Vuelta a Casa1

2565 Words
La nevada acababa de caer en la bella ciudad de Manhattan cubriendo sus concurridas calles de blanco puro, el frío calaba hasta los huesos y para alguien que no estaba acostumbrado a ese clima podría llegar a ser algo molesto sin embargo cinco años viviendo esos inviernos habían hecho que Gia se acostumbrara casi por completo, estaba alistando sus dos maletas de viaje ya que el dia siguiente tenia que abordar un vuelo con rumbo a Seattle, termino de ordenar la primera maleta y vio a su compañera de departamento entrar con dos vasos de jugo en sus manos, uno de ellos se lo entregó a Gia mientras ella se sentó en la cama viendola con atencion. - ¿No sería mejor que solo fueras solo de vacaciones?- pregunto la chica viendo las maletas de su amiga. - Mi madre se casa a finales de marzo, no está en mis posibilidades tomar vacaciones de cuatro meses.- Gia sonrió y fue a poner el vaso en la cómoda. - Te juro que me harás mucha falta.- dejó escapar un suspiro. - Tu tambien me aras falta Paulet, en especial tus tostadas al carbón que preparas cada mañana.- respondio Gia mientras trataba de contener la risa. - Bueno, el lado positivo de todo es que podrás pasar tiempo de calidad con tu madre después de cinco años de no verla y podrás conocer a tu padrastro también.- Paulet se recostó sobre la cabecera de la cama mientras seguía bebiendo su jugo. - Conozco a mi padrastro desde que nací, Owen no es un extraño para mi.- Gia retomó su labor de terminar las maletas. - ¡Eso no me lo habias dicho!- comento algo ofendida- No especificaste que se casaría con su mejor amigo.- ladeo su cabeza sorprendida. - Yo tampoco sabia hasta hace dos días atrás, al parecer mi madre tenía miedo de mi reacción cuando supiera que se va a casar con Owen.- rodó los ojos. - ¿Te molesta eso?- Paulet la observo. - Claro que no, siempre considere a Owen como un segundo padre y a Tyler como mi hermano mayor... es gracioso que se me cumplira el sueño.- se encogió de hombroscon una sonrisa ladina. - Tienes razón ¿Ya tienes un plan para tu estadía permanente en Seattle?- pregunto curiosa. - No, la verdad no tengo un plan como tal sin embargo si pude comenzar desde cero en una ciudad como Manhattan creo que podré levantarme en Seattle.- Gia estaba muy segura de sí. - Tu puedes buscar trabajo de muchas cosas; terapeuta, bartender, psicologa, chef, asesor de ventas, gerente... eres como Barbie y todos los oficios que le ponen.- Paulet rio ante su propio comentario. - Soy como barbie sin ser plástica.- le guiño un ojo. Paulet se levantó para ayudar a su amiga a doblar la ropa que se llevaría, la mayor parte de sus cosas ya estaban en casa de su madre por tanto con ella solo iban dos maletas con la ropa que no pudo mandar, terminaron de arreglar todo y entonces Gia se metió a bañar ya que tenía una salida a cenar esa noche, un vestido de color azul, zapatos de tacón y con el cabello recogido dejando ver el collar. - Me voy.- dijo mientras guardaba las llaves del departamento en su cartera de mano y tomaba el grueso abrigo del perchero de la entrada. - ¿A qué horas vas a regresar?- pregunto Paulet preparando palomitas. - A las diez, tienes tres horas para hacer el escándalo que quieras con tu novio.- comentó Gia sonriendo. - Esas no son cosas de Dios.- se dio la vuelta ocultando su sonrisa. Pidió un uber para que la llevara al restaurante donde se iba a encontrar con su jefa y el hermano de este, apesar de que ella era mucho menor que ellos tenia una relacion de amistad muy buena por tanto ambos la invitaron a una cena como despedida, bajo del auto y entró siendo guiada por una de las meseras hasta la mesa de sus dos amigos. - ¡Hermosa Gia!- se levantó el hombre para darle un abrazo. - Hola Dmitry, Aleka.- los saludo con un beso en la mejilla como siempre. Dmitry y Aleka Novikov eran dos hermanos rusos que tenían una serie de tiendas departamentales de nombre Nikov, Gia comenzó trabajando en la tienda de Nueva York donde estuvo como asesora de venta en el area de perfumeria para dama, fue ascendiendo hasta que eventualmente llegó a gerente de la tienda y donde comenzó su amistad con Aleka, una mujer despampanante con un cabello rubio platinado natural y unos lindos ojos azules muy expresivos, su hermano era mayor que ella aunque físicamente parecen gemelos. - Me encanta tu vestido.- comento Aleka sonriendo. - Gracias, aunque el tuyo es espectacular.- Gia sonrió viendo el vestido color vino que usaba su amiga. - Las dos estan radiantes y deberíamos brindar por eso.- Dmitry alzó la copa de vino. - Salud por tu sexi acento.- Gia alzo la copa tambien bromeando con ellos. Los tres rieron divertidos mientras hacían sonar el cristal, el vino era uno de los mas suaves que habia probado Gia, sus ojos se quedaron fijados sobre el centro de mesa mientras pensaba en sus propios líos. - ¿Ya tienes una idea de que vas a hacer en Seattle?- pregunto Aleka. - La verdad que no, solo tengo la idea de buscar hacer feliz a mi madre antes de su boda.- se encogió de hombros. - Yo estaba hablando con Dmitry sobre el excelente trabajo que has hecho en la tienda y que si no hubieras dado la idea de la tienda en línea para Detroit la hubiéramos perdido.- se acomodo en la silla y cruzó una pierna sobre la otra mientras veía a su hermano. -  La verdad lo dije sin pensarlo.- relamió de sus labios el resto de vino y penso en ese día. Su sugerencia salió en una de las tantas reuniones que estaban teniendo, la tienda en Detroit no iba funcionando como esperaban y era Aleka quien la maneja por tanto si la perdían iban a sufrir ambos hermanos, estaba cansada de estar escuchando las ideas absurdas de todos los presentes y sin pensar a Gia se le escapó de la boca la idea de una tienda en línea que iba a distribuir en tres estados diferentes, su idea fue tomada en serio y terminó teniendo éxito. - Pues esa idea sin pensar fue lo que expandió los negocios de mi hermana y nos dio mas ganancias.- Dmitry sonrio. - Si y comentabamos que si no tenias un plan de donde buscar trabajo podrias comenzar desde cero en la tienda que administra Dmitry.- dijo Aleka. - Mi gerente esta embarzada y pronto tendra su bebé, habran muchas vacantes ya que algunas personas solo estan por la temporada y me encantaria tenerte entre mi personal.- aclaro Dmitry. - Me encantaria ir a ver si puedo aplicar a un trabajo.- Gia sonrio ilusionada. - ¡Perfecto!- le tomo las manos con emoción- Estoy emocionado por ver el trabajo que vas a desempeñar conmigo.- sonrio. Gia ladeo la cabeza, no tenía ningún plan sobre su llegada, no sabia donde iba a buscar trabajo ya que solo estaba concentrada en estar al lado de su madre y hacerla feliz en los preparativos para la boda, la cena fue una diversión para los tres aunque Gia no se sentía parte de ese mundo donde todos vestían tan elegantes y sus formas de hablar rebuscadas sin embargo los hermanos la hacían sentir parte de ellos, una buena comida y el sabor de los vinos mas finos se terminaron pasadas las diez donde ella ya debia volver a su departamento, Dmitry era un caballero y se ofrecio a llevarla. Un vuelo muy temprano en esa mañana, normal y entonces ella regreso de la misma manera en que se fue, toda su ropa en unas maletas y muchas ilusiones en su cabeza aunque esta vez ya era toda una profesional que sabía valerse por sí misma, al aterrizar en el aeropuerto de Seattle su primera parada fue una agencia de venta de autos ya que necesitaba una forma de movilizarse y no estaba en sus deseos contratar un uber que la llevara a lugares totalmente emocionales para ella, después del corto papeleo ya tenía en su poder un BMW X6 en color n***o de cuatro puertas, algo ajustado a su presupuesto pero que a la vez se veía lujoso, no era que le gustase apantallar sin embargo le gustaba la velocidad y era un auto que la convencia demasiado.  Su primer parada fue la noria gigante en el muelle cincuenta y siete, una verdadera joya y que a su vez le llenaba de muchos recuerdos de su niñez y adolescencia, la primera vez que se escapó el colegio y recibió su primer beso y en ese lugar lloró abrazada de Tyler porque su novio la terminó a las tres semanas, las tardes de amigos cuando iban al mercado a comprar todo tipo de chucherías para comer mientras hablaban de una infinidad de cosas sin sentido y el último lugar al que se subio mucho antes de abordar el avión con rumbo a Nueva York. Su vista iba puesta en la Bahía Elliott y el horizonte extendiéndose más allá de lo que sus ojos podían ver, entonces su vista se enfocó completamente en el tenue reflejo sobre el cristal, la última vez que estuvo ahí vestía un pantalón holgado junto a una camiseta ancha y unos tenis que no combinavan para nada, ahora era un pantalón de mezclilla ajustado con una camiseta manga larga que dejaba al descubierto sus hombros y unas sandalias de tacón alto en color beige, un cambio totalmente opuesto al de antes. *********************************************** En la hermosa casa de la familia Carter todos estaban ayudando para terminar la decoración a tiempo, por la llegada de Gia habían organizado una pequeña fiesta de bienvenida a la cual se invitó a Elías quien no pudo dejar a su familia a sabiendas que a Gia no le caeria en gracia verlos, Owen le pidió matrimonio a Elena después de llevar saliendo cinco años y de verdad que todos estaban felices que ella rehiciera su vida, todos menos Elias ya que no dejaba de poner mala cara cada vez que la pareja se daba algún mimo espontáneo. - ¿A que horas vendra Gia?- pregunto Catalina, la hermana menor de Owen. - Su vuelo aterriza a las diez y media, no debe tardar en venir.- comentó Elena viendo su reloj. - Estoy emocionada por ver todos los cambios que ha tenido en estos años, porque imagino que habrá cambiado, quien quita y nos trae un galan.- Catalina sonrió. - Mi hija no tiene porqué traer a ningún fulano.- intervino Elías al escuchar la plática de las mujeres. - Ya es una mujer adulta y si quiere traer a una pareja está bien.- dijo Elena con voz aburrida. - Lo sacare a patadas de este lugar porque nadie se mete con mi niña.- Elias se cruzó de brazos. -Veinticuatro años no me hacen una niñita y menos de tu propiedad.- una voz femenina hizo que todos voltearan. Planeaban sorprender a Gia sin embargo ella terminó sorprendiendo a todos, de pie junto a las escaleras junto al camino de piedras luciendo su mejor pose de diva y es que de verdad queria fastidiar a su padre y a la esposa de este. - ¡Madre del amor hermoso!- exclamó Catalina al verla. Elena ahogó un grito entre sus manos y extendió los brazos para recibir el fuerte abrazo de la hija que no veía hace cinco años, Gia paso ignorando completamente a su padre y fue directo a los brazos de su madre quien solo pudo apretarla con todas sus fuerzas mientras todos los invitados, que en su mayoría eran amigos de Elena, no dejaban de ver el emotivo momento y más que eso estaban sorprendidos del abrumador parentesco que había entre ambas. - Podrían hacer el papel de gemelas y nadie se daría cuenta.- comentó Owen sonriendo. - Y tú podrías ser nuestro padre y tampoco nadie se daría cuenta.- agregó Elena con burla. - Para mí será papá y para ti sera papi.- Gia sonrió con maldad mientras iba a los brazos del hombre. Ambos se dieron un fuerte abrazo paternal y Gia terminó de saludar a todos los invitados de los cuales no recordaba ni el nombre, menudo recibimiento que había tenido ya que veía a personas que no tenía la menor idea de quiénes eran y al que deseaba ver estaba desaparecido, su mirada curiosa entre la multitud llamó la atención de Catalina quien le informó que Tyler no había llegado todavía, aunque no tardó demasiado, de la nada Gia vio a una mujer seguida de un hombre subir corriendo las gradas y llegar hasta ellos muy agitados. - Gracias a Dios llegamos vivos.- comentó el hombre jadeando de cansancio. - ¿Donde esta Tyler?- preguntó Owen al verlos. - Estacionando el auto, venía conduciendo como loco y repitiendo que no llegaría a tiempo para verla.- dijo la mujer retomando el aliento. - Y apenas llegue a tiempo.- la voz de Tyler hizo que Gia sonriera. Se dio la vuelta para verlo y casi se le cae la mandíbula al suelo porque no era la misma persona a la que dejó, al salir de su sorpresa corrió hacia él arriesgándose a torcer uno de sus tobillos con los tacones sin embargo nada pasó y los brazos de Tyler pasaron bajo sus glúteos y la levantaron sin ningún problema mientras giraba. - Deberias dejar los esteroides.- comentó Gia mientras sus dedos acariciaban la espesa barba bien recortada. - Y tu deberias comer mas.- Tyler sonrió mientras le veía a los ojos totalmente perdido. La iba a bajar sin embargo Gia enredo sus piernas en la cintura del hombre y se aferró de sus hombros para no bajar mientras le daba un beso en la mejilla con aquella misma dulzura que la caracterizaba cuando era una adolescente. Tyler también estaba sorprendido de que su amiga hubiese cambiado tanto sin embargo había algo que no cambio para nada y fueron aquellos hoyuelos en las mejillas de Gia que se formaban cada vez que sonreía o hablaba, además de esos ojos color chocolate que destellaban de emoción y felicidad. - Bueno, ya mucho abrazo.- comentó Elías haciendo una mueca. - Y este que se mete.- Gia gruño entre dientes bajando de un salto. - No te esponjes...- Tyler susurro dándole un beso en la sien derecha- Sabes, tu me recuerdas a un actor que nos gustaba ver de niños.- momento en voz mas alta tomando un mechón grueso del cabello de Gia y llevándolo a su nariz. - ¿A quien?- pregunto curiosa. - A chewbacca.- comento Katya, la esposa de Elias haciendo reir a su hija ya que los demas solo la vieron raro. - Te digo despues a quien te pareces, arruinaron el momento.- Tyler solo sonrio. Gia solo pudo corresponder a la sonrisa con otra y ver esos ojos pequeños y rasgados de iris azules destellar con la malicia de una broma, no estaba muy feliz de ver a su padre sin embargo mientras le alcanzara la paciencia para ignorarlo todo iba a estar bien.
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