Vuelta a casa2

2612 Words
Tyler llevó con él a dos amigos que conoció mientras terminaba la universidad, personas que Gia no conoció y por tanto tuvo que hacer las presentaciones correspondientes, el primero fue Teo Monroe, un chico alto de complexión delgada y muy poca musculatura, con el cabello n***o y los ojos oscuros, tenía una personalidad muy relajada y divertida además que era interesante para Gia por su trabajo como fotógrafo para una revista de moda. La segunda era Anastasia Henming, con una estatura de uno setenta y cinco, el cabello corto y rubio, ojos verdes y complexión delgada, Ana era un poco más seria que Teo sin embargo los tres tuvieron una buena química. - Gia ven...- pidió Elías de la nada haciendo que ella pusiera los ojos en blanco pero aun así fue- Dame las llaves de tu auto, Larisa está aprendiendo a manejar y quiere subirse a tu auto.- Gia casi se va de espaldas ante esa ridícula petición. - ¿Disculpa?- vio a la chiquilla que era su media hermana- Si esta aprendiendo a manejar para eso te tiene a ti, para que le compres un auto, yo no le voy a prestar el mío.- su voz fue muy contundente. - No seas asi con tu pobre hermana, tu ya lo tienes todo.- Elías la reprendió con la mirada. - Y si lo tengo todo es porque me lo he ganado a pulso, mi padre me hizo falsas promesas de apoyo y al final me dejó olvidada en Nueva York valiéndome por mi cuenta.- ya había comenzado a alzar la voz. Todos los presentes voltearon a ver y Elías solo sonrió con desdén mientras tomaba una copa de champaña, lo ultimo que quería era terminar como el villano en esos momentos, aunque de verdad que lo era. - Quiero hacer un brindis, porque mi hija ya es toda una profecional y se graduó como una chef.- alzó la copa como si nada y la poca paciencia de Gia se fue al carajo. Sonrió con la más grande hipocresía y le quitó la botella de ron al mesero que pasaba y contoneándose de un lado a otro abrió la botella, estaba pensando en las palabras correctas para no quedar como una mal hablada frente a los invitados. - Salud...- lanzó el tapón tras ella- Salud porque me acabo de graduar de la universidad como licenciada en psicología... salud porque tengo un curso como terapeuta de familia y licencia para ejercer... salud porque tengo un título en chef semi profesional... porque estoy certificada como bartender y porque tengo un trabajo como gerente de una tienda de lujo...- alzó la botella- ¡Salud por mis éxitos sin tu ayuda!- alzó la cabeza y sin vergüenza bebió de la botella. - Creo que tu hermana venía sedienta.- susurro Ana sonriendo con diversión ante la escena. Tyler fue hasta ella para quitarle la botella sin embargo Gia se alejó y sonrió con su inocencia fingida, sus ojos fueron a parar a Elías quien obviamente se veía ridiculizado por las palabras de su hija. - Nena no hagas un escándalo.- pidió el hombre a su lado. - No tiene nada que hacer aquí, se puedes ir largando y dejarme disfrutar de mi fiesta de bienvenida.- esas palabras fueron tan afiladas como cuchillos. Gia paso la mano por su cabello peinandolo hacia atrás y se disculpó con su madre sin decirle una palabra, sus ojos lo expresaban siempre todo, sin más se fue rápidamente hacia el lado de atrás de la casa donde estaba la piscina ya que necesitaba calmar su mal humor y además estaba algo apenada por reaccionar de esa manera, se desplomó en un sillón de mimbre mientras daba otro trago largo a la botella, al menos trabajar en un bar la hizo darse cuenta que tenía buena tolerancia al alcohol. - Cara de princesa y estómago de camionero.- comentó Tyler viéndola. - Camionero fino.- alzo la botella de ron. - Cualquiera se puede equivocar, además no lo dejaste que terminara de hablar.- comentó mientras se sentaba en la silla frente a ella. - Deja de defenderlo porque se que es un imbécil... no sabe ni siquiera mi fecha de cumpleaños ¿De verdad piensas que va a saber lo que estudie?- alzó una ceja. - Gia ¿Alguna vez has pensado en perdonar lo que hizo?- Tyler le quitó la botella antes de que siguiera bebiendo. - Nunca pienso en eso, lamento decirlo pero tengo más presente a Owen como mi padre...- desvió su vista tratando de ocultar las lágrimas que comenzaban a empañarle los ojos- Tantas veces que me vi en necesidad de cubrir mi renta porque no me alcanzaba el sueldo en los primeros mese, busque de mi padre y me dejaba esperando, para ese tiempo sabía que mamá estaba estudiando para conseguir su certificación de profesora de danza no podía acudir a ella.-mordió con suavidad su pulgar. - ¿Por qué no acudiste a mi?- le tomo las manos y la hizo levantarse para que se sentara en sus piernas. - Porque estabas estudiando y casi no hablábamos, no te iba a llamar solo por dinero ademas tampoco tenias trabajo.- le abrazo por el cuello mientras le veía a los ojos. - Te mereces un par de cachetadas por tonta...- suspiro algo irritado- Hubiera buscado la manera de ayudarte, somos hermanos después de todo.- le abrazo por la cintura con fuerza. - No te pareces  en nada al hermanito flacucho y con cabello largo que deje.- paso sus dedos entre el cabello castaño y su otra mano toco la parte rapada atrás de su cabeza. - Las personas cambian y tu tampoco te pareces a la chica que ocultaba su cuerpo bajo camisas holgados y pantalones anchos, antes no podías dar dos pasos con tacones y ahora corres.- Tyler sonrió divertido. - Debo admitir que el cabello corto te queda mejor, pero la barba no me gusta... te hace ver mayor.- pasó el pulgar por ella. - No es que este tan joven tampoco...- se levantó cargándola en brazos- Hay que volver a la fiesta y así te emborrachas con gusto.- tomo la botella y se fueron. Elías dejó la fiesta después de lo que dijo Gia, el cargo de la poca conciencia que le quedaba le hicieron ver que era lo mejor además porque Elena se lo pidió algo molesta, fue un momento divertido y lleno de felicidad que pasó al lado de su familia además el hablar con Tyler después de tanto tiempo fue un placer revivir aquellas travesuras que quedaron en el olvido mientras estudiaba. - ¿De verdad le prendieron fuego al vestido de la profesora?- preguntó Teo limpiando las lágrimas de la risa. - Gia estaba jugando con los fósforos mientras veíamos el partido y nadie se dio cuenta hasta que un palo cayó en el vestido y se prendió.- Tyler también estaba llorando de risa. - Nunca fue con intención prenderle fuego a la doña, aunque la desgraciada me caía muy mal.- se encogió de hombros. - Oye, Tyler nos habló mucho de ti.- comentó Ana abriendo otra cerveza para ella. - Espero que cosas buenas.- Gia vio a al hombre quien trataba de ocultarse tras la mujer. - Por lo que decía te imaginaba muy timida y retraida, cuando te vi pensé que eras una princesita odiosa y ahora que te conozco eres fantástica.- todos rieron con las palabras de Ana.  - Y te voy a caer mejor si me dan la oportunidad de meterme al bar.- sonrió con malicia viendo hacia atrás de donde estaba sentada. - Eres bartender ¿verdad?- Teo la vio. Gia no respondió y se levantó de la silla, el hombre que atendía la barra no la quería dejar meterse en sus cosas sin embargo después de unas cuantas insistencias y sonrisas coquetas logró tener acceso aunque con la amenaza de que si rompía algo lo iba a pagar. No se iba a arrepentir jamás de haber trabajado en una barra sirviendo tragos y menos de haberse preparado para eso, sin miedo alguno tomó las botellas para comenzar a hacer los preparados. Mientras se movía entre tantas cosas delicadas Tyler no pudo evitar pensar en lo mucho que Gia había cambiado y que ahora lo que destacaba más de ella no era su cara bonita sino la seguridad con la que andaba. - Señorita si rompe algo...- el bartender la vio. - Lo pagare yo, deja de preocuparte y ve a ver qué más haces.- dijo Tyler sonriendo.  - Bien, para Teo tenemos un tinto de verano para que no se ponga mas alegre de lo que ya esta...- hizo reír a todos- Para la señorita Ana tenemos una primavera en pleno invierno...- lo puso sobre la barra- Y para mi hermanito querido un delicioso huracán con doble ron, para que te doblegue.- le guiño un ojo mientras seguía preparando más para su madre y los demás invitados. Su llegada fue bien recibida y esa habilidad para hacer que todos se intoxicaran con los dulces sabores de los tragos preparados, la fiesta de bienvenida terminó con un almuerzo bastante sustancioso. En la tarde Gia estaba muy soñolienta y además sus maletas aún seguían en la cajuela del auto, Tyler se había quedado dormido en el sillón de la sala al igual que Ana y Teo quienes terminarían con resaca porque fueron quienes más bebieron. - Tendrás la habitación al lado de la de Tyler, Owen me dijo que debía dejar las paredes en blanco para que pudieras decorarlas a tu gusto.- comento Elena. - Le daré las gracias por eso después, imagine ver mi habitación pintada de rosa y con imágenes de las princesas en las paredes.- Gia sonrió dejando su cartera en la cama. - Oh... me sigue costando asimilar que ya no eres mi niña.- abrió una de las maletas para ayudarla. - No era tan niña cuando me fui, aunque he vuelto como una mujer.- tomó las manos de su madre y la abrazó con fuerza. - Pensé que traerías a alguna pareja... casi no hablábamos de eso por llamadas.- Elena se sentó en la cama después del abrazo. - No había mucho que hablar, por tres años no tuve novio y cuando decidí mudarme para acá termine con el que tenia.- confesó yendo a abrir el closet para guardar sus cosas. - ¿Por qué rompiste con él?- Elena estaba sorprendida. - Sus ideas eran diferentes a las mías, lo último que deseaba era ser madre terminando la universidad.- sonrió de lado mientras sus ojos se clavaban en el suelo. - ¿Madre? ambos están jóvenes, porque supongo lo conociste en la universidad.- comentó la mujer. - Si, es un año menor que yo... al principio era el tipo de chico que todas quieren, atento, dulce y cariñoso...- dejó escapar un suspiro- Después de los mese comenzó a hablar sobre que debíamos casarnos cuando yo terminara la universidad y con él trabajando yo podría estar en casa cuidando del embarazo.- abrió su otra maleta para sacar los vestidos. - Estaba algo tocado el chiquillo.- abrió de forma exagerada los ojos. - Mucho, lo corte hace dos semanas y sigue molestando para que vuelva con el.- sonrio de forma amplia dejando ver de nuevo los hoyuelos en sus mejillas. Era curioso de dónde salían esos hoyuelos ya que Elena y Elías no los tenían, pero Gia los tenía en ambas mejillas e incluso tenía otro par en la parte baja de su espalda, después de hablar un rato sobre cosas de mujeres Elena decidió bajar para preparar la cena y aunque Owen tenía servidumbre que mantenía esa enorme casa mientras ellos trabajaban, su futura esposa prefería hacer las cenas. Gia termino de guardar sus cosas en el amplio closet que tenia esa habitación tan grande como la sala de su departamento en Manhattan, se dio una ducha y se puso un pantalón más holgado y una camiseta suelta, jamas le gusto andar zapatos dentro de casa por tanto salió sin ellos. - Se ve que no cambias.- se topó con Tyler en el pasillo. - Hay hábitos que son difíciles de quitar.- se encogió de hombros viendo sus pies. - Te ves jodidamente hermosa y pequeña.- aun seguía mareado y quiso caminar lo mejor que podía aunque tambaleo al intentarlo. - Ahora me siento culpable por haberte emborrachado así, no te cargues mucho sobre mi o caeremos los dos.- dijo mientras le ayudaba a terminar de llegar. - Solo necesito dormir más y si me sirves de almohada mucho mejor.- Tyler casi los tumba al suelo. - Menuda vaca regordeta y pesada.- se quejó Gia mientras lo dejaba caer en la cama escuchando la carcajada furtiva de Tyler. - Tan adorable como siempre.- se dio la vuelta intentando quitarse los zapatos. Gia optó por no decir nada sobre las palabras de su amigo, estaba borracho y no era la primera vez que lidiaba con él en ese estado, la ventaja es que era un borracho coqueto y no uno agresivo que se pelea hasta con su propia sombra, cerro las cortinas para que pudiera dormir en paz o descansar en paz, por la forma en que estaba parecia un cadaver. - Creo que mate a tu hijo.- comentó cuando se topó con Owen en la cocina ayudando a Elena. - Cuando se dé una ducha volverá a estar vivo, no te preocupes por eso.- sonrió divertido. - Me preocupa que no respire.- Gia vio a su madre. - No es la primera vez que se pone en ese estado, va a estar bien solo debe dormir.- las zanahorias eran cortadas con mucha maestría. - Si tu lo dices...- se encogió de hombros- ¿Quieren que les ayude en algo?- preguntó tomando una rodaja de zanahoria y se la llevó a la boca. - Aprovechamos las cenas para pasar en pareja.- dijo Elena con algo de pena ante su hija. - Iré a la sala a ver películas.- le volvió a quitar otras tres rodajas y se fue. - ¡Tenemos Netflix !- dijo Owen en voz alta. Se sentó en el enorme sillón de la sala mientras encendía la pantalla que estaba colgada en la pared y bajo esta, un mueble de color oscuro que sostenía unos cuantos adornos de porcelana blanca, busco una película en los canales de cable y dejo la que más le llamó la dio curiosidad de ver aunque de verdad no le estaba prestando atención, su mente estaba en otro lado o más bien en otra persona, no dejaba de preocuparse por Tyler y sentirse culpable por emborracharlo de una forma tan inocente aunque al final no le obligo a tomar, ya era un hombre adulto y sabía lo que hacía. Fue a ayudar a su madre a poner la mesa ya que la cena estaba casi lista, le daba un poco de sentimiento el verla tan feliz con Owen, se la pasaban dedicándose miradas discretas y juguetonas, roces furtivos e incluso besos fugaces, ambos parecían una pareja de adolescentes con su primer amor, mientras colocaba los cubiertos su mente viajó a aquellos momentos en los que sus padres aun vivían juntos y es que de verdad nunca vio a su madre desbordando tanta felicidad, algo de envidiar para Gia quien recien habia terminado su relación con una persona a la que quería mucho, si se tenía que ser totalmente sincera su idea en definitiva no era estar encerrada en una casa cuidando su embarazo y esperando al marido para servirle la cena caliente, adoraba el estar trabajando y más si iba a ser con los hermanos Novikov una vez mas.
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