a ti, es una promesa» Sus palabras me llegan como un balde de agua fría. Tuve opciones, cuando me rescato de los italianos, me dio a escoger “puedes regresar o ayudarme a destruirlos” Pude regresar, pero… realmente no quise, este lugar dejó de ser mi hogar hace muchos años. No mintió cuando dijo que sería mi ángel guardián, en los peores momentos Charles ha estado presente, no lo conozco, no sé cómo es su aspecto o tono de voz, Pero es como un tío para mí. Al principio estaba reacia y creía que él también era otra escoria del mundo y cuánto más tiempo pasaba más me convencía de que así era. Pero luego lo entendí, no tenía que agradarme, no tenía que serle leal, él me estaba usando para su prometido y yo lo usaba para el mío. Un intercambio equivalente. Masajeo el puente de mi nariz fatigada con el exceso de preguntas que me tienen reventada. Me lanzó en la cama dejando todo atrás, soy de sueño liviano y debo aprovechar que tengo sueño. ———‹›——— Las camionetas negras se estacionan una tras otras y por delante de ellas pasan los autos de lujos, deportivos y de colección. El Tesla se estaciona de frente atravesando la vereda pavimentada. La playera de colores verdes y naranja lastima la vista de cualquiera con gustos decentes. Gio lanza las llaves al ballet parking y del puesto de acompañante aparece la hembra de cabellos rubios y cuerpo voluptuoso. Mila me saluda con un movimiento de cabeza. Es una mujer hermosa que está al servicio de Gio como su mujer principal. No sé cómo una mujer de carácter fuerte y belleza ruda puede soportar a Gio, Mila es una de las mujeres más respetadas en la bratva. Su vestido rojo cubre lo necesario, me duele solo de verle las piernas descubiertas, yo parezco un pollo envuelto en plumas. Jamás sería ese tipo de mujer que critica a otra con recelo. Admitir y admirar la belleza es uno de mis hobby favoritos. Cuando veo a una mujer hermosa me aseguro de observarla como es debido, entre mujeres debemos apoyarnos. Ròse no parece muy de acuerdo conmigo. Se mantiene a la distancia de nosotras evitando a Mila lo más que puede. Ròse se lleva bien con las demás mujeres de Gio, pero es bastante tediosa cuando se trata de Mila. Supongo que una perra saca los dientes frente a otra. —¿Tu amiga sigue encaprichada con Giovanni? —sonríe la hembra a mi lado —Es tan joven —lame sus labios lujuriosos —¿Crees que acepte un trío? —Te odia —le hago saber —Además, Gio jamás lo aceptaría. Hace una mueca de decepción. Observa a Ròse como un manjar listo para saborear. Si hay algo que admiro de este lugar es el libertinaje por parte de las mujeres, cuánta más loca, más respeto te muestran. Escuché de Newt que una de las mujeres de Gio una vez cogió con dos hombres delante de él, para probar ser digna de ser una de sus mujeres. —Es una lástima —se inclina decepcionada —La cabrona está bien buena. —Medícate. Enchina los ojos mirando mi cuerpo, lasciva con las mejillas ardiendo. —No estés celosa, amor —posa sus manos en mis nalgas —Tú no estás nada mal —masajea descaradamente. No me avergüenza, aquí la perversión va de la mano con la ninfomanía. Sigue apretando mis nalgas, inclina los labios rojos a mi cuello erizando mi piel con el contacto sutil que ejerce, lame mi cuello y espabilo. Tomo un puñado de la cabellera rubia tirando hacia abajo. —Eres una puta ninfómana de mierda. —Y tu maldita maniaca con cara de ángel. Sonrió y ella se lanza a mis labios tomándome en un beso «demente» —Mira a tu alrededor, muñeca —pide con los ojos ardiendo en deseo —Todas las mujeres somos como una muñeca de plástico, reflejamos el deseo carnal, pero, Tú… Saborea esas palabras y enarca cada unas de mis facciones, sonríe de lado y tenciono más el agarre en su cabello demostrando dominio —Eres como una Barbie, delgada, fina, preciosa, te pondría en una vitrina desnuda para adorarte cada mañana. —¿Crees que dejaría que me atrape una ninfomaniaca? Sus ojos azules brillan de un matiz cielo, abriendo los ojos como si hubiera ganado un premio mayor, —Si te atrapó… ¿Te puedo lamer? Me excita la oración. Nunca me he tirado a una mujer. Tiro sus hebras haciéndola gemir. —Solo si me atrapas —lamo sus labios haciendo de esto una promesa oscura. Me mantiene la mirada. Cada segundo me convenzo de que todos tenemos diez años de locura y un pase directo a quemarnos en el infierno. Siento el cuerpo pesado y alzo la mirada topándome con los ojos de oro al otro lado de la vereda. El boss mantiene la mandíbula tensa con las manos cruzadas y el cuerpo recostado en el deportivo, su mirada oscura me hiela la sangre. Está vestido con traje a la medida y guantes negros, su cabello da la impresión de estar húmedo y como la tonta que soy le sostengo la mirada «belleza digna de admirar» alza la mandíbula soltando el humo que pone a temblar mi cuerpo. —Deja de acosar a mi sobrina —aparece Gio interrumpiendo —Reúne a los beyovik —le ordena a Mila. Suelto mi agarre y ella lame sus labios antes de girarse y obedecer a Gio. Contonea las caderas saludando a todos como si estuviera en su casa. Esa mujer que desprende lujuria también es capaz de rebanar a un hombre sin el más mínimo sentimiento o culpa. —No tienes que hacer nada, solo responder que no sabes quién carajo es el cuervo de Charles —me explica Gio, más sigo idiotizada por los orbes dorados que me siguen con la mirada —Si te preguntan otra cosa, solo… Aparto la mirada clavándola en Gio. —Los ignoro, ¿O debo agachar la cabeza y fingir demencia?, ¿Cuál te sienta mejor? —Déjame el orgullo para después ¡Quieres! —me regaña —Esto no es una reunión de Kryshas, todos los Vory están aquí. —Me vale, quiero dejar claro que pretendo muchas cosas, admito no ser una santa de devoción, y más les vale no joderme. —Haz lo que quieras, más, evita una puta disputa intenta ¿Queda claro? Miro a otro lado asintiendo. Me confunde con sus palabras, me dice que debo mantener la calma, Pero sus facciones están tan tensas que cualquiera diría que odia este juicio de mierda. Entre los presentes no veo a los boyevik de Lev —¿Lev se fue a esconder como rata cobarde que es? Me enferma que exista un Orlov como él, ha denigrado el apellido de Viktor durante años. Todos saben que Lev es una marioneta de Lourdes y debido a esto se cuestionan si realmente los Orlov somos historia. Con el regreso de Newt recuperamos un cierto grado de respeto, Pero Lourdes se niega a dejar que Lev le entregué el puesto a Newt. «Tal vez deba matarlo» Su muerte me facilitaría la vida a tres millones. —Te ves… Preciosa. —Parezco un mal chiste —repongo —No es necesario que me llenes de halagos falsos —le digo a Allessa. Mis pertenencias todavía no han llegado y lamento tener que vestirme como un rayo de sol que no brilla bajo las capas de nieves de Rusia. —No miento Murph, te ves bien con todo —repone mirando al suelo —Lo que pasa es que nunca pruebas otros estilos. La observo más detenidamente y puedo ver como su piel se blanquea y sus ojos se hunden. Palmeo su hombro para asegurarle que todo estará bien. Allessa es italiana, no debería estar aquí. En este lugar ella es una arribista y en cualquier momento podrían matarla. Newt la reclamo como una de sus mujeres y debido a eso puede pararse frente a estos brutos sin ser degollada al instante. —Miren quién vino —molesta Karen —La pequeña mascota italiana de Newton. Allessa se hunde en su lugar y siento que estoy en una escuela gringa donde el bullying es la orden del día. —¿A qué viniste a espiar? —cuestiona acercándose peligrosamente a nosotras —¿O vienes a pedir perdón por los actos de tu gente? Suspiro dejando que Alex diga algo para defenderse. Más queso como una tonta cuando Karen la empuja y Alex muerde sus labios y aprieta su puño conteniéndose. —¡Oye! —tomo de su brazo lanzándola lejos de Allessa —¿Qué crees que haces? —Defiendes a esta… —Defiendo lo que me dé la gana —la encaro —Y te recomiendo bajarle al tono de voz cuando hables conmigo. Tencioná la mandíbula tan fuerte que siento que se le romperá, baja la mirada cuando el silencio de los presentes se enfocan en nosotras. —Sí… Lo siento. Se aleja no sin antes chocar hombros con Allessa susurrándole algo al oído. Siento que me duele la cabeza de sospechar lo que está pasando. —Alex, ¿Esa payasa te acosa? Niega con la cabeza —No lo suficiente. Intento decir algo, Pero me interrumpe —¡Estoy bien, Murph! —se gira dándome la espalda —No todas somos Murphy Orlova. Se me revuelve el estómago y las uñas me pican por clavarlas en el rostro de esa tonta. —Realmente, no te entiendo —le doy la espalda también —, Si quieres seguir siendo la mártir, te recomiendo hacerlo lejos de mí… Detesto ver a un óvulo perseguir un espermatozoide. Me arde la garganta y solo quiero salir de este estúpido juicio. Entramos al palacete y me quedo sin palabras para describir la belleza. Las paredes están tapizadas de un color blanco con decoraciones en bronce. Hay todo tipo de retratos que varían de miles a millones de euros. Me quedo estoica delante de uno en especial. «Aquí está» “La aurora boreal” Me considero una coleccionista de arte, suelto una sonrisa nada sutil. Durante mi tiempo con Charles, robe todo tipo de cuadros y piezas de artes famosas. Y entre ellas, esta pieza, siempre la quise, Pero, cuando intenté robarla, me lleve una decepción al saber que ya me habían ganado. Aquella que se exhibía en el museo mundial de arte era una pieza falsa que fue reemplazada. El cuadro tiene un metro de largo y dos de ancho. Pero verla es como estar de cabeza. Es tan profunda que admirarla te transporta a una noche en el polo. —¡Murph! —me llama Bory, no pensé que viniera —Vine en lugar de Lev —me rodea el hombro con los brazos —Tranquila, estoy contigo, estamos contigo. No me da miedo este tonto juicio, me importa poco lo que digan estos idiotas, la única opinión que importa es la mía. —¡Señores! —habla Gio, entramos a la sala de reuniones —Llegue a alegrarles el día. Entro seguida de Newt y los ojos de todos me observan como un plato listo para devorar. —Siempre tan radiante —aparece Leyna Kozlova —La próxima pon una pelota roja en tu nariz y completas tu atuendo de payaso. Se ríen del chiste y Gio la toma de las manos saludándola —Siempre es un gusto morir con tu veneno, devora. La madre del boss arruga las cejas molesta. Los pasos firmes hacen temblar el mármol y el aroma almizclado y maderado me pone a ingerir su colonia extasiada. El silencio de todos me da a entender quién llegó «el boss» —Estás en mi camino —su voz áspera resuena a mi espalda, alzo la mirada por encima de mi hombro notando al semental mirarme hasta abajo —¿No te vas a quitar? —Porque debería —las palabras salen antes de que las apruebe. Sus cejas pobladas son tan oscuras que da esa impresión de ser un maldito psicópata. Su figura cubre por completo a la mujer que me observa algo afligida y confundida «Lya» Doy un paso atrás dándole paso al mafioso que se queda por unos segundos mirándome. Lya lo sigue junto a otra de sus mujeres y parecen llevarse bien entre ellas. Vaya ridiculez. Entiendo que el concepto de amor y matrimonio queda de lado entre los mafiosos. Pero… No sé qué tan segura estoy de compartir a un hombre, soy sincera. Es mío y no permito que toquen lo mío y si el león quiere jugar con las gatas… yo sé jugar también. Pero de aquí no salgo herida ni perdida, aun si el sangrado me lleva a la muerte. CONTINUARÁ…
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